El BNY Mellon Global Equity Income Fund es uno de esos raros ejemplares que parecen diseñados para ser definidos con pocas palabras. Creo que mi resumen sería: acciones globales, dividend yield sólido, y una gestión defensiva y de calidad.
Su enfoque es invertir en acciones globales de gran capitalización que paguen dividendos atractivos y sostenibles. Y lo hace con un sesgo muy definido. De hecho, es de los fondos más puros de su categoría. La tentación de estos fondos de dividendos es fuerte. Meten compañías growth que no reparten dividendos y otra parte de empresas de alto dividendo. Este fondo, no. Busca empresas de dividendo no necesariamente muy elevado, pero sí creciente y sostenible. No han caído en la tentación de hacer esa combinación (legítima, por otra parte, pero no pura de dividendo) de crecimiento mezclado con alto dividendo. En otras palabras, busca estar en la parte menos histérica del mercado.
Fuente: Morningstar Direct
El fondo tiene un PER medio de 18, frente al 21,4 del índice. Un perfil de valoración prudente, que da estabilidad incluso cuando la bolsa se agita. De hecho, esa es otra virtud del fondo: que cae menos. Y ya sabemos que, a largo plazo, si vas cayendo menos de forma continuada, necesitas menos para recuperar. Por tanto, aunque sea más aburrido, el fondo tiene una rentabilidad a 10 años que es igual o superior a su peer group, aunque a periodos más cortos obtenga menor rentabilidad. Eso sí, con una volatilidad mucho menor y unas caídas menos pronunciadas.
A cinco años, el fondo acumula una rentabilidad anualizada del 10,7%, prácticamente en línea con el índice FTSE World TR USD (que no es cualquier índice…). Pero lo interesante no es solo la rentabilidad, sino cómo la consigue: con una volatilidad del 10,7%, frente al 14,7% del índice. Es decir, menos sustos para obtener resultados similares. Vamos, un resumen de lo que hemos dicho antes. Y, a un año, tampoco está mal por lo que vemos en el siguiente gráfico.
Fuente: Morningstar Direct
Además, en ratios como el down capture, el Global Equity Income muestra la gestión de calidad de la que hablaba: captura menos caídas que el índice, pero recoge más porcentaje de las subidas. Esto lo convierte en un excelente candidato para carteras que buscan equilibrio entre rentabilidad y protección.
Su exposición sectorial refuerza esa vocación defensiva: financials, healthcare, industrials y consumo básico suman más del 60% de la cartera. En cuanto a geografía, Estados Unidos representa un 49%, pero el fondo está bien repartido por Europa, Asia y emergentes, lo que aporta descorrelación y potencial de largo plazo.
Fuente: Morningstar Direct
Y no resulta tampoco desdeñable su puntuación de sostenibilidad y de riesgo ESG, notablemente baja. No solo porque sea Artículo 8 según el Reglamento SFDR, sino por otro motivo más de prudencia en la gestión del riesgo total de las compañías.
Este fondo tiene un público de amplio espectro, pero creo que sería ideal para quien quiera equity global sin sufrir como con el Nasdaq y para inversores que valoran los ingresos por dividendo y la estabilidad.
El BNY Mellon Global Equity Income no pretende ser el fondo más brillante del mundo, pero sí uno de los más consistentes. Rentabilidad con menos sobresaltos, sesgo defensivo, buen dividendo y un enfoque global bien diversificado.