¿Resurgir de las materias primas?  Por qué están ganando la partida a la bolsa y los bonos

¿Cómo afecta la aversión al riesgo y los posibles recortes de la Fed a la demanda y el precio de las materias primas? ¿Son las materias primas un buen activo para diversificarse de la renta variable y la renta fija?

Las materias primas son activos al contado. Están estrechamente vinculados a los factores reales de la oferta y la demanda. A diferencia de la renta variable, no están muy orientados al futuro. Sus precios deben equilibrar la oferta y la demanda en la vida real, aquí y ahora. Por lo tanto, el sentimiento de riesgo y la aversión al riesgo suelen afectar sólo temporalmente a sus precios, como la caída del 9% del índice Bloomberg Commodity TR (la referencia más común de las materias primas) en los primeros días de abril. Los inversores están deshaciendo posiciones futuras y los precios caen de forma natural. Sin embargo, al cabo de un tiempo (esta vez exactamente 4 días), los fundamentales, es decir, la oferta y la demanda reales, vuelven a tomar el control y los precios comienzan a recuperarse. En la actualidad, las materias primas constituyen una excelente cobertura frente a la renta variable y la renta fija. En lo que va de año, hasta el 17 de abril, el Bloomberg Commodity TR Index ha subido un 5%, mientras que el SP500 Index ha bajado un 10%. No me malinterpreten: una recesión en toda regla es mala para las materias primas, al igual que para la renta variable. Pero el mero hecho de hablar de riesgos de recesión no afecta demasiado a las materias primas. Además, una amplia cesta de materias primas es un activo muy diversificado de por sí y la dinámica de la oferta y la demanda que afecta a los precios varía significativamente. 

¿Son todas las materias primas sensibles a una recesión mundial?

No, desde luego.  Por ejemplo, los precios del gas natural dependen sobre todo del clima estadounidense, mientras que los del petróleo dependen del crecimiento económico mundial y de la política de suministro de la OPEP. Los metales básicos están estrechamente ligados al ciclo crediticio chino, mientras que los metales preciosos se correlacionan con la política monetaria. Los cereales y los softs, por su parte, dependen de los regímenes meteorológicos regionales. Por ejemplo, África Occidental es relevante para el cacao, mientras que Rusia, Ucrania y EE.UU. lo son para el trigo; para la soja y el maíz, Sudamérica es el centro de atención. Además, los riesgos geopolíticos son muy elevados en estos momentos y las materias primas son una buena cobertura, ya que suelen estar en el fuego cruzado de estos conflictos. 

Por lo tanto, creo que un pequeño porcentaje de materias primas en una cartera multiactivos tiene sentido en este entorno.

A más largo plazo, vemos movimientos en el tablero geopolítico impulsados por la necesidad de acceder a tierras raras y materias primas que se han convertido en imprescindibles. En Europa, por ejemplo, hemos visto cómo la Unión Europea ha decidido poner en marcha medidas para buscar en el territorio de la UE algunas tierras raras y metales. ¿Va a ser ésta una tendencia a largo plazo que los inversores deban tener en cuenta?

La transición energética y la ambición de electrificar el mundo aumentan la necesidad de ciertas materias primas, como el cobre, el aluminio, el estaño, el níquel y algunas tierras raras. El mineral existente ha ido disminuyendo de calidad y ahora se tarda casi el doble en abrir una mina que hace 20 años, además de que los precios han subido vertiginosamente. Por lo tanto, creemos que los precios de algunos metales tienen que aumentar sustancialmente para incentivar un aumento de la producción en los próximos años. Si la construcción de nuevas minas no es lo suficientemente rápida, los precios de estas materias primas deben subir tanto que destruyan parte de la demanda. Por lo tanto, invertir en estas materias primas podría ser una buena cobertura contra el aumento de los costes de los insumos en la transición energética.

Además, el creciente proteccionismo y el hecho de que los países no quieran depender de un pequeño subconjunto de países que ofrecen estas materias primas, hacen que empiecen a buscar sus propias capacidades de extracción y transformación. Esto es posible en muchos casos, ya que hay disponibilidad de metal en el subsuelo. Sin embargo, los precios de las materias primas tienen que subir considerablemente para que resulte económicamente atractivo establecer un sector minero si no hay subvenciones sustanciales del gobierno. Se trata de una tendencia que se mantendrá en los próximos años y que los inversores deben tener en cuenta.

¿Cuáles son sus perspectivas para la evolución del precio del petróleo?

Hay varios factores relacionados con la política arancelaria de Estados Unidos que van a determinar el precio del petróleo en los próximos meses. 
Si la OPEP sigue adelante con su recorte de la producción y vuelve a luchar por una mayor cuota de mercado, los precios del petróleo seguirán bajos durante más tiempo. Si finalmente la organización detiene su aumento de la producción, podríamos ver una subida de los precios.

En cuanto a China, primer importador mundial de petróleo, hay que estar atentos a la evolución de su política de estímulos para incentivar su economía y el consumo interno, ya que serán decisivos para la evolución del precio del petróleo. Esperamos que los estímulos aumenten en la segunda mitad de este año, cuando las autoridades comprendan mejor el impacto económico de los nuevos aranceles. 
No hay que olvidar las cuestiones geopolíticas con respecto a Rusia y a Irán. Hay algunas voces dentro de la administración Trump que ejercen presión para que éste adopte una postura más agresiva contra Rusia. Al mismo tiempo, se están llevando a cabo negociaciones entre Irán y Estados Unidos, que podrían dar lugar a sanciones más estrictas contra las exportaciones de petróleo iraní si las negociaciones no avanzan lo suficientemente rápido. Principalmente, las refinerías independientes chinas y las refinerías indias importan petróleo iraní. Más limitaciones a estas refinerías podrían provocar una mayor puja por el petróleo de otros orígenes, lo que respaldaría los precios del Brent. 

Si se imponen sanciones más estrictas y éstas llegan a aplicarse, los precios del petróleo podrían volver fácilmente a situarse alrededor de los 80 dólares/barril, lo que supondría un importante impulso para los temores inflacionistas.  

El oro mantiene su tendencia alcista. ¿Cuál es su previsión sobre el precio de este metal para los próximos meses?

El precio del oro superó los 3.500 dólares por onza a mediados de abril, un nivel que excede las previsiones de los analistas para el conjunto del año debido a que el metal precioso ha retomado su papel como activo refugio tanto por la incertidumbre arancelaria como por la preocupación por el crecimiento mundial. 

Este interés de compra es evidente en el mercado de futuros del oro e, incluso, en los flujos de entrada de ETF de este metal, que han repuntado significativamente últimamente (un 8% desde principios de año). Sin embargo, siguen estando en torno a un 20% por debajo de sus máximos de 2020, por lo que queda mucho margen para recuperar terreno.  Además, la demanda de los bancos centrales, en particular de los mercados emergentes, sigue siendo sólida. Con un tipo arancelario medio en EE.UU. que ha pasado del 2,4% en 2025 a más del 20% a principios de abril, los riesgos de inflación se inclinan al alza y los de crecimiento a la baja. En este entorno, el oro debería beneficiarse, y creemos que cualquier caída de los precios del oro es un punto de entrada atractivo. Si la demanda de refugio se mantiene fuerte en los próximos meses, el oro podría superar fácilmente los 3.700 dólares la onza a mediados de año.