Los datos disponibles y los indicadores sugieren que la economía mundial se ha debilitado sustancialmente en los últimos meses, lo que refleja el impacto de las turbulencias del mercado financiero.
Además, este debilitamiento económico ha afectado también a las economías emergentes. El BCE destacó que el comercio mundial ha caído fuertemente, al mismo tiempo que se ha producido un pronunciado descenso de la demanda interna en la zona del euro.
Ahora, el BCE prevé que el Producto Interior Bruto (PIB) de los países que comparten el euro se contraerá entre un 3,2 y un 2,2 por ciento en 2009 (una media del 2,7 por ciento).
Para 2010 el BCE es un poco más optimista y calcula que el PIB del área euro se estancará al situarse entre menos 0,7 y 0,7 por ciento.