Vamos a analizar el contexto actual con los datos más recientes en la mano —como los resultados empresariales del primer trimestre— y los elementos de fondo que están moviendo los tableros de renta variable, tipos de interés, expectativas macro y resultados.
Fuente: Carlos Arenas Laorga
En Estados Unidos, el 88% del S&P 500 ya ha presentado resultados del primer trimestre de 2025. El balance es positivo, aunque con matices. El 77% de las compañías ha batido las estimaciones de beneficio por acción y su crecimiento interanual es del 12%. El 51% supera las estimaciones de ventas y el crecimiento de sus ingresos es del +4% interanual. No está nada mal, pero 3 de los 11 principales sectores han tenido un crecimiento negativo de las ventas.
El músculo corporativo aguanta bien el tipo, pero con una dispersión sectorial marcada. Y cuidado: estas buenas cifras se han dado en un entorno de crecimiento moderado. La pregunta es si pueden repetirse cuando el viento ya no sople a favor. Es decir, cuando se tenga en cuenta el impacto de los aranceles. De hecho, algunas compañías ya empiezan con profit warnings y habrá que mirar más las guías que los propios resultados, porque es lo que realmente nos va a dar el pulso.
Por otro lado, Jerome Powell ya deslizó que ha llegado el momento de bajadas de tipos, aunque sin comprometer fechas. El consenso espera la primera bajada en verano. Esto es especialmente relevante para las compañías growth, cuyo valor depende de beneficios futuros. En un entorno de tipos más bajos, los flujos de caja futuros se descuentan a un tipo menor, lo que dispara su valor actual. Y claro, sectores como tecnología o consumo cíclico se frotan las manos.
Pero ojo: el mercado ya ha descontado gran parte de estas bajadas. Si luego no se producen (o se retrasan), podemos ver correcciones severas en algunos valores.
Las tensiones comerciales se han apaciguado más de lo previsto por el mercado, y considero que es parte importante de la recuperación. Especialmente el rally de los últimos días puede deberse en buena medida a las negociaciones entre China y Estados Unidos. Recordamos que las bajadas son del 145% al 30% en el caso de EE.UU. hacia China y del 125% al 10% en el caso de China hacia EE.UU. La India también ha puesto sobre la mesa un acuerdo de aranceles cero. Y el viaje de Trump por Oriente está cosechando resultados que parecen positivos.
Pero no todo son luces de colores. El tipo arancelario efectivo medio sigue siendo más elevado que el de antes del mal llamado día de la liberación. El sentimiento de los consumidores es el más bajo desde hace tres años y ciertos indicadores de ventas no son especialmente positivos.
Ante esto no hay que hacer nada nuevo. Lo primero: mantener la cabeza fría. Lo segundo: diversificar. No solo entre sectores, sino entre regiones, estilos (growth y value), y tipos de activos. Lo tercero: planificar a largo plazo. Como siempre decimos, estar invertido es mejor que acertar el momento.
¿Lloverá más? No lo sabemos. Pero lo que sí sabemos es que, con una buena gestión de riesgos, diversificación y perspectiva a largo plazo, se puede disfrutar del paseo… incluso si hay lluvia.