En caso de que Chrysler no alcance un acuerdo con Fiat y los bancos acreedores, se iniciaría un proceso de liquidación, añadieron las fuentes.
Las alianzas entre Fiat y GM y entre Fiat y Chrysler allanan el camino para una reestructuración mucho más global que la prevista inicialmente por el gobierno del presidente Barack Obama y las automotrices estadounidenses.
El problema ha persistido debido a que las automotrices más fuertes han añadido paulatinamente nuevas plantas a medida que las más débiles las cerraban y los gobiernos han intervenido para apuntalar a los fabricantes en apuros y preservar empleos. Francia, por ejemplo, ofreció hace poco asistencia a Renault SA y PSA Peugeot Citroën SA con la condición de que no cerraran fábricas en el país.
Cualquier plan para reestructurar a Fiat, GM y Chrysler sería complejo y acarrearía grandes riesgos para las empresas involucradas y para el gobierno estadounidense. Chrysler, por ejemplo, está en una condición tan precaria debido a que su fusión con Daimler AG no brindó los frutos esperados y acabó después de apenas ocho años.
La apuesta de Fiat
Al negociar con las dos compañías de Detroit al mismo tiempo, el presidente ejecutivo de Fiat, Sergio Marchionne, está haciendo una apuesta doble.
Marchionne dejó claro el año pasado que pretendía aumentar la capacidad de Fiat de su actual 2,2 millones de autos anuales a entre 5,5 y 6 millones. El ejecutivo considera que las subsidiarias de Chrysler y GM en Latinoamérica y Europa son un componente esencial para alcanzar tal objetivo.
Mientras más se prolonguen las negociaciones con Chrysler, sin embargo, más difícil resultaría sellar un trato con GM, dicen personas cercanas a GM. Fiat y GM han estado en conversaciones durante meses y Marchionne viajó a Berlín la semana pasada para hablar con el gobierno alemán, que está buscando inversionistas para Opel, dijo una fuente cercana.
Cualquier acuerdo entre Fiat y GM probablemente incluiría a Vauxhall, el brazo británico de GM, una marca centenaria que vende autos parecidos a los Opel, dijo otra fuente cercana.
Fiat considera los activos de GM son complementarios a sus esfuerzos por hacerse con una participación en Chrysler, porque la automotriz italiana sólo podrá convertirse en un fabricante de primer orden si tiene una fuerte presencia en Estados Unidos, según personas con conocimiento de la situación. Durante una teleconferencia después de que Fiat divulgara sus resultados del primer trimestre, Marchionne dijo que su prioridad era cerrar el trato con Chrysler. "Hemos dedicado tiempo a negociar con gente de Chrysler y del gobierno para cerrar esta transacción", aseveró. "Lo seguiremos haciendo hasta que se cumpla el plazo del 30 de abril".