
Según el Ministerio de Consumo (Dirección General de Ordenación del Juego), en el año 2021, cada español gastó de media casi 50 euros mensuales en juegos de azar, incluyendo la Lotería de Navidad, por supuesto. Teniendo en cuenta que el cálculo es sobre 47 millones de personas, imaginemos las cantidades que de verdad gastan los que apuestan…
Vamos a centrarnos en la Lotería de Navidad: hay 100 mil bolas, además de 180 series por número. Resumiendo, la probabilidad de acertar es de 0,00001%. Hay más probabilidades de que nazcas con 6 dedos. Por tanto, no se puede decir que “invertimos” en Lotería. Por cierto, si te toca, mira bien qué haces con ese dinero (en realidad, ya lo sabes: invertirlo a largo plazo), porque lo normal es saldar una deuda, pagar la hipoteca, o algo similar. Pero si lo inviertes bien, es mucho más probable que los intereses que generes sean mayores al coste de las deudas que tienes. Pero no me quiero desviar; ni mucho menos hacerte perder la ilusión de jugar en Navidad a este impuesto que con tanta alegría pagamos. Porque nunca toca, pero a alguien le toca.
En fin, con estas pequeñas probabilidades podríamos hacer el ejercicio siguiente. Si esos 50 euros mensuales que se gastan de media en juegos de azar se invirtiesen como un ahorro periódico en tus años de vida laboral. ¿Qué sucedería? Vamos a suponer que la vida laboral es de 40 años (y viendo cómo es el sistema de pensiones, quizá me quede corto). También vamos a suponer que no sabemos en qué invertir y lo hacemos en índices. Le damos al botón de calcular y… ¡Ta-chán!
Más de 1 millón de euros para la jubilación con unas aportaciones que no llegan a los 29 mil euros. Eso son más de dos veces el premio gordo.


La verdad es que parece que los cálculos tienen algún error, ¿no? Pues me alegra decirte que no. En tu vida laboral es como si te hubiera tocado la Lotería de Navidad más de dos veces. ¡Dos veces! Pero sin correr… El dinero tienes que dejarlo invertido para dejar actuar al tiempo y al interés compuesto. Y rentabilidades pasadas no garantizan rentabilidades futuras. Quizá tu rentabilidad sea menor. Cuidado, también puede ser mayor.
En cualquier caso, ya no estamos apostando a un juego de azar; estamos invirtiendo. ¿Tienes paciencia y constancia? ¡Qué tentador es jugar a juegos de azar! ¡Qué difícil ser constante en el ahorro periódico y no tocar ese dinero! ¡Qué difícil bajar de peso! Y tantas otras cosas buenas, porque lo que mucho vale, mucho cuesta. Por eso, hay que quitarse la idea del “pelotazo” y sigamos el camino despacito y con buena letra.
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