En lo que respecta a la inflación de la eurozona, que se situó en mayo en el 0% por primera vez en su historia, seis décimas menos que en abril, el BCE asegura que este nuevo descenso "estaba absolutamente previsto" y que refleja principalmente "efectos de base resultantes de las fuertes oscilaciones de los precios mundiales de las materias primas durante los últimos doce meses".
Como consecuencia de estos efectos de base se estima que las tasas de inflación sigan reduciéndose y que se mantengan en niveles negativos "durante los próximos meses" antes de retornar a niveles positivos a finales de 2009.
El BCE aseguró que las expectativas de inflación siguen firmemente ancladas en niveles compatibles con el objetivo del consejo de Gobierno de mantener la inflación en tasas inferiores, aunque próximas al 2% a medio plazo, y señaló que las presiones inflacionistas son moderadas dada la ralentización del crecimiento monetario y del crédito en términos interanuales.
En este contexto, la institución prevé que la estabilidad de precios de mantendrá a medio plazo, "respaldando el poder adquisitivo de los hogares de la zona euro".
No obstante, el BCE explicó que, más a largo plazo, se espera que la evolución de precios y costes "siga siendo moderada" como consecuencia de la "atonía" de la demanda tanto en la zona euro como en otros países.
La institución reiteró que el nivel actual de los tipos de interés (1%) es apropiado teniendo en cuenta tanto la situación económica de la zona euro como las medidas adoptadas para el apoyo al crédito.