
Brasil vuelve a ocupar un lugar destacado en los radares de los inversores internacionales. Con un real fortalecido, un mercado bursátil profundo y una política monetaria que empieza a dar señales de relajación. Así el país se consolida como uno de los destinos más atractivos de Latinoamérica para quienes buscan rentabilidad real y estabilidad relativa en un entorno global incierto.
Además, los últimos informes de casas como BBVA Research, JP Morgan y AllianceBernstein coinciden en que, pese a los riesgos fiscales y políticos, Brasil mantiene un potencial estructural sólido y ofrece un perfil de inversión difícil de ignorar.
Contexto macroeconómico

La economía brasileña atraviesa una etapa de desaceleración controlada, con un crecimiento del 2,2% en 2025 y del 1,5% en 2026, afectados por la política monetaria restrictiva (tipos SELIC al 15%) y un menor impulso fiscal según el informe de BBVA Research sobre la situación del país en el tercer trimestre de 2025.


A pesar de esto, las estimaciones anticipan, que a partir de 2027 el PIB podría volver a crecer por encima del 2%, impulsado por mejoras de productividad, un mercado laboral sólido y reformas estructurales.

Por otro lado, la inflación se ha moderado más de lo esperado, un 4,8% en 2025 y un 3,7% en 2026; y el Banco Central prevé iniciar recortes graduales de tipos el próximo año, posiblemente hasta el 11%, lo que abriría espacio para un nuevo ciclo de expansión.

Entre las fortalezas estructurales destacan la apreciación del real (aproximadamente un 13% en 2025), la resiliencia del consumo interno y el avance de reformas económicas que fortalecen el crédito privado y estimulan la inversión.
No obstante, BBVA Research advierte de tres focos de riesgo:
- Aumento de aranceles de EEUU a productos brasileños.
- Tensiones políticas internas.
- Riesgos fiscales y climáticos de cara a las elecciones de 2026.

Aun así, la entidad considera que Brasil combina ajuste cíclico con fundamentos estructurales atractivos a medio plazo.
Corazón financiero de Latinoamérica

Brasil concentra el 60% de la capitalización bursátil regional y marca la referencia obligada para los fondos que buscan exposición a América Latina. De hecho, JP Morgan en su estrategia de renta variable LatAm Equity Research del mes de octubre, define al país como “el pilar de la renta variable latinoamericana”.

Además, hay que tener en cuenta que el IBOVESPA ha superado en 2025 a varios índices de mercados emergentes, apoyado en el fortalecimiento del real y el buen desempeño de sectores como finanzas, energía y materiales básicos. Y aquí desde JP Morgan destacan especialmente:
- Banca y financieras: alta rentabilidad por dividendos y balances sólidos.
- Energía (Petrobras): atractivo por dividendos elevados y estabilización del crudo.
- Materiales y minería: favorecidos por la demanda externa, aunque sensibles a la política comercial estadounidense.
- Infraestructura y utilities: con potencial a medio plazo gracias al ciclo de inversión pública.

Los analistas consideran que el mercado brasileño está infravalorado respecto a sus medias históricas, con potencial alcista si el ciclo de recortes de tipos se confirma en 2026. Además, la prima de riesgo (CDS) permanece estable, lo que refuerza su perfil de mercado defensivo dentro del universo emergente.
Oportunidades en renta fija local

Desde una perspectiva de deuda emergente, Christian DiClementi, gestor principal de renta fija de mercados emergentes en AllianceBernstein, identifica a Brasil como una de las mejores oportunidades riesgo/rentabilidad dentro del universo de emergentes.
El experto recuerda que el Banco Central de Brasil fue una excepción entre los grandes bancos centrales, subiendo las tasas hasta junio de 2025 para contener una inflación persistentemente alta. Sin embargo, prevé que el país se alinee con la tendencia global de recortes en 2026, impulsando tanto los bonos locales como los activos denominados en reales.
Y advierte que el principal foco de riesgo será el deterioro fiscal previo a las elecciones generales de octubre de 2026, que podría introducir volatilidad en el corto plazo.
Atractivo estructural con riesgo político controlado
Finalmente el mensaje es el siguiente: Brasil ofrece una combinación de rentabilidad real, estabilidad macro y potencial estructural que lo sitúan como una de las apuestas más consistentes de Latinoamérica.
Aunque persisten riesgos fiscales, tensiones con EEUU y ruido político interno, los fundamentos siguen firmes. Y, además, la solidez del real, los altos tipos de interés reales, las reformas promercado y la profundidad de su mercado financiero hacen que, incluso en un entorno global incierto, Brasil mantenga su atractivo como destino de inversión.
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