El oro no ha comenzado el año con buen pie y, tras alcanzar su objetivo en los 1.400 puntos y darse de frente con los 1.300 dólares la onza, se ha abierto un escenario incierto para este activo. Técnicamente, los niveles a vigilar serían “los 1.380 dólares porque podría romper después los 1.410 ó, por el contrario, profundizar hasta los 1.265 y ahí plantearse comprar”, comenta Jorge del Canto, analista independiente
Inversión directa en oro…
Otro método de invertir directamente en oro es a través CFDs y ETFs que replican el precio del oro. En estos casos Alejandro Martín, subdirector en España de Hanseatic Brokerhouse, recomienda “no hacer uso del apalancamiento” ya que, el mercado de commodities se caracteriza por su alta volatilidad, que puede hacer saltar la posición si nuestro nivel de apalancamiento es muy elevado y nos obliga a ajustar en exceso los stops, liquidando incluso la posición antes de ir a nuestro favor.
Los fondos de oro, la opción más brillante
Si la inversión directa en oro es un juego ganado por la volatilidad, el inversor al menos puede apostar por las gestoras de fondos , ya que éstas “utilizan el oro como elemento diversificador de la cartera, junto a otros activos”, justifica Kessler.
Desde Inversis Banco se decantan por “fondos que invierten en compañías relacionadas con el oro, no sobre el oro, por ejemplo, el BlackRock World Gold”. En este sentido, la recomendación de Sara Pérez Frutos pasa por un fondo de compañías mineras, como el “BlackRock World Mining”.
Y, en caso de preferir jugar a las materias primas de una forma más global sin perder la exposición al oro, “debemos hacerlo a través del Goldman Sachs Return Commodity, que replica commodities como el crudo, materias primas agrícolas y metales preciosos”, recomienda Javier Velasco, gestor de carteras de fondos de Inversis Banco.