Conocido por su adhesión al valor de inversión y por su filosofía de austeridad personal, Warren Buffet ha vuelto a dar un giro en las previsiones que se tienen sobre la economía estadounidense. En su opinión, es poco probable que la economía estadounidense vuelva a caer en el famoso “double dip” (doble recesión) con la previsión “de unos beneficios empresariales que seguirán creciendo”. Unas palabras que además cuentan con las letras de Berkshire Hathaway.

Esta confianza en la economía estadounidense, que se puso de manifiesto con la compra de la compañía de ferrocarriles Northern Santa Fe por 27.000 millones de dólares, contrasta con la mostrada por algunos prestigiosos profesores como Nouriel Roubini o Martin Feldstein, que advirtieron de que había una de cada tres posibilidades de caer nuevamente en una recesión.

Y va más allá. “He visto un sentimiento amargo en los últimos meses en los medios de comunicación y no es lo que realmente veo en nuestras empresas”. Buffet reconoce que “estamos empleando a más personas que hace uno o dos meses”, ha admitido en la Cumbre de Desarrollo Económico de Montana. Y no sólo en ese período: la compañía de la que es máximo accionistas y consejero delegado, Berkshire Hathaway, tuvo que despedir a 20.000 empleados por la caída de la demanda durnate el año pasado.

El inversor tiene claro que la recuperación está en marcha, no es probable volver a caer en una recesión y admitió que los bancos están dispuestos a incrementar sus préstamos al tiempo que los empresarios deberán buscar financiación para sus ideas de negocio. Berkshire es el mayor accionista de Wells Fargo, principal entidad hipotecaria del país.