En este sentido, recordó que el papel central del sistema de intermediación financiera explica que el Estado haya mostrado su disposición a aportar capital a las entidades "viables" que lo necesiten, condicionando la ayuda a la reestructuración de las instituciones, según los principios que se han planteado en los foros internacionales y que se han respaldado en el Congreso de los Diputados.
AGILIZAR LA CAPACIDAD DE INTERVENCIÓN.
A su juicio, la cooperación será necesaria para avanzar en el diseño de los nuevos principios que deberán guiar el funcionamiento de los mercados y los intermediarios financieros a escala global. Asimismo, resaltó la importancia de que España participe "activamente" en todos los trabajos de los foros internacionales.
El gobernador también recordó que el sistema financiero "está en disposición de superar todos los retos", pero que no todas las entidades están en la misma posición a la hora de afrontar las tensiones como consecuencia de las políticas crediticias que han seguido, tan diferentes tanto en términos de expansión como en el grado de concentración de los riesgos.
Estas diferencias también se aprecian, según apunta el gobernador, entre instituciones que han seguido estrategias similares tanto en la selección de los riesgos como en su capacidad para gestionarlos y en los "colchones" en términos de rentabilidad y solvencia, disponibles para amortizar los efectos de su materialización.
PRESIÓN EN LOS RESULTADOS.
Fernández Ordóñez también recordó que los resultados de las entidades van a estar sometidos a una importante presión en el futuro por el previsible avance de la morosidad, así como los márgenes operativos por la competencia por la financiación, y que esta presión no podrá ser compensada tan fácilmente como en el pasado por la generación de mayores volúmenes de actividad.
A su juicio, el proceso de desapalancamiento del sector financiero y de la economía a nivel nacional e internacional no debe considerarse como algo transitorio, y señaló que "no parece factible" que puedan producirse aportaciones sustantivas adicionales de capital privado mientras no desaparezcan las tensiones en los mercados financieros internacionales.
Por último, Fernández Ordóñez recordó que la desaceleración del crédito bancario tenderá a situarse por debajo de la expansión del PIB, situación que se ve reforzada en estos momentos por las dificultades que aún persisten en los mercados mayoristas de financiación y por la necesidad de reconducir los elevados niveles de apalancamiento alcanzados en el pasado.