Precio y calidad
La principal característica de las marcas blancas y, por la cual es conocida por los usuarios, radica en su reducido precio en comparación con las marcas comerciales. Sin embargo, el precio no suele estar reñido con la calidad. El menor precio al que se venden las marcas blancas se basa, sobre todo, en estrategias durante el proceso productivo. Los productos no comerciales están producidos, en la mayoría de los casos, en las mismas condiciones que los comerciales ya que son éstas las que se encargan de su elaboración. La diferencia radica en los acuerdos que se realizan entre los distribuidores y los fabricantes para rentabilizar así la capacidad productiva con la que fabricar grandes cantidades y aprovechar rendimientos de escala en sus instalaciones. Además, los fabricantes suelen instalar los centros de producción y almacenaje muy cerca de las grandes cadenas, para ahorrar en transporte. Con estas medidas se consigue abaratar bastante el precio del producto. A ello, hay que sumar que las marcas blancas también reducen costes al no tener una estrategia de publicidad o marketing como las comerciales. Estos productos apenas cuentan con envases atractivos o son colocados en lugares estratégicos de los establecimientos.
Ventajas para todos
Las marcas no comerciales presentan beneficios tanto para el consumidor como para los establecimientos. Para los consumidores la ventaja está clara: ahorrar en la cesta de la compra gracias al bajo precio frente al resto de marcas comerciales, manteniendo en la mayoría de los casos la misma calidad. Sin embargo, vender este tipo de productos también supone una serie de beneficios nada insignificantes para los comercios ya que el distribuidor puede fidelizar al cliente a través de artículos que no podrá encontrar en ningún otro establecimiento. A ello habría que sumar la fuente de ingresos adicionales que supone para las compañías al tener mayores márgenes de beneficios.
¿Dónde encontramos los mejores precios?
Como en todos los productos existen diferencias de precios dependiendo del lugar donde realicemos la compra. Según varios estudios, si se realiza una compra de alimentos básicos basados en marcas comerciales, el coste puede oscilar entre los 65 ó 69 euros, mientras que si se realiza en marcas blancas puede descender hasta los 42 euros.