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Sin embargo, las cifras de la inflación serán probablemente mucho más altas que la previsión del BCE de 1,7% para 2022 y 1,5% para 2023.

Asimismo, Europa y Estados Unidos han experimentado un mayor crecimiento de la inflación, sobre todo, debido al aumento de la demanda y a las presiones de los costes, tras la pandemia. Además, la deuda y la oferta monetaria de los bancos centrales también se ha elevado tras las medidas de estímulo llevadas a cabo para mitigar los efectos de la pandemia.

¿Cómo afecta este escenario a la renta fija y a la renta variable?

La elevada inflación y la buena marcha de la economía global, que se debilitará especialmente en EE.UU. y en China debido a la crisis inmobiliaria, obligarán a los bancos centrales a reducir su apoyo monetario. Así pues, la Fed ya ha comenzado a retirar sus compras de bonos, por lo que el programa de compras finalizará en junio de 2022.

Tras ello, esperamos dos subidas de los tipos de interés por parte de la FED, probablemente en julio y noviembre. Y la consecuencia para los inversores es evidente. Los bonos de larga duración perderán terreno en un entorno de alta inflación y subida de los tipos de interés. Por su lado, los bonos de corta duración serán la prioridad.

Por su parte, las valoraciones de la renta variable se encuentran en unos niveles muy elevados, aunque, teniendo en cuenta que los tipos siguen bajos, la renta variable presenta oportunidades de inversión más atractivas que los bonos.  Sin embargo, la alta valoración absoluta de la renta variable significa que la rentabilidad a largo plazo para los próximos 5 a 10 años disminuirá, y el riesgo de que los precios vuelvan a caer aumentará. Por tanto, el largo plazo de las carteras será crucial para los inversores.

¿Cómo se posicionan los fondos ODDO BHF Polaris para el nuevo año?

La inteligencia artificial, la nube y la tecnología en materia de salud son algunos de nuestros temas preferidos. Nos gustan las empresas de calidad que tienen una alta retribución del capital y ventajas competitivas, que crecen estructuralmente siendo sostenibles, y cuyas acciones cotizan a un precio razonable.

En un entorno de precios al alza, las empresas deben tener cuidado de minimizar el gasto de capital para apoyar el crecimiento futuro y ser capaces de trasladar los aumentos de precios a los clientes. Creemos que los valores de calidad que cotizan a un precio razonable serán los más favorables para los inversores con un horizonte de inversión a largo plazo.