Dada tu filosofía de “mapear escenarios, no certezas” y adaptarse dinámicamente ante sorpresas, ¿cómo están preparando actualmente el fondo para posibles shocks macroeconómicos en 2025? 

Yo creo que hay que entender nuestra experiencia, que influye como pensamos nosotros, la filosofía. 

Nosotros llevamos más de dos décadas invirtiendo en muchos sitios, en algunos hedge funds bastante gordos y casas de gestión bastante conocidas, como Goldman Sachs, Tudor Capital, Barclays Capital. Y siempre gestionando macro y carteras multiactivas, entonces gestionando bastante este riesgo de mercado. Al final, llevamos ya tres crisis que supuestamente deberían pasar una vez en la vida y ya vimos tres; hemos visto periodos deflacionarios y periodos inflacionarios; y también somos estudiantes de historia económica y de mercados, así que nos influye bastante como pensamos nosotros en el mundo. 

Yo creo que sí, 2025 ha tenido muchos shocks, seguirá teniendo shocks y lo que se avecina y estamos ahora es un entorno con bastante inestabilidad, mucha política, geopolítica y misma inestabilidad de política monetaria y política fiscal, pero eso ya nos pasó antes. Yo creo que hay tres soluciones para buscar certezas, o sea, para manejar esta incertidumbre, esta inestabilidad, estos shocks. La primera es básicamente decir, yo soy el más fuerte del mundo, yo aguanto todo, aguanto todos los shocks. Esto suele pasar y la gente que quiere ser la más fuerte y aguantar todos los shocks termina con 100% en liquidez, o sí aguanta los shocks cuando hay crisis, pero al final con inflación es una pérdida segura, porque está perdiendo poder de compra. Pero es una filosofía, una solución porque da certeza. Voy a tener al final del año lo mismo que tenía más un poquito de interés, pero van a perder con la inflación. La segunda opción, que suele ser la más común en el mundo de inversión es decir, yo soy el más inteligente del mundo, yo sé exactamente lo que va a pasar en el futuro y entonces voy a meter 100% de mi cartera en este futuro que yo estoy previendo. Lo que pasa por ahí muchas veces es que el futuro, efectivamente, no es así tan fácil de prever, y esas carteras tienden a reventar. Nosotros escuchamos las que no revientan, las que tienen un éxito tremendo, porque prever en un escenario bastante raro y subieron mucho, pero todas las otras que intentaron exactamente lo mismo, terminan hundiéndose. 

Entonces esto marca un poco nuestra filosofía. Nuestro objetivo en el fondo, es tener unos retornos estables; o sea, ayudar a nuestros inversores a crecer su capital de forma estable y superior, o sea, que crezcan, pero que no haya grandes baches. Y entonces esto influye bastante en nosotros, porque lo que queremos nosotros es un poco seguir la filosofía de Darwin. Tenemos un proyecto a largo plazo, y como decía Darwin, el que sobrevive a largo plazo no es el más fuerte ni es más inteligente, sino el que es más adaptable a un entorno cambiante. Y entonces nosotros, como gestionamos la cartera, exactamente estamos enfocados en tener una cartera que se adapta a una realidad que está constantemente cambiando. Es un poco como conducir un coche, y que tiene un buen amortiguador, porque sabes que vienen baches en la calle. Puedes decir que no vienen, pero sí vienen. Y entonces la cartera en sí está montada con bastante flexibilidad, los activos son muy líquidos, podemos rápidamente subir bastante renta variable y bajarla también bastante para aguantar exactamente estos shocks. Y también estamos preparados para decidir bastante rápidamente; o sea, operamos día y noche, y estamos siempre listos. 

Creo que los shocks de 2025 no son muy distintos de los shocks de 2008, de 2022, de 2020 con covid. Son distintos, pero son shocks que hay que saber que va a haber baches en la carretera, hay que estar listos.

El Paradigma Stable Return es un fondo multiactivo con riesgo medio-bajo que combina renta fija, variable y estrategias de protección. ¿Cómo ajustáis esa combinación con este entorno de tipos y alta volatilidad? 

La manera en la que lo hacemos nosotros es un poco distinta de lo normal. Lo normal es que la gente decida una cosa grande y meter todos sus apuestas ahí. Tener un proceso de decisión bastante concentrado; o sea, una persona, un comité de inversión decidiendo una cosa muy gorda. 

Hay una frase muy conocida que dice, si quieres ir rápido, ve solo; si quieres ir lejos, ve acompañado. Entonces nosotros tenemos esa filosofía también de que para ir lejos no hay que tener decisiones muy grandes, concentradas en una decisión, sino que suelen ser una suma de varias decisiones distintas. Nosotros tenemos muchos métodos cuantitativos y gestión discrecional, juntamos los dos, y cada cosa tiene distintos indicadores, distintos horizontes temporales, lo que hacemos es cada mini decisión tiene una pequeña parte del portafolio. Y cuando hay muchas que no están en la misma visión, la cartera total no tiene mucho cambio. Pero cuando todas están haciendo una cosa que es reducir riesgo, entonces la cartera reduce mucho riesgo. Entonces es una manera de conseguir hacer cambios muy grandes en la cartera, sin tener que apostar que esta decisión es la correcta. Es una suma de muchas cosas.

¿Qué criterios seguís dentro de la cartera y cómo la equilibráis? 

Una cartera en sí tiene que ser bastante equilibrada. 

Lo normal sería equilibrar sólo los activos de renta fija, renta variable, por ejemplo, es el método tradicional. Lo que hacemos nosotros es que tenemos, digamos, métodos cuantitativos avanzados y también más experiencia. Entonces, lo que metemos en el equilibrio de la cartera no es solo renta fija y renta variable, sino también las decisiones que tomamos. Lo que intentamos controlar es cómo va el mercado, cómo se correlacionan los activos del mercado y cómo se correlacionan con nuestra manera de decidir cada una de las pequeñas decisiones. Eso lo estamos controlando totalmente al día y vamos manejando el riesgo que damos a cada activo y a cada decisión dinámicamente. 

Se habla mucho de gestión dinámica. Cuando estamos hablando de nuestro fondo, cuando hablamos de gestión dinámica, reducir y subir riesgo, el ejemplo sería el renta variable. Nosotros gestionamos al día y nuestra renta variable no es que sea entre 45% y 55%, nuestra renta variable está entre un 10% y un 70%. Vamos de 20% a 60% de 60% bajo a 20% otra vez. Y eso es, digamos, no es tradicional, pero es nuestra manera de encontrar para gestionar este riesgo de mercado y conseguir tener un retorno estable exactamente en un mercado que está lleno de socks y de inestabilidad.

Con vuestro enfoque en asignación global multiactivo, ¿qué herramientas clave utilizáis para identificar oportunidades en mercados emergentes o en países desarrollados? 

Nosotros analizamos los emergentes y los desarrollados de la misma manera. 

Tenemos una estrategia que va a cualquier parte. O sea, dónde hay oportunidades es donde vamos; donde está la eficiencia, dónde está el mercado que está, digamos, más hacia un lado y que creemos que va hacia el otro lado. 

Por ejemplo, se habla mucho de cómo está el euro contra el dólar. Nosotros miramos el euro, el franco suizo, el yen japonés, pero también el peso mexicano, el real brasileño, el dólar taiwanés, el won coreano. O sea, miramos el mundo entero como oportunidades y miramos todos los mercados más o menos con exactamente la misma perspectiva de política económica, política monetaria, política fiscal, geopolítica porque tiene todo que ver, y también los procesos cuantitativos. Miramos flujos, precio, momentum, reversión a la media, pero miramos todos las oportunidades al mismo tiempo. 

¿Qué rentabilidades esperáis conseguir con esta incertidumbre de mercado?

Nuestra estrategia ya tiene bastantes años. Si miramos en los últimos 20 años más o menos, por media esperamos tener más o menos un 10% al año y suele ser también el retorno más común, digámoslo así. 

El 75% del tiempo estamos por encima del 5%; o sea, en un año hicimos más que un 5% y 75% de los años. Y cuando miramos un poco más adelante, en los mercados buenos y en los años buenos, en que el mercado está positivo, solemos tener como un 12%.

El mercado de renta variable, por ejemplo, en esos años, está más en un 15% y si miramos el mercado de high yield está como un 8% o 9%. Y en los años malos, donde nuestra protección tiene más impacto, donde la renta variable cae como 14% o 15% otra vez y renta fija high yield, cae como un 7% o 8%, nosotros en esos años tenemos proteger y quedar a cero.

Entonces en los años malos tendemos a quedar a cero y en los años buenos hacer mucho más. Por media, un año normal sería un 10% o 11%; el año pasado que fue 2024, por ejemplo, fue un 11%.