Con el final del verano sin ningún susto, los inversores ya miran al último tramo de 2025. Unos meses que están llenos de incertidumbre debido a la inestabilidad que hay latente en varios ámbitos.
Y es que, hay que tener en cuenta que más allá de los datos macroeconómicos, el verdadero factor que está marcando la evolución de los mercados es la incertidumbre geopolítica. Aun así, los indicadores macro, la resiliencia de la inflación y los últimos movimientos de la Reserva Federal, junto con cambios fiscales y los sólidos resultados empresariales, han sostenido la tendencia alcista de las bolsas tanto en EEUU como en Europa.
No obstante, no podemos olvidar que esta fortaleza convive con un escenario de cautela: las políticas monetarias, las medidas arancelarias del gobierno estadounidense y la volatilidad asociada a los riesgos políticos y geoestratégicos invitan a no precipitarse. Y ante esto, el consenso es mantener exposición al mercado, aprovechando el entorno favorable, pero siempre con prudencia y paciencia, atentos a cómo evolucionen las tensiones internacionales y las decisiones de política económica.
Oportunidades y riesgos
Pese a la incertidumbre, los expertos creen que el mercado ofrece nichos atractivos de inversión y hay que aprovechar las oportunidades estando invertidos.
En Caixabank AM, su gestor y selector de fondos, Jesús Borrás afirma que “en renta fija siguen cómodos en los tramos cortos y medios de las curvas en Europa, donde todavía hay oportunidades de obtener carry con riesgo contenido”. También en crédito ven margen para rentabilidad adicional sin necesidad de ir a calidades inferiores. En renta variable, sin embargo, Jesús Borrás se muestra más constructivo en Europa y emergentes, “porque además de valoraciones más razonables, las autoridades tienen más margen de maniobra en política monetaria y fiscal. En cambio, en Estados Unidos prefiero ser más cauto, tanto en renta fija como en variable, dadas las valoraciones, la situación fiscal y de deuda, y la prima de riesgo que exige la incertidumbre actual”.
En cuanto a sectores, para ellos la tecnología sigue siendo una apuesta estratégica a largo plazo, aunque conviene ser selectivos y diversificar ante la euforia de la inteligencia artificial. En salud ven valoraciones muy atractivas tras las correcciones y creen que es momento de ir construyendo posiciones a largo plazo, lo mismo que en algunos segmentos de consumo. “En definitiva, siempre hay oportunidades, pero hay que saber rotar y adaptar las carteras con criterio”.
Mientras que en Santander AM, Sonia de las Heras, senior investment manager declara que en renta variable creen que ahora mismo hay más oportunidades en Europa, donde todavía encuentran compañías con descuento, y también en Asia-Pacífico y Japón. En renta fija, prefieren evitar los tramos largos de la curva por el riesgo que implican y se centran en tramos cortos, además de buscar crédito corporativo de calidad, que puede aportar valor sin necesidad de asumir riesgos excesivos.
Por sectores, Sonia de las Heras comenta que ve oportunidades en “tecnología ligada a la inteligencia artificial, en energía y renovables, y también en salud, donde las valoraciones siguen mostrando descuentos atractivos y potencial de recorrido”.
ETFs activos, ¿qué aportan a la cartera?
En Fidelity afirman estar viendo un fuerte crecimiento de los ETFs activos, sobre todo en Estados Unidos, donde surgió este boom y donde su crecimiento porcentual está superando con creces al de los ETFs pasivos. Óscar Esteban, Iberia Business Head asegura que el inversor “ya no se conforma solo con replicar el mercado, sino que busca un extra de rentabilidad con bajo tracking error y cercano al índice de referencia, pero que aporte un valor añadido a sus carteras”.
Desde la gestora dicen que en Europa esta tendencia de mayor crecimiento porcentual empieza también a calar, especialmente entre los institucionales, que están monitorizando estos vehículos para incorporarlos en sus decisiones. Y además, hay que tener en cuenta que los ETFs activos mantienen las ventajas de liquidez y transparencia propias de los ETFs, y aunque tienen un coste algo mayor que los pasivos, sostienen que ese sobreprecio se justifica por la posibilidad de batir al índice de manera más consistente.
Asimismo, Desde Caixabank AM y Santander AM están de acuerdo en que los ETFs activos se conciben como un instrumento complementario dentro de la gestión, ya que aportan versatilidad y pueden encajar tanto en carteras que buscan un tracking error bajo mediante ETFs pasivos, como en aquellas que persiguen mayor alfa y aceptan más riesgo. Su uso puede ser temático o táctico, ofreciendo una alternativa más barata que algunos fondos tradicionales y con más valor añadido que un ETF pasivo.
Y en cuanto al peso en cartera, lo tienen claro, no hay una regla fija: dependerá del perfil del inversor, de los objetivos de riesgo y del rol asignado dentro de la estrategia. Igual que ocurrió con la gestión pasiva, que empezó siendo marginal y luego fue ganando relevancia, los ETFs activos aún están definiendo qué lugar ocuparán en las carteras. Por lo que su recomendación pasa por adaptar la exposición caso por caso, en función de las necesidades y de la disposición a asumir riesgo.
Perspectivas en Europa
Según Fidelity, se espera que la tendencia de crecimiento de los ETFs activos en Estados Unidos acabe llegando también a Europa, aunque con un matiz: el factor fiscal será determinante, ya que en EEUU los ETFs tienen ventajas frente a los fondos tradicionales que aquí no siempre se replican. Aun así, Óscar Esteban asegura que los inversores institucionales europeos, en función de su presupuesto de riesgo, irán incorporando progresivamente más ETFs activos en sus carteras.
Igualmente, desde Santander AM, Sonia de las Heras y desde Caixabank AM, Jesús Borrás coinciden en que la tendencia de crecimiento de los ETFs activos en Europa ya es una realidad, con gestoras pioneras como Fidelity y cada vez más entidades lanzando productos específicos para el mercado europeo. Y aunque el ritmo no será tan acelerado como en Estados Unidos, por la ausencia de un marco fiscal tan favorable, afirman que se espera que los ETFs activos se consoliden progresivamente como una herramienta adicional dentro de las carteras.
En definitiva, los ETFs activos se consolidan como una herramienta adicional dentro del abanico de opciones de inversión, complementando a los fondos tradicionales y a los ETFs pasivos. Los expertos coinciden en que su valor reside en ofrecer al inversor más alternativas, siempre en función de su perfil de riesgo y sus objetivos de rentabilidad. Eso sí, subrayan la importancia de familiarizarse con el producto, entender bien los riesgos y confiar en la labor del gestor, para lograr una diversificación adecuada y construir carteras adaptadas a cada cliente y a la evolución de los mercados.
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