Allied Irish Banks (AIB) justifica estas pérdidias como consecuencia de la adversa percepción internacional hacia Irlanda y sus bancos. La retirada de fondos se ha producido fundamentalmente entre empresas e inversores institucionales.


De hecho, el banco ha admitido que las negociaciones en curso entre el Gobierno de Irlanda, la UE, y otras instituciones "pueden tener impacto" en el sector bancario y "se prevé que sean importantes a la hora de determinar el sentimiento y condiciones del mercado".