En un universo dominado por índices, modas pasajeras y rotaciones tácticas, el fondo R-co Valor presume de 31 años fiel a su filosofía: una gestión sin corsés, agnóstica en estilos e índices, que combina un riguroso análisis macro con un selectivo stock picking para construir una cartera concentrada, robusta y con convicción. Lorenzo Gallardo, desde Rothschild & Co Asset Management, desgrana las claves de un fondo que ha resistido ciclos y crisis con un retorno medio anual del 10,5%, y explica cómo afronta el 2025: con flexibilidad, liquidez como arma estratégica y el foco puesto en los ganadores estructurales del futuro.
Hay muchas formas de describir las perspectivas de la economía estadounidense y mundial. Pero a mediados de 2025 el término incertidumbre ocupa un lugar destacado en el léxico.
Las tensiones comerciales y la incertidumbre geopolítica han generado incertidumbre entre los inversores. Sin embargo, la reciente recuperación de los mercados podrían cambiar el sentimiento de los inversores en los próximos meses. Aumentan las dudas sobre el papel del dólar estadounidense y el bono del Tesoro como valores refugio, en un contexto de creciente endeudamiento e incertidumbre política. En Europa, el incremento del gasto público podría beneficiar a empresas líderes en sectores como la ciberseguridad, la defensa y la inteligencia artificial.
En este mundo volátil y con los conflictos geopolíticos en ciernes, un fondo de ingresos previsibles puede ser un buen aliado. Nos referimos al fondo de infraestructuras de BNY Mellon Global Infrastructure Income.
A pesar de que el 47% de los inversores españoles asegura ser optimista sobre las perspectivas de los mercados, el 44% probablemente invierta menos durante los próximos 12 meses, debido principalmente a la incertidumbre en los mercados y los sucesos geopolíticos. En este entorno, los inversores se decantan por sus mercados nacionales. Fidelity International comparte un conjunto de principios básicos para invertir durante periodos de incertidumbre.
Invertir en renta variable global puede sonar a aventura en la jungla: volatilidad, ciclos impredecibles… pero hay fondos que buscan estabilidad, rentas periódicas y crecimiento sostenido.
Se espera que el resto del año depare volatilidad. La profunda fragmentación del orden mundial alterará los flujos de intercambios comerciales y de capitales, lo que hará que la diversificación sea esencial. Los mercados emergentes y una selección de activos alternativos parecen atractivos.
Por primera vez en una década, la renta variable europea ocupa un lugar preferente entre los inversores. La bolsa estadounidense había centrado el interés de los inversores de todo el mundo (en los últimos 15 años hasta 7 billones de dólares de los europeos habían volado con destino a Estados Unidos, a su mercado de renta variable), pero la situación ha cambiado radicalmente en los últimos meses.
Los inversores continúan siguiendo de cerca los acontecimientos en Oriente Medio. Lo último, los ataques de Estados Unidos a tres instalaciones nucleares iraníes. Los mercados financieros han respondido de un modo relativamente calmado. Ha habido un cierto vuelo hacia refugios, pero la renta variable no ha reportado una venta destacada. El precio del crudo ha subido, pero no a unos niveles que podrían impactar el apetito inversor en mayor medida.