Por eso, consideró que "sería bueno que estas reformas contaran con el mayor consenso posible", no solo para garantizar la marcha de la economía en general, sino también para el bien del sistema financiero, dada la demostrada estrecha relación entre el crecimiento macroeconómico y la fortaleza del sistema bancario.
A su parecer, el sistema bancario español ha resistido bien el primer embate de la crisis financiera internacional gracias, en parte, a que el Gobierno y la oposición, que le ha respaldado en el Parlamento, han acordado con prontitud y calidad técnica el conjunto de medidas de reforma del sistema financiero que se han demostrado muy eficaces para impedir que los problemas de crédito colapsaran la economía.
Aunque no dejó de apelar a la responsabilidad de las entidades a la hora de conceder crédito a familias y empresas, también reconoció que en la actualidad, las entidades deben ser especialmente cuidadosas al dar préstamos.
Así, el gobernador del Banco de España consideró que las entidades financieras "no deben darlos (los créditos) a quien no sea solvente, pero tampoco deben olvidar que si dejan de prestar un euro a quien lo es, estarán echando piedras sobre su propio tejado".