Sin embargo, fuentes financieras conocedoras del proceso señalaron que en los contactos previos con motivo de esta concentración de cajas catalanas, entre el director general de Caixa Catalunya, Adolf Todó, que lidera la fusión y el presidente de la Comisión Rectora del FROB, Javier Aríztegui -a su vez subgobernador del Banco de España- se planteó una cifra entre los 1.500 millones de euros y los 1.600 millones euros.
Estas mismas fuentes añadieron que ninguna caja propondría a su consejo una fusión sin un cálculo previo de lo que pueden recibir del FROB, que precisamente se creó para impulsar las fusiones entre entidades de ahorro.
Sin embargo, se trata también de una entidad que una vez realizada la fusión será mucho mayor, con activos totales de más de 81.000 millones de euros.
La intención de la dirección de las cajas catalanas, una vez que se apruebe la fusión en los respectivos consejos de administración es que las asambleas de las entidades ratifiquen la decisión y se pueda implementar un proyecto definitivo lo antes posible, si es posible antes del primer trimestre del 2010.
Sin embargo, las cuestiones legales podrían alargar el proceso, como les ha ocurrido a las cajas Caixa Terrassa, Caixa Sabadell, Caixa Girona y Caixa Manlleu, que pensaban empezar a operar como una sola entidad a partir del 1 de enero, pero ahora ya se ve que el visto bueno del Tribunal de Defensa de la Competencia supondrá un retraso en este calendario y hará que la fusión sólo sea efectiva durante el primer trimestre del año próximo.
Hasta que estos trámites legales no se lleven a cabo no podrán recibir el dinero del citado Fondo, ni tampoco operar como si fueran una sola caja.
El dinero que aporta el FROB a las cajas que optan por fusionarse funciona como un crédito a largo plazo, pero se contabiliza como recursos propios de la entidad y por tanto mejora la solvencia de la misma.