Durante 2020 y 2021 se tomaron agresivas medidas de estímulo de las economías, derivando en un aumento en la demanda de bienes y servicios. Sin embargo, la disrupción en las diversas cadenas de suministro y la falta de inversión en algunos sectores contribuyó a un aumento de la inflación, que algunos Bancos Centrales, estrategas y gestores llegaron a considerar como transitorios, pero que el tiempo a demostrado que hemos ido tarde en el reconocimiento que el problema inflacionario era algo más estructural. El IPC fue mostrando un panorama cambiante que llevaba a algunos países a rozar e incluso superar el 10% de variación anual, incrementos no vistos desde hace más de 40 años.

Así, los rendimientos de los bonos subieron en EE.UU. debido a que la Reserva Federal adoptó una postura mucho más agresiva para controlar esa inflación. Los mercados de bonos tienden a moverse antes que los mercados de capitales, en anticipación de los movimientos de la política monetaria.

Mientras que la nota de referencia del Tesoro estadounidense a 10 años rendía un 1,5% a finales de 2021, el rendimiento superó el 3% en mayo. En junio, el rendimiento del Tesoro a 10 años alcanzó su nivel más alto en 11 años, el 3,485% y al cierre de septiembre se ubicaba ya en 3,8040%.

Por su parte, el BCE también comenzó su política monetaria restrictiva, derivando en un alza en la rentabilidad del bono alemán al 2,109%, niveles no vistos en los últimos 10 años:

Cuando los rendimientos suben, los precios de los bonos que ya están en el mercado bajan. Esto es una función de la oferta y la demanda. Cuando la demanda de bonos disminuye, los emisores de nuevos bonos deben ofrecer rendimientos más altos para atraer a los compradores, reduciendo el valor de los bonos de menor rendimiento que ya están en el mercado. Este entorno golpeó duramente a los tenedores de bonos en los primeros meses del año.

Los tipos de interés tienden a seguir las tendencias de crecimiento e inflación a largo plazo. Una mayor inflación suele significar tipos de interés más altos. Sin embargo, cuando las tasas de inflación subieron a lo largo de 2021, el mercado de bonos pareció tener una reacción retardada. Una serie de acontecimientos, desde las continuas limitaciones de la oferta de los principales productos hasta un importante cambio en la política monetaria de la Reserva Federal (la Fed) y la invasión de Ucrania por parte de Rusia, alteraron el panorama para los inversores en 2022.

Aplanamiento de la curva de tipos

Otra tendencia es el inusual entorno de tipos de interés a lo largo de la curva de rendimiento que representa los diferentes vencimientos de los bonos. En circunstancias normales, los bonos con fechas de vencimiento más largas rinden más, lo que se conoce como una curva de rendimiento con pendiente ascendente. Este estado refleja una prima de rendimiento por la mayor incertidumbre de prestar dinero durante más tiempo. El año 2022 ha sido un periodo inusual en el que los rendimientos a lo largo del espectro de vencimientos se han estrechado, reflejando un "aplanamiento" de la curva de rendimiento.

Pero hay algunas veces en donde la rentabilidad de los diferentes vencimientos está invertida, lo que quiere decir que los intereses pagados a los valores a corto plazo son mayores a los ofrecidos por los vencimientos a largo plazo. Históricamente se ha visto que estas tendencias son indicadores de rentabilidades inferior a la media en el mercado de renta variable, y por tanto, que los inversores deberían adoptar un enfoque defensivo en los mercado en el corto plazo.

No obstante hay posibilidad de encontrar oportunidades en el mercado de bonos

De acuerdo con alguna mesa de debate con los responsables de varias gestoras internacionales en España, oportunidades hay ahora en el mercado de renta fija, con especial énfasis en bonos core de deuda corporativa con grado de inversión, así como deuda gubernamental a corto plazo. Aunque viendo el siguiente gráfico, para que asumir riesgo de crédito cuando tenemos un mercado de bonos gubernamentales atractivo:

Nos encontramos en una "guerra de tipos y de divisas no vistas en mucho tiempo y las correcciones han sido mayúsculas. No obstante, la renta fija vuelve a ofrecer ese beneficio diversificador".