En muchas ocasiones les hemos hablado de cuál debería ser la actitud de un inversor a la hora de gestionar su patrimonio. Independientemente del capital destinado a la Bolsa, la diversificación y la estrategia son dos de los actores clave que tiene que tener todo aquel que quiera destinar su patrimonio al mercado de valores y no “morir” en el intento. Parece evidente pero en muchas ocasiones son criterios que no se cumplen. De hecho, como les hemos contado en alguna ocasión “Uno de cada cuatro inversores de grandes patrimonios no han diversificado bien sus carteras. Devere Gruop reconocía, claro, que ésta había que hacerla bien. La diversificación sólo tendrá valor si se usan activos con un perfil de riesgo diferente”. (Ver: Los cinco errores más comunes de los millonarios)

Luis Francisco Ruiz, director de análisis de Estrategias de inversión reconoce que conocer los distintos activos/productos financieros y su fiscalidad pero se podrían clasificar en:

1) Activos/productos que se pueden comprar de forma directa en el mercado. Directamente se puede comprar por su propia cuenta acciones, bonos, inmuebles, divisas y materias primas. Su principal ventaja son los reducidos costes y la ausencia de comisiones. Su principal desventaja, es la ausencia de incentivos fiscales.
2) Activos/productos que se compran de forma indirecta en el mercado. En esta sección entran fondos de inversión, fondos de pensiones, ETFs, productos estructurados… Algunos de ellos cuentan con importantes ventajas fiscales aunque llevan costes asociados.
3) Y añadimos un punto más. Las inversiones alternativas. Recientemente decían los expertos de JP Morgan que las inversiones alternativas podrían ofrecer la una gama de estrategias, clases de activos y enfoques de inversión que difieren de las clases tradicionales da largo plazo – como renta fija, variable y materias primas – que podría ofrecer a los inversores una oportunidad de mejorar el resultado de la cartera controlando el riesgo. El siguiente gráfico muestra cuáles habrían sido los efectos de incorporar activos alternativos a una cartera entre 1990-2014.
 
Efectos gestión alternativa

A partir de ahí se hace necesario construir