¿Que són los índices de referencia o benchmarks?

A la hora de invertir, un índice de referencia desempeña una función esencial. Un índice de referencia, con frecuencia bajo la forma de un índice de mercado, suele ser el punto de partida de un gestor para la construcción de una cartera y establece cómo debería ser la gestión continua de dicha cartera en términos de riesgo y rentabilidad. Asimismo, permite a los inversores evaluar la rentabilidad relativa de sus carteras.

Hay ocasiones en las que se elige un solo índice o bien una combinación de índices de mercado como referencia a sus carteras o fondos de inversión. El índice replica la rentabilidad de una clase de activos, ya sea acciones cotizadas o bonos. Pueden ser muy amplios o más delimitados ya sea por sectores, temáticas o bien países o regiones, como por ejemplo el MSCI Brasil o bien el Nasdaq Composite.

Los índices reflejan la rentabilidad a lo largo del tiempo bajo una filosofía de "buy and hold" o lo que es lo mismo comprar y mantener porque se invierte de largo plazo, sin intentar determinar en ningún momento cuáles son los valores más atractivos, lo que es un enfoque pasivo y sirven de base de comparación de rentabilidad de fondos gestionados activamente. La rentabilidad adicional o valor añadido de un gestor activo respecto a ese índice se denomina alfa (alpha que aparece generalmente en las fichas mensuales de los fondos de inversión), que por tanto es la diferencia de rentabilidades. Como el alfa, hay otras ratios que miden ciertos factores del fondo vs el índice de referencia que veremos en otra nota, y que sirven para "calificar" la gestión de un fondo.

Entre algunos de los índices de renta variable que más se utilizan como referencia tenemos los siguientes:

Existen muchos otros índices de renta variable diseñados para realizar un seguimiento de la rentabilidad de diversos sectores y segmentos del mercado. Dado que los valores cotizan en mercados abiertos y los precios son públicos, los índices principales los mantienen empresas editoriales, como Dow Jones y The Financial Times, otras empresas como MSCI o S&P con una serie de índices y que ahora también han incorporado el ESG.

Los índices utilizados en la renta fija son los creados por las grandes sociedades de valores que compran y venden emisiones de renta fija, entre las que se incluyen Barclays Capital (que en la actualidad también gestiona los índices constituidos originalmente por Lehman Brothers), Citigroup, J.P. Morgan y BofA Merrill Lynch. Entre los índices ampliamente conocidos se encuentran el índice Barclays U.S. Aggregate Bond, que realiza un seguimiento de los mayores emisores de bonos de Estados Unidos, y el índice Barclays Global Aggregate Bond, representativo de los emisores de bonos de mayor tamaño a escala mundial. Se crean también a petición de las gestoras de fondos.

Existen decenas de índices de bonos, prácticemente existe un índice de referencia para cualquier mercado de renta fija al que se exponga un inversor. Por ejemplo, como consecuencia del aumento de la demanda de deuda de los mercados emergentes, J.P. Morgan creó su índice Emerging Markets Bond en 1992 con el fin de ofrecer un índice de referencia para las carteras orientadas a los mercados emergentes.

Hay índices para otras clases de activos, como los bienes inmuebles y las materias primas, que pueden resultar de especial interés para los inversores preocupados por la inflación. Como ejemplos de estos últimos podemos citar el índice Dow Jones U.S. Select Real Estate Investment Trust (REIT= real estate investment trust - bienes inmuebles) y el índice Bloomberg Commodity.

Por tanto, cuando el inversor/ahorrador piense en comprar un fondo, tiene que mirar que índice de referencia estará usando el gestor como referencia, para ver si se ajusta a lo que en realidad está buscando el inversor.

¿Cómo utilizar los índices de referencia para evaluar la gestión de una cartera?

El inversor/ahorrador deberá comparar la rentabilidad de su inversión o fondo respecto a ese índice de referencia. Esa diferencia se llama tracking error (TE), que suele presentarse en forma de porcentaje de desviación y puede ser tanto positivo como negativo.

Cuando una cartera se gestiona de forma activa, el TE puede reflejar las decisiones de inversión adoptadas por el gestor activo en su intento por mejorar la rentabilidad. Si el gestor consigue buenos resultados, el TE es positivo y por tanto la cartera arroja una rentabilidad superior a la del índice de referencia; de lo contrario, la cartera queda rezagada en relación con su indicador el TE será negativo.

Pero cabe tomar en cuenta que hay índices que están compuestos por una gran cantidad de valores y que el gestor activo, en su calidad de seleccionar valores con análisis bottom-up, eligiendo aquellas empresas que presentan mejor potencial a futuro se queda con una cartera más concentrada, y por tanto difiere a su índice de referencia. También puede incluir valores que no sean parte del índice de referencia y por tanto también se producirá un tracking error.

A diferencia de los índices, los gestores activos que replican los cambios que hacen los índices incurren en costes de negociación, generando también un tracking error. Por tanto, cuanto más alto sea el TE, más activa será la gestión del fondo y menor seguimiento del benchmark, pero también hay que tomar en cuenta que mayores reisgos habrá tomado el gestor respecto a su índice de referencia. Por tanto habrá que compararlo con fondos similares, al igual que los resultados finales.

Hay otro ratio que también mide lo mucho o poco que se diferencia la cartera o fondo de inversión del índice de referencia que es al active share, y que entre mayor sea indicaría lo mucho que se despega el fondo del índice de referencia o benchmark. Si realmente lo que está buscando un inversor es esa gestión activa por la que está pagando una mayor comisión debido al trabajo que hay detrás y el equipo que se requiere de análisis, tendrá que mirar si ese active share es alto o bajo. Si es bajo, probablemente sea mejor entrar en un ETF o fondo indexado o fondo pasivo.

El siguiente es un ejemplo de un fondo X que ejemplifica lo que hemos estado comentando: