1. La volatilidad es algo normal dentro de la inversión a largo plazo

Cuando estamos preparados desde el comienzo para sufrir episodios de volatilidad en la evolución de nuestras inversiones, menos probabilidades tenemos de vernos sorprendidos cuando ocurren y más probabilidades tenemos de reaccionar racionalmente. Con amplitud de miras y una perspectiva de inversión a largo plazo que acepte la volatilidad a corto plazo, los inversores pueden empezar a adoptar una visión más cerebral. Eso no sólo contribuye a no perder de vista los objetivos de inversión a largo plazo; también ayuda a los inversores a aprovechar los precios bajos, en lugar de anotarse pérdidas vendiendo a precios bajos movidos por las emociones.

Cada cierto tiempo se producen fases de volatilidad en las bolsas a medida que los inversores van reaccionando con nerviosismo ante los cambios en las coyunturas económicas, políticas y empresariales. Si hay algo que desagrada especialmente a los mercados financieros es la incertidumbre. Sin embargo, los mercados tienden a reaccionar en exceso ante los acontecimientos que nublan las perspectivas a corto plazo. Desde Fidelity recuerdan que como inversor, es importante tomar distancia en estos momentos y afrontarlos con amplitud de miras.

2. A largo plazo, el riesgo bursátil suele obtener recompensa

Los inversores bursátiles generalmente obtienen recompensas por el riesgo adicional que asumen (comparado, por ejemplo, con los inversores en deuda pública) en forma de mayores rentabilidades medias a largo plazo. También es importante recordar que riesgo no es lo mismo que volatilidad. Las cotizaciones de los activos se desvían regularmente de su valor intrínseco cuando los mercados reaccionan excesiva o insuficientemente, por lo que los inversores pueden esperar que la volatilidad de los precios genere oportunidades. A largo plazo, los precios de las acciones se mueven al son que marcan los beneficios empresariales y generalmente la Bolsa ha superado a otros tipos de inversiones en términos reales, es decir, después de la inflación.

3. Las correcciones del mercado pueden crear oportunidades atractivas

Es normal que se produzcan correcciones en las bolsas; también es normal experimentar más de una en el transcurso de un mercado alcista. Una corrección bursátil puede ser un buen momento para invertir en acciones, ya que las valoraciones se vuelven más atractivas y eso da a los inversores la posibilidad de generar rentabilidades superiores a la media cuando el mercado rebote. Algunas de las pérdidas bursátiles más grandes a corto plazo de la historia dieron paso a rebotes.

4. Se debe evitar salir y entrar de las inversiones

Los que mantienen sus inversiones generalmente se benefician de la tendencia alcista a largo plazo de las bolsas. Cuando los inversores intentan acertar con los tiempos del mercado y entran y salen de sus inversiones, pueden correr el riesgo de erosionar las rentabilidades futuras, ya que se pueden perder los días de mayor recuperación del mercado y las oportunidades de compra más atractivas que generalmente aparecen en periodos de pesimismo. Perderse tan solo cinco de las mejores jornadas bursátiles puede tener un impacto importante en las rentabilidades a largo plazo.

5. Los beneficios derivados de las inversiones regulares se acumulan

Con independencia del horizonte temporal del inversor, conviene invertir regularmente una determinada cantidad de dinero en un fondo, por ejemplo cada mes o cada trimestre. Este enfoque se conoce con el término en inglés cost averaging. Aunque no asegura un beneficio ni

protege frente a caídas en los mercados, sí ayuda a los inversores a reducir el coste medio de las suscripciones de fondos. Aunque el ahorro periódico durante un mercado a la baja puede parecer ilógico para los inversores que buscan limitar sus pérdidas, es precisamente en esos momentos cuando pueden conseguirse algunas de las mejores rentabilidades, ya que los precios de los activos son más bajos y se beneficiarán de un posible rebote del mercado.

6. La diversificación de las inversiones ayuda a generar rentabilidades más homogéneas

La asignación de activos puede ser una tarea difícil de dominar, ya que los ciclos del mercado pueden ser cortos y sufrir picos de volatilidad. Durante los periodos volátiles, el liderazgo del mercado puede pasar rápidamente de un sector o segmento a otro. Los inversores pueden

repartir el riesgo asociado con mercados o sectores concretos invirtiendo en diferentes áreas para reducir la probabilidad de concentrar las pérdidas. Por ejemplo, combinar en una cartera activos “de riesgo” (acciones, inmuebles y bonos corporativos) con activos defensivos (deuda pública, bonos corporativos de alta calidad crediticia y activos monetarios) puede ayudar a conseguir rentabilidades más homogéneas a lo largo del tiempo.

Invertir en fondos multiactivos gestionados activamente puede ser una alternativa útil para algunos inversores, ya que ofrecen una diversificación intrínseca en las diferentes clases de activos y regiones. Estos fondos generalmente se basan en las rentabilidades estratégicas de los

activos a largo plazo y las ponderaciones se gestionan tácticamente en función de las condiciones previstas. Repartir las inversiones entre los diferentes países también puede ayudar a reducir las correlaciones dentro de una cartera y reduce el efecto de los riesgos específicos de los mercados.

7. Invertir en valores de calidad que pagan dividendos para conseguir rentas periódicas

Los dividendos sostenibles que pagan las empresas de alta calidad que generan caja pueden ser especialmente atractivos, ya que la renta suele ser estable durante periodos volátiles en los mercados. Los valores de alta calidad que pagan dividendos suelen ser marcas líderes

mundiales que pueden sobrellevar las fluctuaciones del ciclo empresarial gracias a sus sólidas cuotas de mercado, su gran poder de fijación de precios y la fortaleza de sus beneficios. Estas empresas generalmente operan en numerosas regiones, lo que suaviza el efecto derivado de unos resultados pobres en una región. Esta capacidad para ofrecer rentabilidades totales atractivas a lo largo de los ciclos convierte a estas empresas en componentes útiles para cualquier cartera.

8. Reinvertir los rendimientos para aumentar las rentabilidades totales

La reinversión de dividendos puede dar un impulso considerable a las rentabilidades totales a lo largo del tiempo, gracias al poder de la capitalización compuesta de intereses.

Para conseguir una atractiva rentabilidad total, los inversores deben ser disciplinados y pacientes y, en este sentido, permanecer tiempo en el mercado es tal vez el ingrediente más importante — aunque también el más subestimado— de la fórmula del éxito. Los pagos de dividendos periódicos también suelen brindar una mayor estabilidad a las cotizaciones y los valores que pagan dividendos pueden ayudar a proteger frente a los efectos erosivos de la inflación.

 

9. No hay que dejarse arrastrar por el tono general del mercado

La popularidad de las temáticas de inversión va y viene; por ejemplo, la tecnología ha dado un giro completo después del boom de finales de la década de 1990 y su hundimiento en la década de 2000. El sentimiento general en torno a los mercados emergentes suele mejorar y empeorar al ritmo del ciclo de las materias primas y cuando el crecimiento económico se frena en economías clave como China. A medida que los riesgos específicos de los diferentes países y sectores se hacen más aparentes, los inversores han de adoptar un enfoque más selectivo, ya que abordar la inversión en los mercados emergentes con una perspectiva descendente ha dejado de ser adecuado.

Sin embargo, sigue habiendo gran cantidad de oportunidades individuales para los inversores, puesto que las empresas emergentes innovadoras pueden aprovechar los catalizadores a largo plazo, como el aumento de la población y el crecimiento de la demanda de atención sanitaria, tecnología y bienes y servicios de consumo dentro de las clases medias. El punto clave es no permitir que la euforia o el pesimismo infundado del mercado nublen el juicio del inversor.

10. La inversión activa puede ser una estrategia muy exitosa

Cuando aumenta la volatilidad, la flexibilidad de la inversión activa puede ser especialmente beneficiosa comparada con las rígidas asignaciones de activos de las inversiones pasivas. En concreto, la volatilidad puede generar oportunidades para los expertos en selección de valores

por fundamentales, especialmente en periodos de perturbaciones en los mercados. “Dado que analizamos las empresas con un enfoque ascendente, -explican desde Fidelity- estamos en una buena posición para invertir cuando otros inversores podrían estar plegando velas durante los periodos de volatilidad en los mercados”.

Recordemos asimismo que los valores que no se tienen en la cartera de un fondo pueden ser tan importantes como los que se poseen. En todas las bolsas hay empresas que están mal gestionados o que tienen ante sí perspectivas difíciles, y los gestores activos pueden evitar estos valores. Además, el valor añadido derivado de evitar algunos de los peores valores del mercado se acumula a lo largo de los ciclos y con el paso del tiempo, lo que hace que las estrategias activas basadas en el análisis sean especialmente atractivas para los inversores a largo plazo.