BBVA
firmó la sesión del martes en cabeza del Ibex 35 subiendo un 2,71% y hoy, lejos de frenarse, sube con más fuerza, si cabe. De hecho, ha marcado máximos intradiarios en 6,47 euros, rozando los máximos de este ejercicio en 6,48 euros. Es clave que BBVA rebase la zona entre los 6,48-6,50 euros porque, no sólo coinciden con el techo del valor de los últimos cuatro meses, también con el retroceso del 50% de Fibonacci de toda la caída desde los altos de julio de 2015 y hasta los mínimos de junio de 2016.
 
De hecho, tras revalorizarse un 50% desde junio mediante una perfecta canalización alcista, BBVA se está tomando un descanso en la franja lateral comprendida entre los 6 y los 6,50 euros. Lleva dos meses cotizando en este rango y, si consigue superarlo por arriba, podría visitar los 7 euros (61,8% de Fibonacci). En cambio, si acaba rompiendo la parte baja -6 euros, correría el riesgo de perder el canal alcista y descender hasta los 5,40 euros (23,6% de Fibonacci).


 
¿Por qué lado creen los brokers que BBVA resolverá la situación?
Pues el consenso no confía en que sea por el lado alcista. El precio objetivo medio se sitúa en los 6,44 euros, es decir, en medio del canal lateral. Sin embargo, dentro de este consenso, hay voces que discrepan y dan un voto de confianza a BBVA más allá de los 6,50 euros; es el caso de JP Morgan, bróker que hoy ha mejorado el precio objetivo del banco desde los 6,25 a los 6,75 euros, es decir, que a ojos de JPM, la entidad presidida por Francisco González aún tiene un recorrido potencial adicional del 5%. Más allá de los 6,75 euros lo visualiza GVC Gaesco Beka, que sitúa su precio objetivo en 8,05 euros, un 20% por encima de la cotización actual. Mientras que en el lado contrario se sitúa la casa Berenger, que cree que a doce meses vista BBVA debería haber caído un 40% para cotizar en la zona de los 3,80 euros.


 
Dudas con su negocio
Muchos analistas miran con recelo el negocio de BBVA en México y Turquía, dos de sus mercados exteriores con más peso en la cuenta de resultados y que están atravesando por un momento complicado ante la caída de sus divisas a mínimos históricos por la incertidumbre geopolítica. La devaluación de estas monedas puede impactar en el poder adquisitivo de la población y, por tanto, en sus finanzas, lo que no beneficiaría a BBVA. Sin embargo, Jorge del Canto, analista independiente, es optimista con el devenir de la pata de negocio mexicana de BBVA y comenta que “el problema en México es temporal. Creo que la castaña que se ha dado el peso mexicano se ha magnificado. Ya veremos en qué acaba”.

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