¿Qué balance hacéis del 2025?

El año ha sido bastante más desafiante de lo que nos dicen los números. 

Hemos tenido mucha volatilidad, muchas noticias, vaivenes de política, geopolítica, caídas fuertes en inicio del año, sobre todo en tecnología, en el mes de febrero, principios marzo, abril. Y después una recuperación meteórica que ha estado capitaneada por la fuerte inversión en centros de datos y semiconductores y la tregua arancelaria de la administración Trump. 

El balance en líneas generales es positivo, pero como lleva ocurriendo desde 2022 no es oro todo lo que reluce. Mientras el grupo de grandes tecnológicas ha estado subiendo y además bastante a raíz de la demanda en IA, centros de datos, etc. Mientras tanto, prácticamente todo el resto de los sectores o de industrias se han quedado bastante rezagadas. Hablamos de Estados Unidos, pero en Europa también hemos tenido una gran concentración de retornos entre bancos y compañías ligadas a defensa después de ese presupuesto anunciado tanto por la Unión Europea como por Alemania. 

Cuando los inversores apuestan tan fuerte por un lado y castigan el otro, se generan muchas divergencias, pero también muchas oportunidades. En este sentido no ha sido el mejor año para la gestión activa, máxime cuando los índices están cada vez más concentrados y más correlacionados, pero lo que importa es que 2025 ha sido positivo a pesar del ruido que nos ha llegado desde la administración Trump y las tensiones, diferentes geopolíticas y también con China. Acumulamos tres años de fuertes rentabilidades que inevitablemente van haciendo que el mercado poco a poco se vaya acercando cada vez más a esa exuberancia irracional.

¿Qué riesgos debemos esperar para el 2026?

No muy diferentes los riesgos a los que ya hemos tenido encima de la mesa este año y a finales del 2024

Deuda y déficit de los estados, inflación pegajosa, valoraciones exigentes, eventos geopolíticos, política dentro de Estados Unidos, ese cambio entre la Reserva Federal con Jerome Powell. Desde luego en ese sentido no voy a ser muy original. 

La mayor diferencia con 2025 creemos que va a girar en torno a la racionalización del gasto de capital de las tecnológicas y toda la demanda relacionada con IA. Ahora mismo estimamos que va a ser meteórica, pero cualquier decepción en ese sentido cambiará bastante la partida. Oracle está siendo el mejor ejemplo. Los inversores han comenzado a penalizar los excesos y cada nueva inversión, el sector, el mercado lo va a mirar cada vez con más lupa, con mucho más detenimiento. Los balances comienzan a estar mucho más estresados dentro de que las grandes tecnológicas siguen gozando de flujos de caja que son gigantescos. 

Por lo que el siguiente paso lógico que deberíamos ver en 2026 sería plantearnos cómo de sostenibles pueden ser los retornos de estas inversiones. A menos retorno, a menores márgenes y con ello menos múltiplo. Por eso tendremos que estar muy atentos en los próximos trimestres. 

Por el lado de la macroeconomía o de los bancos centrales, el riesgo vendría de que no fueran tan acomodaticios como se espera y eso tuviera consecuencias negativas con el crédito y con ello con el consumo. El consumidor norteamericano lleva varios trimestres en lo que estamos viendo que el gasto discrecional está yendo a la baja, que si lo unimos con peores datos de empleo, tenemos como resultado una economía que podría desacelerarse algo más. En 2026 deberían entrar los paquetes fiscales o los paquetes de estímulos que lleva hablando Trump los últimos dos años para revitalizar consumo y empleo. 

En Europa no esperamos grandes cambios, más allá del fuerte gasto en infraestructuras y defensa que ya está anunciado. Si la divisa se estabiliza deberíamos ver mejoras en los resultados empresariales en Europa, cierta convergencia hacia Estados Unidos. 

Así que no hay muchos más riesgos de lo que tenemos ahora mismo encima de la mesa, sí la racionalización del gasto en centros de datos y todo lo que está relacionado con la demanda de ello.

¿Habrá mucha rotación de cartera?

Realmente llevamos varios años con muchas rotaciones intranuales, pero que finalmente acaban desembocando con los mismos ganadores. 

En los últimos meses estamos empezando a ver buenas oportunidades en consumo básico y salud, dos sectores que se habían quedado rezagados con las fuertes subidas de la tecnología. También los valores de calidad, esas empresas son líderes en sus sectores con balances fuertes y grandes retornos, han sufrido bastante estos meses y creemos que puede ser un buen momento para pensar en ellos. 

Después de tres años tan buenos seguimos siendo positivos con el mercado en general, pero inevitablemente un poco más prudentes, lo que nos lleva a buscar una mayor diversificación tanto geográfica como sectorial. Eso no quiere decir que tengamos que tener exposición a todo, pero sí una estructura en la que incorporemos esa calidad de la que estamos hablando, valores un poco más defensivos y los combinemos con aquellos ganadores que pueden mantenerse en 2026. 

Las bajadas de tipos, en principio, deberían animar a muchos otros segmentos del mercado que se habían quedado rezagados, como compañías industriales un poco más pequeñas, pequeñas y medianas compañías, otras regiones también, Así que deberíamos tener más oportunidades de inversión en 2026 y que los retornos vengan de muchos más sectores que en los últimos tres años.

¿Cómo se presenta la renta variable?

Lo fácil sería decir que vamos a tener volatilidad y así seguro que acierto, sobre todo con la gran cantidad de titulares que tenemos cada día con Trump, con China y la tecnología. No nos vamos a atrever como las grandes casas a decir dónde acabarán los índices, porque lo más probable es que nos equivoquemos, pero sí que en esta fase del ciclo tendremos bastantes más rotaciones de las que ya estamos teniendo, que son muchas, muchos riesgos relacionados con deuda e inversión, volverán las salidas a bolsa en todo el mundo y con esto también la probabilidad de que aumente esa codicia, que eso es la antesala de grandes caídas. 

Y ante esto, nuestra receta es la misma de siempre, tener claro nuestro horizonte temporal, carteras diversificadas con ese sesgo hacia calidad y aprovechar bien las oportunidades que se nos vayan presentando durante el año, que seguro que son muchas y en muchos sectores.