¿Qué balance hacéis de este 2025?
La verdad es que, a pesar de todo y de la incertidumbre y la volatilidad con la que empezó este año y que hemos tenido a lo largo de todo el ejercicio, en general en los mercados, tanto de renta variable como de renta fija, se han reportado unos resultados muy positivos. Esa es la realidad con muchos de los índices en máximos históricos, tanto en Estados Unidos, como en Europa, como en Asia, Japón y muchos emergentes. Pero la realidad también es que esos buenos resultados de los mercados no han sido iguales en todos los sectores y no todos los fondos los han recogido.
Este año está siendo un año con mucha dispersión en los rendimientos que podemos ver en las distintas categorías, sobre todo en renta variable, también en renta fija, pero en especial en renta variable, donde vemos fondos, mercados con revalorizaciones por encima del 10% y, sin embargo, vemos otros mercados y sectores en negativo.
Sobre todo, lo que hemos visto este año y que hacía la verdad que hay muchos ejercicios que no habíamos tenido ese riesgo o, desde luego, ese detractor de rentabilidad ha sido la evolución del dólar. La fuerte caída que tuvo a principios de año, caída de más del 10%, ha restado rentabilidad a todos esos fondos que invierten mayoritariamente en Estados Unidos, pero que están en euros y que no cubren riesgo divisa. Y eso ha marcado mucho lo que es el resultado final del año.
Con lo cual, siendo un ejercicio muy positivo, como digo en renta variable, no todos los productos ni todos los sectores lo han hecho bien ni han dado buenos resultados. Por lo que estamos en un ejercicio que genera un poquito de incertidumbre. Y también en renta fija, hemos visto que los plazos cortos han cumplido con rentabilidades en el entorno del 3% o 3,5% en muchos fondos de inversión. Los plazos medios y largos también han generado cierta insatisfacción en el inversor porque los resultados no eran los esperados. Eso, teniendo en cuenta que el Banco Central Europeo sí ha cumplido con las expectativas bajando tipos hasta el 2%, pero que en Estados Unidos la Reserva Federal no solo ha esperado más para bajar los tipos, sino que lo ha hecho de forma muy comedida.
Tras la llegada de Trump a la Casa Blanca y la incertidumbre y miedo que trajo, ¿esperábais que el 2025 fuera a terminar así de bien?
Esperábamos que este 2025, a pesar de Trump, fuera un año bueno. Había buenas perspectivas, por lo menos a comienzos de año.
Sabíamos que, y en su campaña lo había ya dicho, que Trump volvía otra vez al tema de los aranceles, igual que en su primer mandato, que generó mucha volatilidad, que también sufrimos correcciones en aquellos ejercicios 2018 sobre todo, cuando empezó a implementar aranceles e inició su guerra comercial contra China principalmente, pero también contra países europeos. Con lo cual sí preveíamos que algo de incertidumbre y de volatilidad iba a provocar la llegada de Trump.
Desde luego lo que nos esperábamos es que generara tanto miedo y tanta incertidumbre sobre la economía americana y, como digo, sobre el dólar, que ha generado que muchos inversores hayan reducido sus compras de dólar y se hayan trasladado al oro. Y, bueno, eso también ha sido uno de los cambios fundamentales que hemos visto en este 2025.
Con lo cual, después de ese inicio 2025, mes de febrero, mes de marzo, primeras semanas de abril, con esas fuertes correcciones, el panorama era, desde luego, bastante más negro de lo que al final ha sido. Esperamos un poco que esa volatilidad, como hemos ido viendo, sobre todo, en este segundo semestre, vaya disminuyendo y el mercado se vaya a dar adaptando a esas decisiones del gobierno y de la Administración de Trump, aunque todavía nos quedan tres ejercicios de gobierno de Trump y de los republicanos, que pueden seguir generando volatilidad en el mercado.
¿Qué creéis que funcionará mejor en 2026, la renta fija o la renta variable?
Con el panorama y con todo lo que hay sobre la mesa, pensamos que hay muchos factores que son muy favorables todavía para la renta variable. Con lo cual somos moderadamente optimistas con el mercado bursátil, tanto con el americano como con el europeo, sobre todo porque todavía hay mucho dinero invertido en monetarios y, sobre todo, en Estados Unidos, donde los tipos de interés para el inversor americano siguen siendo muy positivos y les siguen ofreciendo rentabilidades en el entorno del 3-4%, lo cual hace que todavía haya mucho dinero en renta fija y en monetarios.
Ese dinero, poquito a poco, también tiene que llegar al mercado. Los resultados empresariales han sido muy buenos en Estados Unidos, en Europa también, algo más modestos. La economía americana, a pesar de todo, está aguantando y además se espera que, sobre todo, al año que viene, que hay elecciones de mitad de mandato en Estados Unidos en el mes de noviembre, las políticas de Trump sean más sociales, más promercado, con bajada de impuestos, que eso puede generar también inflación. Y ahí tendremos que ver cómo se maneja la Reserva Federal. Pero pensamos que esas medidas y esa rebaja fiscal es positivo para el mercado de renta variable.
En Europa, quizá la economía no crezca al ritmo deseado, pero también se esperan que las políticas fiscales, sobre todo en Alemania, apoyen la inversión y que eso también se refleje en el mercado de renta variable.
Con lo cual, como decía, para 2026, somos moderadamente positivos con la renta variable y en renta fija, es verdad, que las rentabilidades cada vez eran menores. El potencial de revalorización en renta fija se ha ido reduciendo con lo que han subido en estos dos, tres últimos años, con esas bajadas de tipos de interés. Aún así, pensamos que sigue habiendo oportunidades y valor en renta fija, en renta fija de calidad. Estamos en plazos entre uno o cuatro años con rentabilidad todavía en el entorno del 2,5-3%, es decir, por encima de la inflación.
Así que pienso que también vamos a encontrar oportunidades. Eso sí, como siempre, habrá que diversificar mucho, ser muy selectivos, analizar todo punto por punto, porque como este año, habrá dispersión entre las rentabilidades que podamos obtener en los distintos sectores, en los distintos mercados.
¿Creéis que el 2026 volverá a depender, en gran medida, de las decisiones de los bancos centrales?
Sí, porque el mercado se ha acostumbrado a moverse en función de si bajan o no bajan los tipos.
Es verdad que el mercado se va a ir adaptando a los tipos de interés en los que estamos. Se espera que haya algún recorte más, incluso en Europa, aunque ya en estos niveles y con la inflación controlada y si la economía se reactiva, tampoco sería necesario muchas bajadas. Pero sí es verdad que hay muchas dudas todavía sobre la recuperación económica alemana y eso sí puede llevar al Banco Central Europeo a plantearse algún recorte más para ayudar, sobre todo, a esa reactivación de Alemania.
Y en Estados Unidos, y esperamos que haya algún recorte más, aunque hay muy pendientes de todo el tema arancelario, de toda esa política fiscal, como digo, de bajada de impuestos de Donald Trump, que puede influir en que esa inflación vuelva a decirse que es puntual por el tema de los aranceles, pero que igual se convierte en algo más duradero. Entonces estaremos vigilantes y el mercado también, porque con estos tipos de interés, la bolsa lo puede hacer bien, pero si bajaran un poquito más, sectores y empresas de pequeña y mediana capitalización, se verían más beneficiadas, se han quedado por detrás y quizás ese sería su impulso para tener un buen 2026.