El fraude de Madoff, que salió a la luz después de que el magnate de 70 años de edad lo confesase a sus dos hijos, hundió a algunos de los inversores de la firma, obligando incluso a algunas organizaciones caritativas a cerrar. De este modo, Madoff se ha convertido en un símbolo de la crisis financiera global, en la que millones de estadounidenses han perdido sus hogares por ejecución hipotecaria, el sistema bancario se tambalea y las bolsas se desploman como no lo habían hecho antes desde la Gran Depresión.
Los nuevos detalles facilitados en los documentos de los fiscales amplían lo ya conocido sobre el funcionamiento del fraude. A comienzos de la década de los 80, Madoff prometió a varios inversores una serie de beneficios por invertir en su compañía, llegando a garantizar hasta el 46% del dinero invertido en un año. Además, los fiscales han desvelado que contrataba a gente con poco conocimiento de la industria de la seguridad y les ordenaba "generar documentos falsos y fraudulentos", incluidas confirmaciones comerciales y cuentas mensuales falsas.