
Primero vamos a explicar algunos conceptos, como el FOMC, o Federal Open Market Committee. Es el comité de la Reserva Federal encargado de decidir la política monetaria en Estados Unidos, en particular el nivel de los tipos de interés de referencia. Se reúnen ocho veces al año y, tras cada reunión, publican un comunicado que puede mover literalmente trillones de dólares en los mercados globales.
Este comité está compuesto por los siete miembros de la Junta de Gobernadores de la Fed y cinco presidentes regionales de los bancos de la Reserva Federal (que rotan su derecho a voto). Aunque parezca un grupo reducido, lo que decidan afecta a todo el planeta.
Uno de los documentos más esperados en cada reunión del FOMC es el famoso dot plot, un gráfico en el que cada miembro del comité marca con un punto su estimación sobre dónde estará el tipo de interés a final de cada año (y a largo plazo). No es una hoja de ruta oficial, pero funciona como una ventana al pensamiento interno del FOMC. Cuantos más puntos se concentren en un nivel determinado, mayor consenso existe sobre ese nivel de tipos. Como ves, para el 2027, lo más normal sería que los tipos se situasen en el entorno del 3,4%.

En el gráfico que he preparado (FOMC Dot Plot, junio 2025), se observa que la mayoría de los puntos para 2027 se sitúan en torno al 3,25-3,75%, lo que implica una expectativa de tipos altos durante más tiempo, una frase que se ha convertido en mantra para los analistas.

Fuente: Carlos Arenas Laorga con datos de la Fed
Estos indicadores son muy importantes, como hemos explicado, porque el tipo de interés es la variable clave de la valoración de muchos activos. Si sube, los flujos futuros valen menos hoy, y eso afecta desde acciones hasta bonos. Pero además, los tipos influyen en el consumo, el crédito y el ahorro.
El mensaje actual de la Fed parece claro: la inflación aún no está completamente controlada y no hay prisa por aflojar la cuerda. El gráfico lo confirma. Apenas dos recortes de tipos esperados en lo que queda de 2025, cuando hace un año se hablaba de seis. Como decíamos, una cosa es lo que se diga hoy y otra lo que suceda. Insisto en que no es algo vinculante.
Con tipos altos durante más tiempo, la renta fija de corto plazo sigue ofreciendo retornos interesantes con menor riesgo. Pero cuidado, si los recortes no llegan y la inflación rebota, incluso estos activos pueden verse penalizados. La renta variable, por su parte, se enfrenta a un entorno que denominaría como peculiar -no lo es, pero hemos estado mal acostumbrados muchos años-. Las valoraciones deben ajustarse a una tasa de descuento no tan baja como muchos desearían.
El mensaje para los inversores es doble. Primero, entender el contexto macro es imprescindible; segundo, más que adivinar lo que hará la Fed, conviene tener carteras preparadas para varios escenarios. Como decía el artículo anterior, la incertidumbre es la materia prima del inversor.
Insisto una última vez en que el dot plot no es una bola de cristal, pero nos dice mucho sobre el rumbo que podría tomar la política monetaria. Saber interpretarlo es como mirar el cielo antes de salir a navegar.