La gran rotación silenciosa en las carteras de IA: este fondo apuesta por China y sorprende al mercado

¿Cree que estamos ante una posible burbuja en torno a la Inteligencia Artificial o aún existe un recorrido estructural al alza?

Aunque existen señales de una fase de euforia —como el enorme gasto en capital en IA, los crecientes cuellos de botella energéticos y las dudas sobre las fuentes de financiación— creemos que la IA tiene unos fundamentos estructurales muy sólidos: una capacidad de los modelos que crece de forma acelerada, un aumento constante de los casos de uso en el mundo real y un despliegue de infraestructuras a varios años que puede impulsar importantes ganancias de productividad en numerosos sectores.

¿En qué fase del ciclo de adopción de la IA nos encontramos? ¿Qué subsectores o aplicaciones ofrecen mayor potencial de crecimiento?

Aún estamos en una fase temprana-media de adopción de la IA. La construcción de infraestructuras —especialmente en chips, centros de datos y redes— sigue dominando la inversión a corto plazo, a medida que crece la demanda de capacidad de cálculo. El software, aunque va por detrás, tiene un gran potencial de recuperación conforme las empresas pasen de la experimentación al despliegue masivo, desbloqueando ingresos a través de la automatización, el análisis de datos y aplicaciones nativas de IA.

¿Cómo definiría la filosofía de inversión del fondo DWS Invest – Artificial Intelligence?

El fondo se centra en empresas que se benefician de la evolución de la inteligencia artificial. El crecimiento del big data y los avances en potencia de cálculo han permitido los recientes avances en IA. Buscamos exposición invirtiendo en tres áreas claramente definidas:

  • potencia de cálculo,
  • recopilación de datos,
  • casos de uso.

Analizamos el producto de cada empresa, su ventaja competitiva, sus oportunidades de crecimiento y el impacto real que la IA tiene en sus resultados financieros. Aplicamos un enfoque exhaustivo “bottom-up”, junto con nuestro proceso fundamental de inversión.

El fondo ha logrado un 18% de rentabilidad en el último año. ¿Qué factores han sido clave?

La rentabilidad se ha visto impulsada principalmente por un sólido crecimiento de beneficios en las principales posiciones, apoyado por una demanda resistente y una mejora de márgenes en la cadena de suministro de centros de datos de IA. Las mayores posiciones se concentran en líderes de semiconductores y plataformas en la nube, junto con algunas compañías de software con alto potencial de adopción.

¿Qué ajustes han realizado recientemente ante las altas valoraciones del sector tecnológico?

Hemos recogido beneficios en algunas tecnológicas con valoraciones elevadas y hemos rotado hacia áreas con mayor visibilidad de beneficios y valoraciones más atractivas. Esto incluye un mayor peso en los casos de uso de la IA y un aumento de la exposición a empresas chinas. Las compañías chinas de IA aportan diversificación y destacan por su innovación, rápida adopción y fuertes inversiones en infraestructura.

¿Cómo gestionan el riesgo de concentración en gigantes como Nvidia, Microsoft o Alphabet?

Limitamos el tamaño de las posiciones y diversificamos a lo largo de toda la cadena de valor de la IA: infraestructura, datos y casos de uso. También damos mucha importancia a la diversificación geográfica: más del 30% de la cartera está invertida fuera de EE. UU., especialmente en Asia.

¿Qué mensaje daría a los inversores que temen llegar tarde a la IA?

La IA sigue siendo una tendencia estructural de largo plazo con potencial para transformar prácticamente todos los sectores, desde la sanidad y las finanzas hasta la industria y la logística. Aunque los primeros líderes han acaparado titulares, la adopción aún está en fases iniciales y el ecosistema de infraestructuras, datos y aplicaciones ofrece años de crecimiento por delante.