El reemplazo de presidentes ejecutivos "se duplica en tiempos difíciles", dijo Dirk Jenter, profesor de finanzas en la escuela de negocios de la Universidad de Stanford, quien recientemente analizó 1.627 cambios de presidentes de corporaciones entre 1993 y 2001. Jenter concluyó que los presidentes ejecutivos son más vulnerables durante una crisis cuando los rendimientos para los accionistas de sus compañías son menores que los de sus rivales.

El año pasado, 61 compañías del índice Standard & Poor's 500 cambiaron de presidente, comparado con 56 el año anterior, según la firma de búsqueda de ejecutivos Spencer Stuart. El número de dichos cambios podría incrementarse este año, predijo Jenter. Los directorios normalmente despiden a los presidentes un año o dos después de que los rendimientos para los accionistas empiezan a decaer, dijo. "Cuando los malos tiempos persisten, se empieza a examinar la respuesta de los líderes", observó Charles Elson, director en HealthSouth Corp. y presidente del Centro Weinberg para Gobierno Corporativo en la escuela de negocios de la Universidad de Delaware. Los ejecutivos de corporaciones con sede fuera de Estados Unidos también están dejando sus puestos.

La minera anglo-australiana Rio Tinto PLC informó el lunes que Dick Evans, presidente ejecutivo de su división de aluminio, planea jubilarse y dejará el directorio el 20 de abril. La productora noruega de aluminio y electricidad Norsk Hydro ASA también anunció el lunes que su presidente abandonará el cargo el 30 de marzo.

Seagate despidió a Watkins al mismo tiempo que anunció sus planes de recortar el 10% de su fuerza laboral. El fabricante de discos de memoria para computadores advirtió sobre sus desalentadoras ventas en diciembre y sus acciones han perdido el 80% de su valor el año pasado. Las acciones de Borders y Tyson también registraron fuertes pérdidas con sus antiguos presidentes ejecutivos. Las acciones de Borders cayeron 97% con George Jones, quien asumió el mando en julio de 2006. Harry Pearce, presidente de Nortel Networks Corp. y un vicepresidente jubilado de GM, también espera más salidas de presidentes ejecutivos. "Existe una presión enorme" para reemplazar a presidentes ejecutivos en este difícil ambiente económico, dijo Pearce, quien opina que muchos de los cambios no son justificados. "Es probablemente el peor momento para un cambio".

Cambiar de presidente ejecutivo rara vez es una panacea. Un sondeo de junio de 2008 realizado por The Wall Street Journal a 30 compañías que reemplazaron sus presidentes ejecutivos entre enero de 2005 y junio de 2007 reveló que las bajas de las acciones de esas compañías habían sido más frecuentes que las alzas.

Varios presidentes ejecutivos considerados vulnerables este año son relativamente recién llegados y no han podido impedir los declives de las fortunas de sus empleadores. Pandit, por ejemplo, fue nombrado presidente ejecutivo de Citigroup en diciembre de 2007, en medio de grandes pérdidas relacionadas con la crisis hipotecaria. Pero Citigrup sigue inestable y ha requerido dos inyecciones de capital del gobierno federal, que llegó a discutir la posibilidad de reemplazar a Pandit pero decidió que esto desestabilizaría a la compañía, dijeron fuentes cercanas a la situación.

Lewis, de Bank of America, fue elogiado el año pasado por su manejo del banco durante la crisis hipotecaria, al comprar a Countrywide Financial Corp. y Merrill Lynch & Co. a precios de ganga. Pero ahora algunos analistas cuestionan si esas compras acabarán siendo nocivas para el banco, que redujo a la mitad sus dividendos en octubre.