La gestora de activos del Banco Santander (Santander AM) encara el horizonte con un panorama claro: el ciclo bursátil está lejos de agotarse. Pese a las voces de alarma por una posible burbuja tecnológica impulsada por la inteligencia artificial, la entidad considera que no estamos ante una explosión especulativa, sino ante una oportunidad estructural para la renta variable. “El contexto macroeconómico y de políticas públicas ha generado un ambiente muy favorable para todos los activos de riesgo, especialmente para la Bolsa, que creemos que debe convertirse en un pilar esencial de todas las carteras”.
Una economía global con piloto automático
La firma señala que los frenos a la expansión mundial, como la inflación o las tensiones comerciales, están perdiendo fuerza. Con políticas monetarias que tienden a la neutralidad en EEUU y Europa, y con estímulos fiscales que ganan protagonismo, el escenario que se abre es de crecimiento moderado pero sostenido. “La inversión es el motor del crecimiento económico y el motor de la creación de empleo”, afirman los analistas del banco.
Europa y España como epicentros del valor
Para 2026, Santander AM identifica a Europa como una de las grandes apuestas. El motivo: valoraciones más contenidas que en EEUU, condiciones macroeconómicas menos tensas y la posibilidad de beneficiarse de una recuperación más amplia. En ese contexto, España y el IBEX 35, en particular, se alzan como mercados con alto potencial. “Creemos que podemos tener otro año de retornos de doble dígito en la bolsa española, indistintamente de si está en máximos”.
Los sectores clave: banca, industria, defensa y valores cíclicos. Y la propuesta es clara: sobreponderar acciones en Europa y España frente a otras regiónes.
Aunque no descartan la fuerza de las compañías tecnológicas, Santander AM advierte que las subidas futuras deberán venir de una mayor amplitud sectorial y regional, más allá del reducido grupo de gigantes de la IA. Y quizá lo más relevante: las grandes empresas tecnológicas de hoy tienen balances más sanos, crecimiento orgánico y menor apalancamiento que en la era del estallido de las “.com”.
Renta fija y oro: ingredientes de diversificación
La apuesta no es solo por acciones. La gestora también recomienda:
- Bonos del Reino Unido y Brasil, por su recorrido potencial tras recientes ajustes.
- Deuda corporativa europea de calidad, con menores vencimientos y mejor perfil de riesgo-rendimiento.
- Oro, con un peso de entre el 2% y el 5% en cartera, como colchón defensivo ante posibles turbulencias.
Además, ponen énfasis en la deuda privada europea como vehículo alternativo, bajo una tesis que combina inversión estructural y spread elevado frente a EEUU.
Riesgos que no se deben ignorar
Como en todo ciclo, aparece la advertencia. La gestora reconoce que la volatilidad podría aumentar si no se cumplen las expectativas de beneficios o si la “fiebre por la IA” se desvía. En ese sentido, organismos reguladores como el Banco de España han alertado sobre la posibilidad de correcciones bruscas ante valoraciones demasiado elevadas. La clave: no relajarse, sino adoptar una gestión activa con visión de medio-plazo.
El mensaje de Santander AM es contundente: las bolsas todavía tienen recorrido, y la combinación de crecimiento moderado, normalización monetaria y estímulos fiscales invita a posicionarse con convicción. Europa, y especialmente España, son el epicentro de esa oportunidad. Pero el tiempo de favorecer la renta variable exige también disciplina, diversificación y enfoque hacia lo sólido, no solo hacia lo llamativo.