Concepto: En términos simples, podríamos definir la inteligencia artificial como la inteligencia exhibida por las máquinas. Se aplica cuando una máquina, programa, algoritmo, es capaz de imitar las funciones cognitivas típicas del ser humano, en concreto, aprender, razonar, tomar decisiones y resolver problemas.

Estamos entrenando a máquinas para:

Un poco de historia…

En realidad, aunque pueda parecer sorprendente, el concepto se acuña formalmente en la década de los 50. Fue John McCarthy en la conferencia de Dartmounth en 1956 el primero en usar el término “inteligencia artificial” para referirse a “la ciencia e ingenio de hacer máquinas inteligentes, especialmente programas de computo inteligentes”. Al hacer un repaso histórico, se suele identificar también a Alan Touring como el primer científico “serio” en cuestionarse en voz alta si las máquinas serían capaces de pensar por sí solas (1950). Y también hay que resaltar la figura absolutamente clave de Marvin Minsky, al que se le suele reconocer como el “padre de la inteligencia artificial”. En 1959, funda el primer laboratorio de Inteligencia Artificial en el MIT de Boston.

Hace más de 70 años que se viene hablando de la Inteligencia de las Máquinas. Sin embargo, no ha sido hasta ahora cuando hemos asistido a una autentica eclosión de esta nueva tecnología. ¿Por qué? Porque hay dos requisitos absolutamente imprescindibles para su despliegue: • desarrollo de la capacidad de computación: ordenadores cada vez más potentes, pequeños y rápidos (ley de Moore: cada dos años se duplica capacidad de computación) • irrupción del big data: los datos son el “alimento” natural del que se nutre la IA. Las máquinas necesitan un ingente volumen de datos para aprender.

La inteligencia artificial no es ciencia ficción. Es ya una realidad que facilita el día a día de las personas, como los sistemas de reconocimiento de voz y de traducción automática. Lo cierto es que todos somos usuarios de aplicaciones de IA en nuestra vida cotidiana, aunque no seamos conscientes. Pensemos en ejemplos de una jornada habitual: • A primera hora, cogemos nuestro teléfono, lo desbloqueamos mediante un sistema de reconocimiento facial o de identificación de huella digital (impulsado por IA) y consultamos el tráfico hasta el trabajo (mapas interactivos en tiempo real propulsados por IA) • A mitad de jornada, puede que nos enfrentemos a un documento en otro idioma; recurrimos desde nuestro PC a un sistema automático de traducción (gracias a la IA ya no es “transliteración” palabra a palabra, sino genuina interpretación y traducción contextual) • Al llegar a casa, encendemos nuestra smart TV y nos conectamos a nuestra plataforma de streaming favorita (Netflix, Amazon Prime, Disney, HBO), que nos hace sugerencias personalizadas en base a nuestro perfil y los millones de datos de usuarios con gustos similares.

Lo cierto es que todavía nos encontramos en las fases tempranas del desarrollo de la IA. Solo vemos la punta del iceberg, estamos apenas empezando a atisbar parte de su potencial. Técnicamente, nos encontramos en la fase de transición entre lo que se conoce como “narrow AI” y “general AI”. La fase actual (narrow AI) se caracteriza porque las máquinas usan distintos sistemas de aprendizaje - machine learning y deep learning – y se especializan en una única tarea, siendo capaces de superar la habilidad humana en esa tarea. En la próxima fase, “general AI”, se espera que los programas y algoritmos sigan siendo supervisados por humanos pero se apliquen a varias tareas simultáneamente y la toma de decisiones sea más ágil y eficaz.  Se estima que la inteligencia artificial podría aproximarse a la inteligencia humana en los próximos 10-15 años.

¿Por qué es clave la IA?

La Inteligencia Artificial es la principal fuerza disruptiva de la actualidad, el principal catalizador de la innovación y transformación en las próximas décadas. Estamos absolutamente convencidos de que la IA tendrá un mayor impacto en la sociedad y en la vida de las personas que el de internet.

No se trata de una moda pasajera. Constituye la mayor oportunidad de negocio de la actualidad, con capacidad para duplicar el ritmo de crecimiento económico. No es una novedad asistir a un shock tecnológico. Es la velocidad del cambio y la rapidez de propagación de las nuevas tecnologías lo que resulta verdaderamente revolucionario. Las compañías que no sean capaces de adaptarse y evolucionar, que no sean capaces de incorporar la inteligencia artificial en su modelo de negocio se encontrarán en una clara situación de desventaja competitiva que pondrá a prueba su supervivencia. Es la teoría de Darwin a nivel corporativo (según Darwin, no es la especie más fuerte la que sobrevive ni la más inteligente, sino la que mejor responde al cambio). La IA confiere unas ventajas competitivas claras que van a permitir o bien impulsar los ingresos o bien reducir costes significativamente, o ambas cosas simultáneamente. Y nos permitirá distinguir entre ganadores y perdedores.

Uno de los rasgos característicos más relevantes de la IA es su carácter absolutamente transversal: su impacto se dejará notar en todos los sectores de actividad, no sólo en el ámbito puramente tecnológico. Podremos encontrar oportunidades de inversión en prácticamente cualquier industria o sector de actividad. En cualquier región, es un fenómeno global.

Un potencial claramente de impacto

Para determinar el potencial de esta temática, recurrimos a estudios de distintas consultoras que intentan predecir el impacto de la evolución de la IA:

  • McKinsey: el tamaño de mercado de la IA en 2025 habrá multiplicado por >50x en apenas 10 años, alcanzando los 36 bn USD. Volumen de mercado estimado en torno a solo 650 mn USD en 2016.
  • PwC estima que la IA podría contribuir en los próximos años (hasta 2030) con 15.7 tn USD a la economía global (lo que supone más que el PIB conjunto de China e India y lo convierte en la mayor oportunidad comercial que existe actualmente)
  • Accenture: la IA tiene el potencial de duplicar el ritmo de crecimiento de PIB global, en todos los sectores.

Es tan importante el tamaño estimado del mercado que es una megatendencia de inversión y aquella en la que nos mostramos más optimistas, por ello podéis ver una alternativa de inversión en la nota El sector tecnología, otra gran temática ganadora y un fondo a considerar de IA