Las perspectivas económicas siguen condicionadas por la política estadounidense y el déficit público

La introducción de aranceles en Estados Unidos podría repercutir negativamente en el crecimiento mundial en el segundo semestre y aumentar la inflación estadounidense, reduciendo así el apoyo al mercado. Sin embargo, el presupuesto estadounidense para 2026, actualmente en fase de estudio, contempla un estímulo del 1% del PIB, lo que ofrece la esperanza de una recuperación temporal a pesar de la desaceleración prevista.

Aunque el mercado de renta fija estadounidense no llegue a entrar en pánico, persisten las tensiones entre los inversores no residentes, preocupados por su exposición al dólar. Los mercados podrían superar el actual bache si se pone fin al ciclo proteccionista, aunque este escenario sigue siendo incierto.

Benjamin Melman, CIO de Edmond de Rothschild AM, añade: "Las discusiones entre EE.UU. y China podrían prolongarse, mientras que las mantenidas con Europa probablemente serán complejas. Para la segunda mitad del año, hemos decidido mantener una ligera infraponderación en renta variable, sobre todo estadounidense, y en el dólar".

Deterioro del entorno geopolítico 

Una guerra en Europa entre Rusia y Ucrania que se prolonga, tensiones en Oriente Medio entre Israel e Irán, y el riesgo de que China invada Taiwán de aquí a 2027, todo ello en un contexto en el que Estados Unidos ha dicho que quiere revisar su compromiso en lo que respecta a la OTAN, Aukus, etc. Este nuevo contexto geopolítico, marcado por un aumento generalizado de la incertidumbre, está pesando sobre las perspectivas económicas mundiales y ejerciendo presión sobre las finanzas públicas. También está obligando a los gobiernos a reforzar su capacidad de resistencia y a reafirmar su poder.

Vientos en contra estructurales para las yields largo plazo

Las yields a largo plazo estadounidenses se ven amenazadas por recortes fiscales no compensados (el DOGE ha reducido drásticamente sus ambiciones), lo que provocará una nueva deriva de los déficits.

En el resto del mundo, la necesidad de inversión pública aumenta considerablemente ante la nueva situación geopolítica. Asegurar nuestro territorio, nuestras cadenas de suministro y nuestra soberanía digital tendrá un coste importante. Las primas a plazo, que se están reconstruyendo actualmente, deberían seguir aumentando.

Además, con la inflación en retroceso, la duración ya no desempeña su papel protector en caso de shock. La correlación entre los tipos largos y los mercados de renta variable, por ejemplo, se ha mantenido particularmente inestable, incluso durante el recrudecimiento de las tensiones entre Israel e Irán. Sólo una recesión parece capaz de restaurar las propiedades iniciales del mercado de bonos. Además, el dólar no ha desempeñado su papel tradicional, sobre todo durante la fase de aumento de las tensiones geopolíticas. En consecuencia, los equipos de inversión de Edmond de Rothschild AM prefieren mantenerse alejados de los bonos a largo plazo, debido al riesgo moderado de recesión.

¿El retorno del liderazgo alemán presagia el regreso de la Unión Europea?

Tras un periodo de estancamiento, Alemania ha experimentado un rápido cambio. Históricamente, su economía se basaba en la importación de materias primas rusas y la exportación de bienes de valor, especialmente a China, bajo la protección de Estados Unidos. Hoy, la crisis de Alemania ha adquirido una dimensión casi existencial, lo que ha impulsado a Europa a seguir su ejemplo para introducir cambios importantes en la UE. Desde las últimas elecciones, Merz ha adoptado un enfoque audaz, con un ambicioso plan de inversiones en defensa e infraestructuras, recortes fiscales para las empresas y un papel internacional reforzado, sobre todo en relación con Ucrania.

El canciller Merz tiene previsto centrarse en gran medida en las cuestiones internacionales, y la cuestión es si podría influir en Europa para que siga las recomendaciones del informe Draghi, que ha acogido muy favorablemente. Si se confirma esta tendencia, la renta variable europea debería seguir subiendo, beneficiándose del hecho de que los inversores internacionales siguen infraponderando Europa.

Benjamin Melman concluye: "A medida que nos adentramos en la segunda mitad del año, adoptamos un enfoque prudente respecto a los activos estadounidenses, al tiempo que seguimos explorando otras clases de activos. Podrían surgir sorpresas positivas si la administración Trump da la espalda al proteccionismo, favoreciendo un clima de desregulación y recortes fiscales. En Europa, la aplicación del plan Draghi podría ayudar a recuperar parte del terreno perdido. El auge de la IA podría mejorar progresivamente la productividad, aunque su impacto sigue siendo limitado por el momento. Sin embargo, sigue siendo necesaria la cautela ante las elevadas valoraciones de los activos, la incertidumbre de la política estadounidense, las tensiones geopolíticas y las perspectivas económicas generales".