A menos de 11 días para las campanadas de fin de año, es conveniente recordar que 2023 ha sido un año en el que las estrategias activas han logrado atraer la atención de los asset allocators debido a sus rendimientos, y también por servir como complemento en las carteras. 

Los ETFs activos ofrecen adaptabilidad y capacidad de respuesta a los acontecimientos, es decir, de manera táctica pero también son útiles como herramientas de inversión a largo plazo. De hecho, una gestora internacional con presencia en España comentaba hoy que si bien antes los ETFs eran utilizados como satélites a esas inversiones "core" de las carteras, ahora son cada vez más los que usan los ETFs como "core" y utilizan los fondos tradicionales como complementos.

Los ETFs activos ya habían superado a sus rivales pasivos a mediados de 2023, de acuerdo al Barómetro de Morningstar Activo/Pasivo, donde se observa que más de la mitad de las estrategias activas también superaron a sus rivales pasivas en ese periodo en casi todas las categorías de renta variable o renta fija. Las estrategias pasivas sólo superaron a sus homólogas activas en los fondos de renta fija privada. En todas las demás áreas dominaron las estrategias activas.

Mientras que el 43% de las estrategias activas superaron a sus rivales pasivas en diciembre de 2022, el 57% lo hizo en el primer semestre de 2023. Este dato se desprende de otro estudio de Morningstar, según el cual los ETF activos registraron una tasa de crecimiento orgánico del 14%, frente al 3% de los pasivos.

Un nuevo hito para los ETFs activos invertidos

Los activos invertidos en ETF de gestión activa cotizados en todo el mundo alcanzaron un récord de 700.380 millones de dólares a finales de noviembre, superando el hito anterior de 649.980 millones de dólares a finales de agosto de 2023.

Lo anterior es un aumento del 43,8% en los activos invertidos en ETFs de gestión activa en lo que va de 2023, que es debido en casi un 80% a las entradas netas registradas en el año (166.940 millones de dólares), siendo las más elevadas que se tenga constancia. Tan solo en noviembre las entradas netas representaron el 21% de las entradas anuales, consiguiendo así el 44 mes consecutivo de entradas en este tipo de productos.

De los 34.820 millones de dólares de entradas en noviembre, a renta variable fueron un 75%, cuando en el acumulado las entradas a renta variable ascienden a 111.960 millones de dóiares, que son 45% superiores a las registradas en 2022.

Por su parte, los ETF activos centrados en la renta fija atrajeron entradas netas de 8.830 millones de dólares en noviembre, y de 54.340 millones en el acumulado del año, por encima de los 21.080 millones de entradas netas en 2022.

Perspectivas favorables para 2024

Coincidimos con los comentarios vertidos por varias gestoras de que ante un 2024 que apunta a una mayor volatilidad, la gestión activa será aún más importante, por lo que la utilización de los bloques de construcción de carteras vía fondos cotizados funcionen como núcleo y también satélite, siendo los ETFs activos de renta fija claves, y es posible que experimenten un fuerte aumento en las entradas de los inversores.

Según apuntaba Jason Xavier, responsable de EMEA ETF Capital Markets para Franklin Templeton, "la renta fija volverá a estar en el foco, especialmente la duración y la solvencia".  Y añade que hay que ser selectivos en los mercados emergentes, que pueden ayudar a tener un rendimiento superior, con lo que "es probable que los ETF de mercados emergentes de un solo país vean un aumento de los activos bajo gestión"