Para entender la diferencia entre un ETF y un fondo indexado vale la pena comenzar por definir que es uno y otro. A partir de ahí comentaremos las diferencias y similitudes:

  • Un ETF (Exchange-Traded Fund) es un fondo de inversión que cotiza en bolsa y que tiene como objetivo replicar el rendimiento de un índice o una cartera de activos. Los ETFs suelen ser compuestos por acciones, bonos u otros activos subyacentes, y su precio varía en función de la cotización de estos activos. Los inversores pueden comprar y vender acciones de ETFs en el mercado de valores, como si se tratara de acciones de una empresa. Es decir, sabremos en todo momento el precio al que estamos comprando o vendiendo y no hace falta esperar a tener el valor liquidativo, como sucede en fondos activos o indexados.
  • Mientras que un fondo indexado, también conocido como fondo índice, es un tipo de fondo de inversión que busca replicar el rendimiento de un índice de referencia, como el S&P 500, el Ibex 35, o el MSCI World, por mencionar algunos ejemplos. Estos fondos suelen estar compuestos también de acciones o bonos que se encuentran en el índice de referencia y su precio varía en función de la fluctuación de los activos subyacentes. Son gestionados de forma pasiva, lo que significa que su cartera se mantiene estática y no se realizan cambios activos en el día. En lugar de eso, los indexados compran y mantienen los mismos activos que se encuentran en el índice de referencia.

Estos dos instrumentos de inversión se parecen en varios aspectos:

  1. Ambos buscan replicar el rendimiento de un índice o una cartera de activos.
  2. Ambos suelen estar compuestos por acciones o bonos, o una combinación de ambos.
  3. Ambos tienen un precio que varía en función de la cotización de los activos subyacentes.
  4. Ambos pueden ser comprados y vendidos en el mercado de valores, lo que permite a los inversores entrar y salir de la posición de forma rápida y fácil.

Sin embargo, se diferencian en el hecho de que el ETF es negociado en la bolsa (al igual que una acción), mientras que los fondos indexados son comprados y vendidos directamente a través del gestor del fondo o a través de intermediarios financieros.  Además, los ETFs suelen tener comisiones más bajas y pueden ser más líquidos que los fondos indexados.

El precio de los ETFs oscila durante todo el día, como el de las acciones, mientras que el de los fondos indexados se conoce al cierre.

En los últimos años ha crecido significativamente la gama de subyacentes replicados por los ETFs, tanto nivel de renta variable como fija, sectoriales, materias primas y otros activos, incluso replicando el comportamiento inverso o apalancado. Por su parte los fondos indexados suelen tener una oferta más limitada.

Además, hay un factor importante y que en Europa es exigido por las autoridades y es la transparencia de los ETFs. En este sentido diremos que un ETF divulga diariamente su cartera, no solo sus principales posiciones, lo que facilita a los inversores (especialmente institucionales) analizar la contribución al riesgo que tendría como parte de una cartera total.  

Mientras que el mínimo de inversión es habitualmente más bajo en los ETFs que en los fondos indexados, también comentar que éstos últimos cuentan con clases, mientras que los ETFs habitualmente no tienen.

Por la parte de fiscalidad comentaremos que mientras que un fondo de inversión, como lo son los fondos indexados, se puede traspasar sin tener que tributar por las ganancias generadas ya que no se está reembolsando sino traspasando a otro fondo de inversión, los ETFs no son traspasables, y por tanto tributan como una acción (a un tipo mínimo del 19% y máximo del 26% en función de la cantidad obtenida).

Conclusión: los ETFs y los fondos de inversión (ya sean indexados o no) son complementarios y sirven para lograr alcanzar una mayor diversificación en una cartera de inversión.

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