De momento, ayer la Reserva Federal mantenía los tipos de interés al 0% mientras en su discurso posterior comentaba que el crecimiento de la economía estadounidense es aún muy lento para hacer cambios tanto en el programa de compra de bonos como en la política monetaria del país. Además es un crecimiento con muchas dificultades, concretamente el mercado laboral y el sector inmobiliario no están pasando su “mejor época”.
No obstante, esta decisión de mantener una política monetaria expansiva deja de tener sentido en cuanto los elevados precios de crudo contribuyan a una mayor inflación, ya que los bancos centrales podrían verse obligados a aumentar los tipos para controlarla. El peligro radica en si el petróleo sube muy rápido y la OPEP no decide el aumento de producción, la decisión de cambiar a una política monetaria más restrictiva podría ser precipitada y frenar el crecimiento económico. Además el aumento de la producción, por parte de la OPEP, daría un respiro a las petroleras que ven peligrar el margen de beneficios.
En resumen, pese a que las expectativas de crecimiento para este año continúan inciertas tanto en Europa como EEUU, el crecimiento en la demanda de crudo, gracias a las economías emergentes, (se prevé que sea de un 2% este año) pone en jaque la recuperación y, más aún si la OPEP decide mantener sin cambios los niveles de producción.