¿Un riesgo idiosincrático o sistémico?
Las recientes quiebras de Tricolor, prestamista del sector del automóvil ,y del proveedor de componentes First Brands Group, junto con las pérdidas crediticias en algunos bancos regionales de EEUU relacionadas con hipotecas comerciales problemáticas, han generado preocupación. El CEO de JP Morgan, Jamie Dimon, incluso advirtió que “cuando ves una cucaracha, probablemente haya más…”, sugiriendo una posible exposición más amplia.
Sin embargo, aún es demasiado pronto para evaluar si está en marcha un contagio que afecte a todos los préstamos de instituciones financieras no depositarias (NDFI), o si se trata de problemas aislados.
El mercado ha reaccionado de manera moderada. Aunque algunos bancos han sido penalizados, el impacto sobre los bancos regionales sigue siendo moderado y casi insignificante en el caso de los grandes bancos. Los diferenciales de crédito de alto rendimiento han mostrado pocos cambios en EE.UU., lo que indica un contagio limitado en esta etapa sobre las métricas crediticias de emisores de menor calidad.
Consideramos que existen fundamentales sólidos y entorno de tipos de interés favorable. Los bancos estadounidenses tienen una exposición del 9% a créditos de instituciones financieras no depositarias (NDFI). Las actualizaciones de resultados trimestrales recientes muestran que las provisiones por riesgo disminuyeron en el tercer trimestre de 2025, lo que sugiere una situación estable. El actual ciclo de recortes de tipos por parte de la Reserva Federal ofrece alivio y contrasta con el colapso de Silicon Valley Bank (SVB) en 2023, cuando los tipos estaban en alza.
Mantenemos una visión constructiva sobre los grandes bancos estadounidenses, aunque aconsejamos cautela con los regionales. A medio y largo plazo, los grandes bancos tienden a ofrecer mejores rendimientos con menor volatilidad y están más protegidos frente a los riesgos. Los bancos europeos, con solo un 2% de exposición a las NDFI, permanecen aislados. Los sólidos fundamentos de los bancos de gran capitalización en EE.UU. y Europa probablemente limitarán impactos negativos significativos, especialmente con una regulación futura favorable. Seguimos siendo constructivos, aunque selectivos, respecto a los grandes bancos.