La amenaza de Donald Trump de imponer aranceles del 30% a las importaciones de la Unión Europea pone en jaque la mayor relación comercial bilateral del planeta, con posibles consecuencias negativas tanto para la economía como para los mercados del bloque europeo. Aunque creemos que finalmente se negociará un tipo más bajo, los inversores deberían prepararse para un periodo de ajustes en los mercados.

Aspectos clave:

  • EE. UU. es un mercado de gran peso para los productos europeos. Un simple cálculo sugiere que una caída en las exportaciones podría suponer una pérdida de hasta un 1% del PIB europeo en un par de años, mientras que, al otro lado del Atlántico, podría provocar un aumento de la inflación.
  • Los movimientos en los mercados reflejan que los inversores confían en que Trump no llevará su discurso hasta el punto de perjudicar seriamente el crecimiento estadounidense, pero no deberíamos caer en la autocomplacencia.
  • Lo más probable es que haya una negociación con la UE que permita eliminar o suavizar dicho arancel del 30%. Eso sí, es probable que la UE tenga que hacer concesiones para llegar a un acuerdo.

La guerra comercial ha vuelto a situarse en el punto de mira de los mercados tras el endurecimiento de las amenazas arancelarias por parte de Donald Trump hacia la Unión Europea y otros socios comerciales clave a partir del 1 de agosto.

En los últimos días, Trump ha amenazado con imponer un arancel del 30% a las importaciones desde la UE, que es su principal socio comercial tanto en bienes como en servicios. También ha lanzado amenazas similares para Brasil (50%), Canadá (35%), México (30%) y Japón (25%).

El impacto en las economías y los mercados dependerá de si el presidente estadounidense cumple estas amenazas y de la magnitud de las represalias que adopten los socios comerciales afectados.

¿Qué implicaciones tiene esto para Europa?

Según algunas fuentes, los responsables de la UE están intentando alcanzar un acuerdo con sus homólogos estadounidenses mientras valoran un paquete de posibles medidas arancelarias a modo de represalia.

Los mercados europeos reaccionaron inicialmente con caídas ante la amenaza de Trump, aunque después se recuperaron. La volatilidad de los mercados, medida por el índice Vix, también ha caído hasta niveles cercanos a los más bajos del año. Los movimientos apuntan a que los inversores piensan que Trump dará un paso atrás si las medidas suponen un verdadero riesgo para el crecimiento de EE. UU.

Creemos que el escenario más probable es que haya una negociación con la UE que desemboque en una eliminación o reducción del arancel del 30%. También consideramos posible que se regrese al arancel recíproco del 10% que se había planteado previamente. En cualquier caso, es probable que la UE tenga que hacer importantes concesiones para llegar a un acuerdo que acabe con la retirada o reducción del arancel del 30%. 

Si finalmente se impone el arancel del 30% a las importaciones de la UE y esta no responde de forma contundente, el conflicto comercial con EE. UU. afectará a los ingresos por exportaciones del bloque europeo. Esto podría traducirse en un menor crecimiento en la región y en una bajada de los precios debido a la saturación del mercado interno con productos que antes se exportaban, sumado a la reorientación de exportaciones de otros socios comerciales de EE. UU. afectados por aranceles.

Estados Unidos es, sin duda, un mercado clave para la UE, representando alrededor del 20% de sus exportaciones en 2024. Excluyendo sectores como el automóvil y el acero (en los que Trump ya ha aplicado aranceles del 25% y 50% respectivamente), las exportaciones potencialmente afectadas representaron un 2,6% del PIB europeo en 2023. Por países, la exposición varía desde el 9,8% del PIB en Irlanda hasta el 0,4% en Chipre. Entre las grandes economías, Alemania (3,1%) e Italia (2,8%) están más expuestas que Francia (1,5%) o España (1,2%).

Si se asume un descenso en la recaudación fiscal derivado de una caída en las exportaciones, los cálculos más simples indican una pérdida de hasta un 1% del PIB para la UE en el plazo de dos años. Modelos más completos, que tienen en cuenta efectos indirectos como la desviación del comercio o una posible apreciación del euro, apuntan a un impacto aún mayor.

Esperamos que, en una primera fase, sean las empresas europeas las que absorban el impacto en sus márgenes. Eso se traduciría en una caída de beneficios empresariales. A medio plazo, el coste acabaría trasladándose a los trabajadores, a través de un menor crecimiento salarial y, eventualmente, en recortes de empleo, lo que provocaría un efecto desinflacionario en conjunto.

Si la UE decide no responder con aranceles, podría intentar compensar el golpe estimulando la demanda interna mediante bajadas de tipos de interés (como comentamos más abajo) y estímulos fiscales en el corto plazo. A largo plazo, esperamos que el bloque acelere las reformas estructurales para reducir su dependencia de EE. UU. y cierre acuerdos comerciales con otros países.

¿Y cuál sería el impacto económico en EE. UU.?

Para Estados Unidos, estos aranceles reducirían la oferta de bienes en su mercado interno. En torno al 10% del consumo estadounidense se destina a productos importados, por lo que imponer aranceles del 30% a todas las importaciones podría elevar la inflación hasta un 3%, en el caso (poco probable) de que todo el coste se trasladase al consumidor. Este impacto podría empezar a notarse en otoño, cuando se agoten los inventarios actuales.

El objetivo de los aranceles también es aumentar los ingresos fiscales del Gobierno estadounidense. Si se dejan de lado los efectos negativos, este impulso fiscal sería considerable: unos aranceles del 30% sobre 3 billones de dólares en importaciones podrían generar hasta 900.000 millones de dólares en ingresos, recaudados en su mayoría a costa de empresas extranjeras. Este ingreso extra aliviaría las preocupaciones sobre la sostenibilidad de la deuda pública estadounidense.

Impacto en tipos de interés y mercados

Creemos que estos aranceles podrían afectar tanto a la política monetaria como a los mercados:

  • La Reserva Federal podría enfrentarse a un dilema ante el repunte de la inflación. Los miembros de perfil más acomodaticio (partidarios de tipos bajos) argumentarán que este aumento será temporal y puede ignorarse, pero los más estrictos estarán incómodos con una inflación por encima del objetivo durante más tiempo.
  • En la UE, el impacto de los aranceles podría hacer caer las expectativas de subida de tipos del Banco Central Europeo. En cambio, la previsión de un mayor estímulo fiscal podría hacer subir los tipos a largo plazo.
  • Incluso si finalmente no se imponen los aranceles, la incertidumbre en torno a su posible implementación podría afectar negativamente al crecimiento europeo y a sus mercados. Este escenario pondría a prueba el buen comportamiento reciente de las bolsas europeas frente a las estadounidenses. Cualquier tambaleo en los mercados podría restar impulso al euro.

¿Es posible otro desplome bursátil como en el "día de la liberación"?

La postura más reciente de Trump sugiere que ha retomado la actitud “combativa” en política comercial que ya mostró en abril, cuando anunció una batería de aranceles recíprocos contra sus socios comerciales. Aquel anuncio, que él denominó “Día de la Liberación”, provocó caídas en los mercados antes de que Washington optase por retrasar su aplicación.

Al igual que entonces, esta nueva ronda de aranceles es amplia y con potencial para generar efectos negativos. Y, como en abril, las valoraciones bursátiles son elevadas y muchos inversores confían en que Trump actuará con pragmatismo.

Pero también creemos que los mercados podrían experimentar una fase de ajuste antes de que se suavicen, retrasen o cancelen dichos aranceles.

Aunque los inversores mantengan un cierto optimismo cauteloso respecto al desenlace final, conviene no pecar de exceso de confianza. Con la UE y muchas otras economías en el punto de mira de Trump, podría ser prudente adoptar una estrategia más flexible y no depender en exceso de una única clase de activos o región geográfica.