Sin embargo, aún es demasiado pronto para saber si las mejoras son consistentes en el tiempo o no. Y es que como recogían las últimas actas de la FED, la recuperación es aún muy débil. Una recuperación débil que confirmó el dato de empleo publicado el pasado viernes en el que a pesar de ratificar la recuperación del empleo de los últimos meses con una creación de empleo de 103.000 nuevos puestos de trabajo, parece todavía es insuficiente para iniciar una senda de recuperación sostenida en el mercado laboral. Y es que a pesar de los esfuerzos en forma de estímulos,
el mercado laboral y el mercado inmobiliario, siguen siendo las asignaturas pendientes de EE.UU.

Sin embargo, si dejamos a un lado los datos económicos y por supuesto, el disparatado déficit que acumula y que seguirá incrementando, la renta variable americana muestra un aspecto técnico fuerte. Tanto, que si analizáramos los índices independientemente, pensaríamos que estamos ante un país con grandes fortalezas para afrontar el futuro.

El primer hecho llamativo se desprende del análisis del VIX y es que a pesar de los capítulos de inestabilidad que ha tenido lugar en la periferia europea y la debilidad mostrada en las economías desarrolladas, sorprende, la baja volatilidad que ha predominado en gran parte del ejercicio 2010 (con la excepción del primer episodio de tensión vivido en la periferia europea con la solicitud de ayuda formal de Grecia).

Como pueden observar en el siguiente gráfico semanal del VIX, la volatilidad finaliza el ejercicio en zona de mínimos. Una zona que como se muestra en el gráfico, en mayo de 2.008 y abril de 2.010, sirvió de suelo. Así, ahora me interesa ver si la historia se repite de nuevo, Si tras los mínimos y probable suelo, se reanudan los avances que en primera instancia podrían llevar al VIX hacia la zona de los 26-30.




No obstante, mientras sea posible, disfrutaremos de la consolidación de niveles en zona de mínimos que a la vez, facilita que los índices americanos se mantengan implacables registrando nuevos máximos. Y es que cuando analizamos al S&P 500, observamos un índice que cierra el ejercicio 2.010 en máximos anuales, muy alejado de los mínimos que se dejaron en 2.009 y que arranca el 2.011 registrando máximos crecientes; para algunos como consecuencia de que ya se ha superado la crisis y a mi parecer, como resultado de una valoración demasiado positiva teniendo en cuenta la dureza de los problemas y la necesidad de implementar nuevas medidas de política monetaria para intentar dar continuidad a la recuperación económica.

Como pueden observar en el siguiente gráfico semanal, el S&P 500 ha logrado grandes retos en el ejercicio 2.010 y es que el índice americano ha logrado superar la tendencia bajista con origen en octubre de 2.007, también el importante retroceso del 61,8% del movimiento bajista que tuvo lugar entre octubre de 2.007 y marzo de 2.009 y por si esto fuese poco, en el recién estrenado 2.011, activó un escenario de continuidad alcista con objetivo en los 1.312 y los 1.372 y que podría extenderse hasta testear los máximos que se dejaron en octubre de 2.007. ¿Entienden por que hablo de valoración demasiado positiva?




En conclusión, realidad y mercados hace mucho que muestran claras divergencias y me temo que una vez más, el optimismo extremo y la confianza ciega en que los nuevos mecanismos de estímulo serán el fin de todos los males, darán paso al pesimismo en sentido amplio.

Por el momento el S&P 500 consigue seguir atacando y superando resistencias, hasta el punto de llegar a una situación en la que resulta muy complicado encontrar explicación a los avances. Simplemente, disfrutaremos de la tranquilidad mientras los gráficos no muestren síntomas de debilidad y mientras la volatilidad permanezca en niveles bajos pero si vemos figuras de vuelta que lleven al S&P 500 a cotizar por debajo de los 1.175, acompañadas de repuntes intensos en la volatilidad, no lo duden, será el momento de realizar beneficios.