Los elementos publicitarios empleados por las entidades financieras son casi siempre publicidad engañosa de cara a la captación de clientes u otros objetivos menos confesables. El negocio financiero es un negocio de confianza y esta confianza se quiebra cuando se trata de “colocar“ al cliente mediante el engaño o la práctica generalizada de no decir toda la verdad, estando al amparo todo el sistema o la “ trama “ mediante la confidencialidad de las relaciones con el cliente y sus operaciones, así como la autorización de facto del BdE, en las peticiones de comisiones, que las entidades solicitan, ya que se trata de una información muy sensible para las personas.

Si tenemos en cuenta que el servicio de reclamaciones trata únicamente las reclamaciones, que siendo resueltas desfavorablemente por el defensor del cliente de la entidad y el titular de la reclamación, opta por la instancia superior que es este servicio mediante un trámite algo engorroso para las personas no muy conocedoras del sistema, observamos que el volumen de situaciones injustas de las entidades financieras con sus clientes es MUY considerable y esto es sólo la punta del iceberg .

Las materias de reclamación más significativas son, en primer lugar, las referentes a las operaciones de activo casi el 50%, estas reclamaciones obedecen a comisiones y operaciones sin la debida trasparencia entre los intervinientes, teniendo en cuenta, además, que últimamente se están produciendo numerosas reclamaciones por operaciones de cobertura de tipos de interés; en segundo lugar, las operaciones de pasivo, hablando más claramente, los depósitos y qué decir de las preferentes de la CAM y otras operaciones de deuda perpetua de las entidades financieras como BBVA o Banco Santander; y en tercer lugar , tarjetas, valores y seguros, letras de cambio de transferencias y cuestiones varias. Observamos que las reclamaciones más importantes son las operaciones de activo y las de pasivo o depósitos.

Tradicionalmente, los que más reclaman son las personas físicas, que es el sector más necesitado de protección y del que más se abusa por parte de las entidades financieras. Aquí sería necesario que las resoluciones del Servicio de Reclamaciones fueran de obligado cumplimiento para la entidad y que no ocurra como ahora, que el servicio no tiene competencias para la tramitación y resolución de las incidencias. Está ocurriendo que las entidades ya no cumplen las resoluciones dictaminadas por el servicio (léase sobre todo La Caixa y la CAM).

Por volúmenes de reclamaciones serían los bancos en un 70% aproximadamente y el resto las cajas. Volvemos a insistir que esto es una memoria de las reclamaciones que llegan a este servicio, no se toman en cuenta las demás.
Debemos de tener en cuenta que las entidades financieras funcionan casi siempre por medio del “chantaje emocional“, cualquier autorización siempre va acompañada de un seguro, tarjetas y otros productos añadidos más, con lo cual si no los aceptas, la operación no se firma y ello comporta siempre unos gastos añadidos considerables. Tengamos en cuenta el coste del seguro que te obligan a firmar, el coste de las tarjetas, el coste de las cuentas que deberás aperturar sin son varios los intervinientes y alguna vez un pequeño depósito de la misma cantidad que te autorizan en la operación de activo, en fin “si quieres lo aceptas y si no hay operación”.

El desamparado cliente se muestra indefenso ante la poderosa entidad y, además, porque hoy en día se depende de ellas y hasta el gobierno de turno legisla a su favor porque a su vez también depende de ellas. Estamos pues ante una rotonda de difícil salida.

Por ello siempre recomiendo que repasemos los extractos de nuestras cuentas de una manera sencilla y comprobemos las operaciones en su totalidad. Dado que en la actualidad ya se cobra hasta por recibir dinero en una trasferencia, no demos nada por sabido y repasemos todos los documentos. El gestor comercial de la entidad no es tu amigo, quiere colocare los productos como un vendedor de El Corte Inglés. Pregúnteles a las personas que han perdido sus ahorros en las preferentes de la CAM, el gestor era su amigo, la confianza de la que hablamos al principio.
Resumen: tengan en cuenta las recomendaciones y actúen como cuando van a una tienda o a un supermercado, cambien cuando el producto no les convenza.