Estamos pasando de la “fase de anuncios” a la “fase de implementación”. Cada paso en la ejecución del plan fiscal de Alemania, y cada iniciativa europea orientada a simplificar la regulación o profundizar la integración, debería reducir gradualmente la prima de riesgo asociada a la región y consolidar este renovado interés inversor a lo largo del tiempo. Esperamos ver señales más claras de mejora económica y una aceleración más visible en el crecimiento de beneficios de las small caps frente a las grandes capitalizaciones a medida que nos acercamos a 2026. En nuestra opinión, esto marca el inicio de una fase estructural de largo plazo, más que una operación táctica de corto recorrido.
Las small caps tienden a superar al resto cuando las condiciones monetarias comienzan a relajarse y mejora la visibilidad sobre el crecimiento, normalmente en las fases iniciales y medias de una recuperación económica. En los últimos años, su bajo rendimiento ha reflejado en gran medida el fuerte y rápido aumento de los tipos de interés, que afectó temporalmente a las valoraciones y generó preocupaciones infundadas sobre su solidez financiera.
A medida que la inflación se modera y los recortes de tipos del BCE comienzan a tener efecto, esta dinámica está cambiando. Los tipos más bajos favorecen tanto la actividad como la inversión en capital (capex) y los múltiplos de valoración, mientras que la mejora de las condiciones crediticias alivia la carga financiera. Este cambio de régimen debería traducirse en una revalorización gradual de esta clase de activos a lo largo del tiempo.
Los tipos de interés y la inflación han sido factores clave en el rendimiento relativo en los últimos años. El ciclo de endurecimiento monetario de 2022–2023, rápido e intenso, afectó especialmente a las small caps, ya que los mayores tipos de descuento presionaron las valoraciones y generaron dudas sobre la solidez de sus balances. Sin embargo, esas preocupaciones resultaron en gran medida infundadas: las small caps de la zona euro no están más endeudadas que las grandes capitalizaciones, y la mayoría mantiene perfiles financieros sólidos.
A medida que la inflación se normaliza y la política monetaria se orienta hacia la relajación, este viento en contra se convierte en viento a favor. Los tipos más bajos favorecen las condiciones crediticias, refuerzan la confianza y permiten a los inversores volver a centrarse en los fundamentales. Dada su exposición doméstica y su apalancamiento operativo, las small caps de la zona euro son especialmente sensibles a esta transición, lo que genera una asimetría favorable entre riesgo y rentabilidad: con un potencial bajista limitado tras años de corrección y un potencial alcista significativo a medida que las valoraciones se realinean con los fundamentales.
A pesar de su fuerte repunte este año, las small caps de la zona euro siguen mostrando valoraciones atractivas. Actualmente cotizan con un descuento del 14% frente a las grandes capitalizaciones en términos de PER, cuando históricamente han cotizado con una prima cercana al 20%. Esta brecha refleja años de bajo rendimiento y escasa exposición por parte de los inversores, más que un deterioro de los fundamentales. Una simple vuelta a la media implicaría un potencial de sobreperformance de aproximadamente 35–40%.
En nuestra opinión, se trata de una de las asimetrías más interesantes del mercado de renta variable en la actualidad. Tras años de compresión, las small caps ofrecen tanto atractivo en valoración como apalancamiento operativo frente a un entorno macroeconómico en mejora. El retorno gradual de los flujos de capital y la normalización de la prima de riesgo podrían impulsar una revalorización significativa con el tiempo.
Esperamos una recuperación gradual, con ritmos distintos entre sectores y países, más que un repunte lineal. A corto plazo, los indicadores de crecimiento siguen siendo modestos, pero las perspectivas a medio plazo están mejorando. La relajación monetaria debería traducirse en mejores condiciones crediticias y PMIs más sólidos, mientras que el apoyo fiscal —en particular el histórico plan de Alemania— irá permeando progresivamente en la economía real.
En conjunto, estos factores apuntan a una dinámica en forma de curva en J. La fase que se avecina tiene menos que ver con los anuncios y más con la implementación. Cada paso concreto debería contribuir a reducir la prima de riesgo asociada a la zona euro y a construir un entorno más favorable para las small caps. Aún poco representadas y valoradas, estas compañías ofrecen abundantes oportunidades para los gestores activos y siguen siendo uno de los terrenos más fértiles para la selección de valores en Europa.
La zona euro ofrece un universo especialmente rico y diverso para los gestores activos especializados en selección de valores. La profundidad del segmento de small caps permite acceder a compañías de alta calidad en una amplia gama de sectores, muchas de las cuales ocupan posiciones competitivas sólidas en sus respectivos nichos. Esto también explica por qué suelen ser objetivos preferentes de adquisiciones por parte de grandes corporaciones o inversores de capital privado en busca de crecimiento.
Actualmente, vemos oportunidades atractivas en temáticas que combinan dimensiones estructurales y soberanas, como defensa, infraestructuras, bienes de equipo, transición energética y digitalización. Estas áreas son clave en la agenda de reindustrialización y competitividad de Europa. Las small caps suelen ser actores puros en estos ámbitos, lo que ofrece a los inversores una exposición directa a la transformación que está teniendo lugar en la economía europea.
Aplicamos un enfoque disciplinado de selección de valores guiado por nuestra brújula “4C”: Crecimiento (tasa compuesta anual de ingresos), Ventaja competitiva, Creación de valor y Chief (equipo directivo). Buscamos compañías con crecimiento sostenible, respaldado por una ventaja competitiva real y lideradas por equipos de gestión visionarios, capaces de ejecutar eficazmente en el corto plazo sin perder de vista el horizonte a largo plazo.
La disciplina financiera es una parte clave de nuestro proceso de selección. Prestamos especial atención a la solidez del balance y a la generación de caja. Aproximadamente la mitad de las compañías en nuestra cartera cuentan con una posición de liquidez sólida y perfiles robustos de flujo de caja libre, lo que les proporciona flexibilidad para invertir, innovar y adaptarse a distintos entornos de mercado.
Este enfoque centrado en la calidad y la resiliencia financiera nos permite construir una cartera diversificada y de alta convicción de small caps que combinan modelos de negocio cualitativos con potencial de crecimiento a largo plazo.