Balance de 2025 para las materias primas

Este año ha sido, en realidad, bastante bueno para las materias primas. Una cesta amplia de commodities que agrupa varios tipos —metales, petróleo, gas o granos— acumula un alza de alrededor del 16% desde comienzos de año. El mejor comportamiento lo han registrado el oro y los metales preciosos, como la plata, el platino y el paladio. Y ha sido un año muy marcado por los titulares: muchas noticias y temores sobre aranceles, numerosos factores geopolíticos, la crisis en Oriente Medio y, ahora, las conversaciones de alto el fuego entre Rusia y Ucrania. En definitiva, ha sido un año con mucha actividad para las materias primas.

El comportamiento del oro ha sido el más sorprendente este año, situándose como el mejor activo del ejercicio y rebasando el máximo histórico de los 4.000 dólares/onza. ¿Por qué se ha producido este gran repunte? ¿Es sostenible, o el oro se ha quedado sin potencial?

Este año hemos tenido un nuevo catalizador clave para el oro: la demanda de inversión. Tras tres años de salidas en los ETF de oro —algo lógico en un entorno de tipos de interés elevados en EE. UU. y a escala global—, por fin volvimos a ver entradas, y además entradas muy significativas. Esto se ha debido a varios factores que han marcado el año: dudas sobre la Reserva Federal y su independencia, temores sobre el crecimiento global y la posibilidad de una burbuja bursátil vinculada a la IA, además del inicio del ciclo de recortes de tasas por parte de la Fed. Todo ello impulsó con fuerza la demanda de refugio y, en consecuencia, los flujos hacia los ETF, que fueron el principal motor del alza del oro. A esto se suma la sólida compra de oro por parte de los bancos centrales, que ya fue un catalizador importante en 2023 y 2024 y que ayuda a mantener un suelo para el precio.

De cara al futuro, creemos que las preocupaciones de este año tendrían que materializarse en eventos reales para que el oro siga subiendo: por ejemplo, una corrección efectiva en las bolsas o una desaceleración global visible, será un empuje para el oro. Nuestro escenario es que el oro se estabilice durante un tiempo y que, desde estos niveles, pueda volver a avanzar con relativa facilidad.

¿En qué nivel ve el precio objetivo del oro para lo que queda del año? ¿Y para el que viene?

Es difícil precisar, porque este año el oro superó todos los objetivos de precio, incluidos los nuestros. Pero si algunos de los riesgos latentes se materializan y aumenta la demanda de refugio, el oro podría alcanzar fácilmente entre 4.500 y 4.700 dólares hacia mediados del próximo año.

Visión para el petróleo. La AIE ya ha previsto otro ejercicio de gran oferta de la demanda. ¿Qué rangos manejan para el petróleo? ¿Qué riesgos prevén para este escenario?

Somos bajistas para los precios del petróleo el próximo año, al menos en 2026. El primer semestre estará claramente marcado por un exceso de oferta. No se debe a la demanda, que sigue siendo sólida y en línea con la media de la última década, sino a que hay demasiada oferta en el mercado. La OPEP está reduciendo sus recortes, lo que implica un aumento de cuotas, y varios países ajenos a la organización están añadiendo más barriles al mercado: Brasil, Guayana, Estados Unidos, Canadá y México podrían aportar en conjunto alrededor de 1,5 millones de barriles diarios tanto este año como el próximo. Esto generará un escenario de exceso de crudo, con inventarios al alza y, previsiblemente, precios a la baja. Nuestras estimaciones sitúan el Brent alrededor de 50 dólares el próximo año. No obstante, no todo es negativo: a partir de 2027 los precios deberían estabilizarse y, en 2028, probablemente moverse en el rango de 80-85 dólares, ya que serán necesarios precios más altos para incentivar nueva producción en un contexto en el que, desde 2027, la oferta de los países no OPEP dejará de crecer.

¿Será el próximo un año volátil para los metales básicos?

El próximo año, en algún momento, podría ofrecer una buena oportunidad para entrar en metales industriales como cobre, aluminio o estaño. Somos algo cautos para los próximos meses porque el crecimiento económico de China se está ralentizando, y China sigue siendo el principal consumidor de metales básicos, con alrededor de la mitad del consumo mundial. Cuando la actividad global se enfría allí, no es un entorno favorable para estos metales. Pero, más adelante, creemos que el Gobierno chino tendrá que aplicar estímulos para alcanzar el objetivo de crecimiento del 5% que probablemente anunciará pronto. Ese tipo de medidas —inversión en infraestructuras y posible apoyo al sector inmobiliario— suele impulsar la demanda de metales básicos y puede generar un buen punto de entrada en este segmento.

Inversión en materias primera de cara a 2026

Yo esperaría unos meses, porque el arranque del año podría ser complicado. Pero hacia finales del primer trimestre probablemente se abrirá un buen punto de entrada en una cesta amplia de materias primas. Lo positivo es que, incluso con una visión bajista para el petróleo, hay suficientes materias primas dentro de ese conjunto capaces de impulsar el índice al alza. Además, si se busca una cobertura de cola frente a un escenario de estanflación —con menor crecimiento y una inflación elevada—, las materias primas son, en realidad, la mejor clase de activo para invertir y ofrecen una protección relevante dentro de una cartera multiactivo.