Ha pasado el 9 de julio y ahora mirando a agosto, ¿qué podemos esperar?
La verdad es que la pausa en aplicación de los aranceles supone alargar la incertidumbre a los mercados y a los inversores. Yo pienso que es lo peor, porque al final cuando se da un hecho es mejor que se produzca para empezar de esa situación a valorar, a montar otra vez la estrategia, pero ir alargando es un poco alargar un poco la tortura.
Estamos a la expectativa como todos los inversores para ver qué es lo que pasa, porque es verdad que ya ha dicho que no va a hacer ninguna nueva pausa, que no lo va a alargar más y el problema es que las negociaciones avanzan a un ritmo muy lento y desde luego los resultados están siendo con aranceles superiores a los que se preveía inicialmente. Pensamos que incluso la negociación con la Unión Europea terminará con unos aranceles por encima del 10%. Esperemos que no sean excesivamente altos, entre el 15% y 20% el mercado yo creo que sí lo está descontando; si se aproximan más a ese 30%, que es lo que el último dato que aparece en la carta, en la misiva mandada por el gobierno de Trump, el mercado es verdad que en esa situación podría corregir de nuevo con fuerza, porque yo creo que no es el escenario que está sobre la mesa.
Con lo cual, estamos a la expectativa de lo que suceda durante estos días, igual que el mercado. Es verdad que el mercado ha reaccionado bastante calmado a esta última carta y parece más centrado en todo lo que tiene que ver con los datos macro, ya sea de la inflación o los resultados empresariales.
Temporada de resultados, ¿se están dando como se esperaba? ¿Cómo están repercutiendo al mercado?
Después del primer trimestre la gran mayoría de las empresas que reportaron, sobre todo en Estados Unidos, unos resultados muy positivos, avanzaban que este segundo trimestre quizá fuese más complicado. Ninguna empresa, ningún directivo se atrevía a hacer una previsión clara por esa incertidumbre que genera el tema de los aranceles, lo que hace que las expectativas en general sean negativas; y sin embargo, lo que hemos conocido hasta ahora, sobre todo de los grandes bancos americanos, que son los que marcan ese inicio de presentación de resultados del trimestre, están siendo mejor de lo previsto por los analistas. En general la banca lo viene haciendo muy bien y eso también se está reflejando en bolsa, tanto en Estados Unidos como en Europa.
Esperamos que los resultados, en general, estén por encima un poco de las expectativas que se tenía porque al final ese alargamiento del plazo de la imposición de los aranceles ha dado cierto margen a las empresas para seguir manteniendo su actividad. Y aparte, la macro sigue estando bien, tanto en Estados Unidos con niveles de desempleo bajos y con una actividad en el consumo más fría o que en años anteriores, pero todavía muy dinámica; y en Europa pues pienso que también, que todavía a pesar de tener un menor crecimiento económico, sigue siendo positivo cuando se esperaba que estuviéramos en recesión.
Con lo cual, sí que esperamos que los resultados sean mejor de lo previsto y por tanto, apoyen los niveles alcanzados por los distintos mercados en lo que llevamos de este año.
Con el panorama actual, ¿habéis hecho rotación en las carteras?
Empezamos el año, que además veníamos de un gran ejercicio en 2024 con resultados muy buenos en rentar fija y en renta variable, y empezamos enero con los índices llegando a máximos. Entonces a finales de enero, principios de febrero es verdad que ya redujimos exposición a renta variable en los perfiles más conservadores, un poco para consolidar esas plusvalías que teníamos acumuladas, lo cual nos vino bien para las correcciones que se produjeron en marzo y a finales de febrero, pero es verdad que no fue una rotación 100% de las carteras.
Nos mantuvimos invertidos con cierto sesgo a Estados Unidos, que nos penalizó en ese primer trimestre, porque las bolsas europeas lo hicieron mucho mejor, y una vez que pasaron las turbulencias del mercado en marzo y en esas primeras jornadas del mes de abril lo que sí hicimos es aprovechar ese pequeño repunte que ya empezamos a ver desde el 8 o 9 de abril para reducir esa exposición que teníamos a Estados Unidos, equilibrar un poco con el peso que teníamos en Europa y reducir un poquito más el peso que teníamos en bolsa.
Con lo cual, en estos momentos en todos los perfiles, tanto en el más prudente como en el equilibrado como en el agresivo, estamos en porcentajes en renta variable por debajo de lo que es normal en las carteras; es decir, en el perfil equilibrado que lo normal es que estemos en un 50-50 pues en estos momentos estamos en un 45% en renta variable y el resto es renta fija. Estamos en una posición mucho más defensiva y pensamos mantener por lo menos hasta septiembre y que veamos un poco que se aclare este panorama, esta incertidumbre que nos está acompañando a lo largo de todo este ejercicio.
Para esta segunda mitad de año, ¿por qué activos apostáis?
Vamos a mantener. Pensamos que puede ser una buena segunda mitad de año para la renta variable americana, ya lo hemos visto cómo después de las correcciones sufridas en estos últimos meses ha vuelto a coger impulso. Toda esa parte más growth, más de sector tecnología y los resultados, además, apoyan que la tecnología sigue siendo importante y una opción de inversión muy atractiva. Con lo cual, vamos a mantener esa posición que tenemos en renta variable americana, con ese sesgo más a growth en la parte de bolsa.
Y en renta fija nos mantenemos en renta fija muy defensiva, de corto plazo, duraciones entre uno y tres años donde seguimos viendo buenos resultados, quizá, una rentabilidad menor que en ejercicios anteriores, pero en ese entorno del 3%, 3,5% o 4% que es bastante positiva para ese entorno de tipos de interés que tenemos en estos momentos.