En este mundo volátil y con los conflictos geopolíticos en ciernes, un fondo de ingresos previsibles puede ser un buen aliado. Nos referimos al fondo de infraestructuras de BNY Mellon Global Infrastructure Income.
A pesar de que el 47% de los inversores españoles asegura ser optimista sobre las perspectivas de los mercados, el 44% probablemente invierta menos durante los próximos 12 meses, debido principalmente a la incertidumbre en los mercados y los sucesos geopolíticos. En este entorno, los inversores se decantan por sus mercados nacionales. Fidelity International comparte un conjunto de principios básicos para invertir durante periodos de incertidumbre.
Invertir en renta variable global puede sonar a aventura en la jungla: volatilidad, ciclos impredecibles… pero hay fondos que buscan estabilidad, rentas periódicas y crecimiento sostenido.
Se espera que el resto del año depare volatilidad. La profunda fragmentación del orden mundial alterará los flujos de intercambios comerciales y de capitales, lo que hará que la diversificación sea esencial. Los mercados emergentes y una selección de activos alternativos parecen atractivos.
Por primera vez en una década, la renta variable europea ocupa un lugar preferente entre los inversores. La bolsa estadounidense había centrado el interés de los inversores de todo el mundo (en los últimos 15 años hasta 7 billones de dólares de los europeos habían volado con destino a Estados Unidos, a su mercado de renta variable), pero la situación ha cambiado radicalmente en los últimos meses.
Los inversores continúan siguiendo de cerca los acontecimientos en Oriente Medio. Lo último, los ataques de Estados Unidos a tres instalaciones nucleares iraníes. Los mercados financieros han respondido de un modo relativamente calmado. Ha habido un cierto vuelo hacia refugios, pero la renta variable no ha reportado una venta destacada. El precio del crudo ha subido, pero no a unos niveles que podrían impactar el apetito inversor en mayor medida.
Ha sido un año de siglas, especialmente en el mundo de los mercados financieros. Todo comenzó con MAGA: Make America Great Again (Hagamos grande de nuevo a Estados Unidos). Ocasionalmente, algunos le han dado un giro satírico con MAGA: Make America Go Away (Hagamos que Estados Unidos desaparezca), o MEGA: Make Europe Great Again (Hagamos grande a Europa de nuevo). De hecho, este año, los mayores flujos de inversión hacia activos europeos en lugar de estadounidenses han acompañado a menudo esta visión satírica. En esta lista hay que incluir, por supuesto, DOGE: el Departamento de Eficiencia Gubernamental. Y, más recientemente, TACO.
El aumento del proteccionismo en Estados Unidos está intensificando muchos de los rasgos que definen la nueva era económica, al acelerar el proceso de desglobalización, agravar la disyuntiva entre crecimiento e inflación y elevar las primas de riesgo y los rendimientos en todo el mundo. Es de esperar que, con el tiempo, la agenda del «America First» provoque una reasignación estructural que aleje los flujos de capital internacionales del país que la promueve.
La conocida frase “toda la política es local”, que suele atribuirse a Thomas P. “Tip” O’Neill Jr., presidente de la Cámara de Representantes de EE. UU. entre 1977 y 1987, tiene mucho sentido cuando se trata de conectar con los votantes y ganar las elecciones. Pero cuando hablamos de economía y política en clave global, quizá habría que reformularla y decir: “¡Toda la política es global!”.
España podría aumentar la inversión de sus ciudadanos hasta los 429 millones de euros en los próximos 10 años si diseña un sistema de cuentas de ahorro adecuado. Así lo indica un informe de New Financial, un think tank europeo, junto con Fidelity International sobre cómo implantar un sistema de cuentas de ahorro e inversión en la UE.