Se trata de un fondo cotizado cuya filosofía de inversión es proporcionar la rentabilidad total neta del índice STOXX Europe 600 Optimised Media, su índice de referencia o benchmark. Es por tanto un ETF indexado, de gestión pasiva (teóricamente, ahora veremos que no tan pasiva) y con réplica sintética, mediante swaps. El índice de referencia está diseñado para ofrecer a los inversores una herramienta para replicar a las empresas del índice STOXX Europe 600 Media con un grado de liquidez más elevado para las inversiones a largo y corto plazo. Una inversión en este ETF amplía nuestro universo de inversión a empresas de 17 países europeos: Alemania, Austria, Bélgica, Dinamarca, España, Finlandia, Francia, Irlanda, Italia, Luxemburgo, Noruega, Países Bajos, Polonia, Portugal, Reino Unido, Suecia y Suiza.
A cierre del 06/05/25 el patrimonio del fondo es de 4,02M€ y el NAV por acción es de 188,9€. Datos a tener en cuenta, sus comisiones, con un ratio TER del 0.20%. Su política de dividendos es de acumulación y, por tanto, los fondos que recibe vía dividendos de las compañías en las que participa son reinvertidos en el propio fondo. En cuanto al riesgo, se trata de un ETF que cumple la normativa UCITS y está catalogado con riesgo 4 en una escala de mínimo riesgo 1 y máximo 7.
Como decimos, una inversión en este ETF diversifica nuestras posiciones, ya que un 38,6% está invertido en Países Bajos, un 33% en UK, un 22,7% en Francia y un 5,8% en Alemania. Por sectores, el 75,2% está posicionado en el sector Servicios de Comunicación y el 24,8% en Industria.
En cuanto a la rentabilidad, recordando que rentabilidades pasadas no aseguran rentabilidades futuras y expresada en la divisa base del fondo e incluyendo los dividendos reinvertidos. En dato YTD la rentabilidad es del -4,73%. En dato anualizado a un año 2.57%, 3 años 10.82%, 6 años 15.53%, a 10 años 5.28% y desde su lanzamiento la rentabilidad anualizada es del 11%.
La volatilidad se mantiene estable en los tramos de cinco y diez años, en torno al 15.7%, lo cual indica una variabilidad moderada. La máxima caída en los últimos diez años ha sido del -27.4%, reflejo de la vulnerabilidad ante eventos extremos del mercado, mientras que, en los periodos más recientes, las caídas han sido más controladas.
En cuanto a la sensibilidad al mercado, con beta ligeramente por debajo de 1 en todos los plazos (entre 0.5 y 0.7), lo que indica que el ETF sigue los movimientos del mercado con menor intensidad, aunque muestra un incremento de sensibilidad a tres y cinco años. El R² permanece en niveles moderadamente bajos (entre 0.41 y 0.47), por lo que el comportamiento del ETF no está totalmente explicado por el índice de referencia. La correlación también es moderada (entre 0.64 y 0.68), lo que implica que el ETF mantiene cierta independencia frente al benchmark, en línea con lo que muestra el tracking error, particularmente alto a uno, tres y cinco años (10.64% a 15.29%). Estos niveles para el tracking error muestran una desviación considerable respecto al comportamiento del índice, posiblemente reflejando una estrategia activa o diferenciada. Solo a diez años se reduce significativamente (3.78%), lo que sugiere una alineación más estrecha en el largo plazo.
Las métricas de rentabilidad ajustada por riesgo ofrecen señales positivas. El ratio de Sharpe alcanza valores sólidos a tres (0.56) y cinco años (0.92), indicando una relación favorable entre rentabilidad y riesgo asumido. Por su parte, el ratio de Treynor también presenta buenos resultados (1.23 a 1.92), mientras que el ratio de Sortino es más discreto. Uno de los datos más destacados es el Alpha, positivo y elevado tanto a tres años (3.08) como a cinco años (7.50). Esto sugiere una clara capacidad del gestor para generar rentabilidad adicional respecto al índice, lo que refuerza la hipótesis de una gestión activa con éxito relativo en ese periodo.
En síntesis, este ETF muestra un comportamiento robusto, con mejoras significativas en rentabilidad ajustada por riesgo en el mediano plazo y una desvinculación del índice de referencia, posiblemente debido a una estrategia de gestión activa. Su perfil combina una volatilidad controlada, buen desempeño relativo y capacidad de generar valor, lo que lo hace atractivo para inversores que buscan rentabilidad superior con un riesgo razonable.