Si hay un enemigo común para cualquier ahorrador es la inflación, porque nuestra capacidad adquisitiva irá mermando a medida que aumente el coste de vida. Y aquí, la única forma para combatirla es hacer crecer nuestro dinero, pero ¿de qué manera?
En los últimos años, el S&P 500 viene creciendo a tasas importantes, con alguna excepción, como en el 2018. Pero este crecimiento ha venido de la mano de las grandes compañías conocidas con distintos nombres (Enormous 8, FAANG, 7 Magníficas…). Esto ha hecho que, quitando estas compañías, el S&P 500 no haya crecido tanto. Sin ir más lejos, este año no habría superado el 5%, habiendo hecho un +25% ponderando por capitalización.
El regreso de Donald Trump a la Casa Blanca podría ser un factor de cambio para la economía y los mercados de EE. UU. En el ámbito mundial, se produce en un momento en el que las economías divergen en términos de crecimiento económico, inflación y tipos de interés. Podría tener sentido diversificar más las carteras, incluyendo activos de mercados privados, especialmente si el aumento de la inflación invierte la reciente descorrelación entre acciones y bonos. Desde los aranceles hasta el estancamiento político en la zona euro, los riesgos geopolíticos tendrán un impacto significativo en los mercados, aunque de manera desigual, lo que requerirá un enfoque hábil para la gestión de carteras
¿Qué tiene en común la economía estadounidense con la película de 2008 El curioso caso de Benjamin Button? Los más cinéfilos recordarán que el protagonista de la película, interpretado por Brad Pitt, va haciéndose cada vez más joven y pasa de ser un anciano a ser un niño.
Desde hace unos días hemos estado comentando en vídeos y artículos algunos datos de cierre de 2024, explicando cómo han terminado los principales activos. Además, esto nos ha servido para ver oportunidades y riesgos de cara al año 2025. Pero algunos avezados lectores han preguntado por algo muy concreto. ¿Por qué no recomendamos activamente los largos plazos en renta fija y estamos cautos en renta variable growth? Y esta pregunta no puede ser más certera. Tiene mucho, mucho, mucho sentido.
Nuestro escenario base recoge un periodo de bajadas de tipos de interés acumuladas en EE. UU. mucho más reducidas que en los últimos cuatro ciclos de política monetaria. En Europa estimamos una tasa de depósito a final de año del 1,5%. En renta fija, la parte larga de la curva nos parece más atractiva en la Eurozona que en EE.UU. En renta variable, prevemos un mercado típico de finales de ciclo, lo que se traduce en crecimiento moderado de los beneficios, junto con una compresión de los múltiplos de valoración.
La incertidumbre probablemente se mantenga en niveles elevados mientras los mercados internacionales lidian con la inflación, la geopolítica y sus implicaciones para los gobiernos, lo que eleva el riesgo de la renta variable para los inversores. En un momento en el que las rentabilidades de los índices bursátiles mundiales están cada vez más concentradas en EE.UU. y dominadas por los Siete Magníficos, los inversores son más vulnerables frente a las caídas de los mercados. Los enfoques neutrales al mercado en renta variable, como la estrategia Absolute Return Global Equity de Fidelity, podrían ser apropiados para abordar estos retos al disociar las rentabilidades de los movimientos generales del mercado
Puede que te sorprenda, pero el R2 es un término muy buscado en el sector financiero. Es normal, es un concepto estadístico que el inversor no tiene por qué conocer.
Cuando se comparan los mercados financieros europeos y estadounidenses, emergen diferencias nada más verlos. No solo por su diferente composición, mucho más centrada en innovación el americano y más sesgado a financieras e industriales el europeo. Nos referimos a la rentabilidad. Basándonos en el gráfico siguiente, vamos a intentar arrojar un poco de luz sobre esta más que notable disparidad.
Invertir en fondos de reparto de dividendos es una estrategia muy útil y, cada vez más, utilizada por muchos inversores. Esta estrategia combina los ingresos periódicos con la revalorización de las compañías que componen la cartera del fondo. Es como un inmueble que proporciona rentas y se revaloriza. O, como escuché una vez a una vez a una señora mayor, “es como tener una gallina que pone huevos y, además, un día descubre que la gallina tiene el doble de carne”. Es más de andar por casa, pero se me quedó grabado por lo gráfico que resulta. Además, este tipo de fondos puede aglutinar a un mayor número de inversores porque tiene una parte de conservador (el reparto de dividendos) y una parte de tolerante (dependiendo de las compañías que tenga el fondo).