Dado las últimas decisiones de los bancos centrales y esa incertidumbre sobre futuras bajadas, ¿cómo estáis ajustando en Sabadell vuestra asignación entre renta fija y renta variable para equilibrar retorno y riesgo? ¿Qué duración de bonos estáis considerando y bajo qué criterios?

La verdad es que hace un tiempo que las políticas monetarias en Estados Unidos y la eurozona comienzan a ir a ritmos claramente diferentes. Al final en la eurozona nos encontramos con un ciclo de bajadas prácticamente concluido y un trabajo prácticamente hecho con respecto al menos a la inflación, mientras que en Estados Unidos con un panorama macroeconómico diferente, una situación muy diferente también con respecto a la inflación pues quizá tenemos algunas bajadas todavía pendientes en la recámara para 2025, el mercado está muy optimista con bajadas para 2026, ya veremos si esa inflación diferente como decía lo permite, pero en cualquier caso esto lo que requiere son enfoques diferentes en cuanto activos y por ejemplo en renta fija en cuanto a duraciones. 

Yendo con la renta fija, hasta ahora lo que hemos estado haciendo es tener el foco en calidad, tener un foco en gobiernos por tanto y en crédito corporativo investment grade. Sí que es verdad que últimamente hemos puesto más foco en ese crédito corporativo de calidad que no en gobiernos. En cuanto a duraciones nos hemos estado manteniendo, y ahora matizaré un poco, en los primeros tramos de la curva que irían desde monetarios hasta quizá tres o cuatro años máximo de duración dependiendo del tipo de producto con el que entremos, para evitar la volatilidad en los tramos medios y largos y para centrarnos en aprovechar la influencia de las bajadas que tienen los tipos de interés oficiales en esos primeros tramos de la curva. Para esos tramos medios y largos hemos estado y seguimos manteniendo una posición mucho más activa, mucho más táctica que nos ha permitido beneficiarnos en cada momento de la volatilidad. En adelante, porque como decía tenemos ritmos diferentes, pues por ejemplo en la eurozona nos estamos planteando empezar a subir duraciones, lo vamos a ir haciendo poco a poco, esperamos ya menos volatilidad en los tramos largos que han subido muchos sus niveles de yield, creemos que los tramos cortos, puesto que no quedan bajadas salvo sorpresas tendrían casi todo el trabajo hecho; y esto tener duraciones algo más largas nos permitirá disfrutar de mejores rentabilidades por más tiempo. 

En Estados Unidos con una política monetaria que todavía tiene algo de trabajo por hacer, vamos a seguir con una estrategia bastante parecida a lo que he comentado hasta este momento, y pensamos que los tramos medios largos especialmente pues todavía pueden tener algo de volatilidad, todavía pueden tomar por allí algo de pendiente adicional. 

En renta variable, la verdad es que veníamos de un 2024 y empezábamos el 2025 sobreexpuestos, las incertidumbres arancelarias provocaron que redujéramos exposición, pero nos hemos mantenido en mercado, hemos mantenido a los clientes invertidos ajustados a su perfil de inversión. Sí que es verdad que en este momento podría haber quizá algo de falta de catalizadores para atacar nuevos máximos, pero la verdad es que también somos constructivos, estamos esperando la oportunidad para poder volver a tomar algo más de exposición, centrándonos principalmente en esas bajadas previstas de la Fed de tipos de interés oficiales en Estados Unidos, algo de inteligencia artificial, algo de resultados y en la eurozona esas previsiones de expansión fiscal en Alemania, mayor gasto en la región, etcétera.

¿Qué sectores o geografías veis con mayor potencial en la segunda mitad de este ciclo, especialmente ante temores de desaceleración global o tensiones geopolíticas? ¿Estáis inclinándoos más hacia defensivas, crecimiento o valor, y en qué mercados?

Este año, otra vez, está siendo un año complejo, un año donde vemos cada vez más polarización, ha habido volatilidad, la va a seguir habiendo y lo mismo con la incertidumbre; y, además, un entorno en el que si bien no tan grave como podría haber parecido en algún momento de este año, la desaceleración económica de Estados Unidos es clara. Por tanto si cabe, porque ya no sé si cabe, pero si cabe pues se requiere mayor diversificación y mayor atención a la selección. 

Dicho esto, hemos jugado un año con un posicionamiento de extremos, lo que llamamos “barbell”, donde hemos sido ajustando, eso sí, a lo largo de año aquellos sectores más cíclicos para estar más allí cuando hacía falta o aquellos más defensivos si nos convenía porque la volatilidad era más grande como lo ha sido en algunos momentos de este año. De cara a la recta final del año empezamos poco a poco. Apoyarnos por un lado en factores estacionales, en esas bajadas de tipos de la Fed y vamos adoptando poco a poco, insisto, un enfoque algo más cíclico. Tenemos un sesgo hacia tecnología, hacia financieros, sí que es verdad que en ese enfoque a “barbell” no perdemos de vista la necesidad de equilibrio, buscamos también sectores de calidad o sectores que se beneficien también, porque no, de las bajadas de tipos que puedan quedar en Estados Unidos como por ejemplo infraestructuras. 

Con todo, sí que es verdad y no es nuevo de este año, pues también nos fijamos mucho en megatendencias, intentamos buscar que no todo sea lo más táctico y lo más cíclico, sino buscamos que los horizontes temporales estén un poquito más allá. Por tanto, todo lo relacionado con inteligencia artificial, cada vez más con defensa, la relocalización que parece que vamos cada vez más relocalizando factores productivos de nuevo onshore, pues esto nos parece que va teniendo más sentido. 

Por zonas, en este mundo multipolar tenemos ideas en Estados Unidos, en la eurozona y en Asia. En Estados Unidos al final independientemente del momento, independientemente de la administración, sólidos en tecnología, en inteligencia artificial, en innovación, en productividad, en liquidez, amplitud de su mercado, etcétera, por tanto hay que estar allí. En Europa en esa búsqueda de calidad pues también tenemos ideas, también tenemos presencia y sobre todo intentando beneficiarnos de esos planes para dinamizar nuestras economías que parece que por fin van tomando forma. España nos ha funcionado muy bien y en Asia con ASEAN y con China al frente pues la verdad es que vemos allí un polo de influencia económica y comercial cada vez mayor en el cual estamos teniendo también buenos resultados.

En un contexto de alta volatilidad y shocks idiosincráticos, ¿qué criterios o señales tácticas utilizáis para hacer rotaciones entre activos o regiones? 

Habría una respuesta un poco genérica y una para este año.

De forma genérica, lo cierto es que como es lógico pues la gestión de la información es clave, utilizamos siempre una combinación de señales macroeconómicas, técnicas, de flujos inversión, de sentimiento inversor, del consumidor, de empresas, etcétera. Vamos monitorizando una serie de indicadores ya sean adelantados o no, revisiones de beneficios, nos fijamos mucho en las tendencias de menciones que hay en esas revisiones de beneficios para captar ideas y al final esto lo manejamos con varios modelos construidos aquí en la casa para poder gestionar toda esa cantidad de información. Y eso sería la respuesta un poco genérica. 

Concretamente este año, de nuevo y digo de nuevo porque desde la pandemia la verdad es que llevamos unos años que cada año pasa algo más extraño, pandemias, guerras, la guerra comercial un tanto extraña de Trump; lo cierto es que esto nos obliga a poner mucho más el foco en la geopolítica, nos obliga a poner mucho más el foco en las noticias y nos obliga a ser, a pesar de que somos estrategia, nos obliga a ser mucho más tácticos. Por tanto, nos estamos fijando en esa incertidumbre que viene desde muchos ámbitos ya sea los aranceles, la guerra comercial, los focos bélicos abiertos en Ucrania, en Oriente Próximo, las amenazas de la OTAN, etcétera. Por tanto, al final, es una combinación de todos aquellos modelos con los que hemos trabajado siempre y cada vez más el foco puesto en la geopolítica a la hora de tomar decisiones con respecto a ciclos, sectores, ideas, etcétera. 

En cuanto a liquidez, ¿qué porcentaje consideráis prudente mantener “standby” para aprovechar oportunidades repentinas?

La verdad es que no somos especialmente propicios a mantener liquidez pura esperando a una oportunidad, primero porque esto pierde valor vs la inflación, eso es un dinero que no está trabajando. Pensamos que el truco lo puede hacer, si queréis, tener presencia monetarios, tener presencia en renta fija de ultracorta duración, eso puede hacer un poquito ese papel de reserva, pero la verdad es que a pesar de que estamos y todavía continua un año complejo, un año muy táctico, hemos tenido suficientes oportunidades para colocar el dinero en inversiones con buenos racionales que están funcionando bien. Por tanto, esa necesidad de estar fuera del mercado pues la verdad es que no la hemos tenido. 

Para responder con algún dato a la pregunta de forma más concreta, te diría que para los perfiles más arriesgados esa reserva, bajo las condiciones que he comentado de liquidez, estaría cercana al cero, entre el cero y el uno por ciento; y para los menos arriesgados estaríamos así un 15-18% máximo para aquellos perfiles más conservadores.

Perspectivas

La verdad es que estamos trabajando en ello, pero hay algunas cosas que sí que tenemos claras. 

Una es que Trump nos parece que todavía no ha terminado de jugar todas sus cartas, que todavía puede dar algunas sorpresas más, pero sin embargo creemos que el mercado empieza a entender cómo funciona este juego, por llamarlo de alguna manera. Ha sabido o está empezando a saber vivir con esta incertidumbre que puede generar, mientras vea la transaccionalidad en sus amenazas; es decir, mientras el mercado, a pesar de que pueda venir algún susto nuevo, entienda que al final puede haber una negociación, que van a haber acuerdos razonables y que las concesiones son admisibles pues creemos que va a continuar el buen tono de mercados. Todo y así vendrá acompañado de incertidumbre, de volatilidad, no vemos un escenario, a pesar de algún repunte en Estados Unidos, demasiado extremo en inflación, tampoco vemos desastres en crecimiento, aunque creemos que el crecimiento comparado con otros años o con sus medias va a continuar todavía débil, tampoco vemos, a pesar de equipos de ruido y tensiones puntuales, desastre en el mercado laboral. 

Por tanto, nos parece que por la parte positiva pues a pesar de esa debilidad económica y de esa incertidumbre va a seguir habiendo resiliencia y nos apoyaríamos en varios aspectos: el apoyo todavía de los bancos centrales especialmente en Estados Unidos, el impulso de la inteligencia artificial, las expectativas de beneficios que siguen mejorando y de momento no defraudan, los nuevos planes para Europa como hemos comentado; al final todo esto nos parece que pueden ser apoyos para seguir siendo optimistas. 

La clave al final, como siempre, estará en mantener una asignación diversificada, una gestión muy activa y una selección muy cuidadosa de sectores, geografías y, cada vez más, de duraciones irá tomando mayor relevancia a lo largo de 2026. Por tanto, seguiremos atentos a la evolución de los bancos centrales, de los datos macro, de los riesgos geopolíticos, pero eso sí, con una visión constructiva para lo que resta de 2025 y también para 2026.