Después de la decisión de la Reserva Federal de bajar de golpe 50 puntos básicos los tipos de interés, los mercados afrontan un tramo final de año cargado de incertidumbre. El optimismo de Wall Street no es algo que tranquilice a los inversores y analistas, de hecho, hay muchos que adoptan un tono más cauto.
La política monetaria de los bancos centrales ha cambiado y quedan por delante hasta final de año, días de septiembre y octubre, meses complicados para las bolsas, a lo que se le suman la presentación de resultados empresariales, las elecciones presidenciales de EEUU y las tensiones geopolíticas que se están viviendo en Oriente Medio y Ucrania. Un conjunto de situaciones que hacen pensar a casas como Goldman Sachs que la volatilidad pueda aumentar en las próximas semanas en los mercados de valores globales.
Volatilidad e incertidumbre son los elementos perfectos para sumir a los mercados en inestabilidad y hace pensar a los expertos en riesgos latentes en ellos.
RIESGOS PARA LOS MERCADOS
Conflictos geopolíticos y elecciones en EEUU
La mayoría de los expertos coinciden en que los conflictos geopolíticos son uno de los riesgos principales para las bolsas.
En este sentido, Juan Ignacio Marrón, asesor del hedge fund Hat Trick Capital señala que “ante las tensiones en aumento en Oriente Medio, el mercado se está poniendo de perfil, y es la típica situación donde pasa a descontarse de repente todo lo que antes no se ha hecho”.
Para Rafael Ojeda, global macro analyst de Fortage Funds el peligro aquí lo ve en esa intensificación con el Líbano metido por medio, y que “puede desembocar en una guerra santa que perjudique a los mercados internacionales, ya no solo por el tema del petróleo, sino porque entremos en un verdadero cisne negro que puede perjudicar seriamente la zona y eso sí que sería un verdadero problema”.
Algo parecido a lo que piensa Miguel Ángel Temprano, gestor independiente, que opina que “si el conflicto en Oriente Medio escala con la participación directa de Irán, EE. UU. podría intervenir en apoyo a Israel, lo que aumentaría la incertidumbre global, subiría el precio del petróleo y afectaría negativamente a los beneficios empresariales, debido al impacto del coste de la movilidad en los precios de los productos”.
Mientras que Samuel Abraldes, ceo de Socaire se pregunta “¿cómo puede afectar sobre todo al comercio que pasa por el estrecho de Ormuz?”.
También les preocupa la posibilidad de que se intensifique de manera brutal la tensión entre Rusia y Ucrania, algo que podría verse afectado por las elecciones al otro lado del Atlántico, que es otro de los riesgos que identifican los analistas. Y es que, aquí, Miguel Ángel Temprano señala que “el conflicto ruso-ucraniano podría verse influenciado por las elecciones presidenciales de EE. UU. Si Trump gana y retira la ayuda a Ucrania, Europa quedaría sola en su apoyo, lo que generaría tensiones, especialmente en países como Alemania, donde la ultraderecha pide el fin del conflicto. Esto fortalecería a Putin y podría aumentar los ataques, afectando negativamente a las acciones europeas. Si gana Harris, un apoyo a ataques en suelo ruso podría escalar el conflicto, aunque no se espera un conflicto nuclear. En cualquier caso, las bolsas mundiales se verían afectadas”.
Errores en la política monetaria, inflación y resultados empresariales
Para Lorenzo Gallardo, Country Head of Spain de Rothschild & Co AM el riesgo principal son los errores de política monetaria, “ser muy agresivo cuando no toca o no bajar cuando toca” y que está muy ligado a la inflación, que es otro de los riesgos que identifica, porque no sabe si los bancos centrales serán capaces de conseguir su objetivo, "sobre todo porque el último tramo de bajada de inflación está muy ligada a servicios y a salarios, que es muy difícil de bajar”.
A Juan Ignacio Marrón y Samuel Abraldes les preocupa el aterrizaje que se hará y esa relajación de la política monetaria en EEUU y su alineamiento con el resto de bancos centrales, siendo el problema ahora “conocer el ritmo de bajada, algo que puede o no reavivar la inflación”.
Y en este sentido, después de la bajada de tipos de 50 puntos básicos, Rafael Ojeda cree que la FED “probablemente no nos esté contando toda la verdad y que esté detrás un problema con el crecimiento económico de la economía norteamericana, por lo que esa bajada abrupta se entienda como una necesidad de impulso para evitar que la economía americana entre una recesión”.
Por otro lado, Lorenzo Gallardo de Rothschild & Co AM identifica un riesgo ligado a las empresas. Temen que “no sean capaces de cumplir con sus planes estratégicos y con sus políticas de inversión como oportunidades”.
Algo en lo que coincide Guillermo Santos, socio y responsable de estrategia de iCapital al que le preocupa que “los resultados corporativos no respondan a lo esperado y se aprecien sobrevaloradas muchas empresas, sobre todo tecnológicas USA, lo que podría provocar un sell off con contagio al resto de mercados”.
Renta Variable
Borja de Castro, analista de mercados de Banco BiG, argumenta que en los mercados de renta variable actuales, los riesgos varían según la región. “En Europa, los PMIs están por debajo de las expectativas, y las economías de Francia y Alemania sufren, lo que afecta a las empresas de mediana capitalización, mientras que el DAX se mantiene más estable al no depender tanto de estas geografías. Y en Estados Unidos, aumenta el impago en préstamos de automóviles y tarjetas de crédito, lo que refleja vulnerabilidad económica”.
Por lo que para él, los principales riesgos incluyen “por un lado el evitar entrar en recesión en ambos lados del Atlántico fijándonos en distintos indicadores y, por otro lado, ver cómo las elecciones estadounidenses pueden afectar al comercio internacional y sector defensa que será clave para el desempeño de los índices”.
Renta Fija
Para Ihab Salib, vicepresidente senior y responsable del grupo de renta fija de Federated Hermes, “todo lo que discutimos ahora es casi externo, es más macro, está afectando a la renta fija desde fuera”. Por ello, para él, el principal riesgo de la renta fija o en lo que realmente deberíamos enfocarnos aparte de los riesgos más amplios como la inflación, las tasas de interés y todo lo demás, es en el elemento de investigación crediticia de lo que estás comprando, porque “hay que asegurarse de que esa empresa pueda devolverte el dinero, de que el país en el que estás invirtiendo pueda devolverte el dinero”.
Y en cuanto a lo que se debe evitar o no, Ihab Salib señala que “hay que mirar los sectores que se vieron afectados por las tasas de interés más altas en los últimos dos años porque serán los que obtendrán los beneficios de inmediato. Si alguien estaba financiando un préstamo para un automóvil al 7% u 8%, por ejemplo, a medida que las tasas bajan, lo harán al 3, 4 o 5%. Eso es atractivo para ese sector”.