Cuéntanos brevemente cómo llegaste al mundo de las inversiones. ¿Cómo nace Barreto Inversiones y qué diferencia tu forma de asesorar de otras firmas?

Ya hace 20 años que llevo trabajando en todo el tema de bancos. Como todo el mundo, empecé un poco en el mundo de la banca y ya es un momento en el que empiezo a descubrir que mi mundo va un poco más allá en este tema de bancos y demás. Estoy mucho más interesado en el mundo de los mercados, las inversiones, la gestión de carteras, el trato con el cliente, y, bueno, esa es un poco mi principal motivación.

Ya hace 20 años —que se dice pronto— llevo el proyecto de Barreto Inversiones. Es un proyecto bastante personal, o muy personal diría. Después de todos estos años gestionando equipos de banca privada y, sobre todo, asesorando en carteras, quiero dar un paso más allá. Quiero dar un servicio ultraprofesional a los clientes y ese es mi principal objetivo: marcar un sello.

Yo creo que lo que diferencia a Barreto Inversiones es, sobre todo, la cercanía con los clientes, la exclusividad. Son carteras muy, muy, muy personalizadas; salimos fuera del estereotipo de carteras modelo de las bancas privadas. Teniendo en cuenta también que trabajo con una entidad líder en España y en Europa, que son los que me aportan la plataforma, el equipo de operaciones, seguimiento, cumplimiento, análisis y demás.

¿Cómo describirías el momento actual de los mercados? ¿Estamos en una fase de transición, de consolidación…?

Se ha demostrado en los últimos 12 meses que el mercado ha premiado a las empresas altamente especulativas, con resultados a futuro inciertos, con menor calidad que otras empresas y con betas más altas, o lo que podemos entender como volatilidades. Ese ha sido el comportamiento que ha tenido el mercado hasta ahora.

¿Qué es lo que entendemos que hay que ser ahora mismo? Hay que ser muy precavido. Yo creo que es un periodo de recogida de beneficios; puede haber algún susto de aquí a final de año, pero considero que hay que ser moderadamente optimista y altamente prudente.

¿Cuáles son los principales riesgos que un inversor debe vigilar en los próximos meses?

Bueno, pues los riesgos inherentes al mercado, que llevamos años con ellos, están ahí: todo el tema del exceso de deuda en los países desarrollados. Ahora está el problema geopolítico, que considero que no debería llegar a más porque no interesa a los grandes intervinientes, que es el tema de Taiwán con China.

Y hay un aspecto que es importante tener en cuenta: el techo de deuda del Gobierno norteamericano. Pero sí que creo que hay otro aspecto clave, que es el consumo en Estados Unidos. Como muchos sabrán, el 70% del PIB de Estados Unidos depende del consumo. Se viene barajando desde hace meses un mayor gasto en las viviendas respecto a los ingresos que perciben. Eso está suponiendo que recurran al crédito, especialmente a tarjetas, y los porcentajes de impago en tarjetas —estamos hablando de impagos a partir de 90 días— están subiendo a niveles del 10%.

En las familias con menos ingresos hablamos de un 19%, y en las familias con más ingresos o más riqueza, de un 5%. Son niveles, creo yo, preocupantes. Y ahí va a estar el foco para el año que viene, por el tema de la principal economía mundial, que es Estados Unidos.

Después del ciclo de bajadas de tipos, ¿cómo ves la renta fija? ¿Es momento de estar o de esperar?

Con el tema de los tipos, parece ser que en Europa están más controlados. El Banco Central Europeo está cómodo con esas franjas de inflación entre el 2,5%. No hay previsiones de bajadas de tipos en los próximos meses.

En Estados Unidos ocurre un poco lo contrario: están algo más rezagados en bajadas. Se prevén algunas; la próxima reunión de la Reserva Federal va a ser en torno al 9–10 de diciembre, con una probabilidad de bajadas por debajo del 50%. El mercado está descontando incluso una bajada más en 2026.

Lo que pasa es que no sabemos qué acontecimientos se van a barajar para mantener los tipos, las previsiones y demás. Si consideramos que hay que ser muy prudentes, las bajadas parecen que se van a reducir.

Por la parte del crédito y de la renta fija, creo que podemos estar cómodos aumentando duraciones en niveles de 3–4 años. Si me tuviera que decantar por diferenciales respecto a la deuda investment grade, tiraría por bonos high yield, principalmente americanos, con diferenciales de 200–300 puntos. También creo que sería una buena oportunidad entrar en bonos emergentes en divisa local.

Creo que esas opciones permiten estar tranquilos, tener una cartera bien estructurada y que pueden ser interesantes.

¿Y la renta variable? ¿Sigues viendo recorrido pese a las valoraciones actuales?

Al final hablamos de las valoraciones. Creo que es muy importante que los ahorradores o inversores no hagan mucho caso al ruido externo, tanto bueno como malo. Las valoraciones y el crecimiento están ahí: Estados Unidos está por encima del 2%; Europa, con los tipos controlados y la inflación en niveles del 1,2–1,5%. Los aranceles de la Administración Trump han afectado en menor medida de lo que se preveía. Los fundamentales son buenos.

Creo que hay que ser prudente. En renta variable hay que ser muy selectivo. Como he dicho en la pregunta anterior, creo que hay que buscar empresas de más calidad. Creo que hay que ser moderadamente optimista y que podemos encontrar oportunidades más que interesantes. Es más: se me ocurre, por ejemplo, que por valoraciones el año que viene puede ser muy interesante para pequeñas compañías americanas.

¿Qué sectores te parecen mejor posicionados para un escenario de desaceleración suave / crecimiento moderado?

Al final creo que hay que subirse al barco porque hay viento de cola, como es el tema de tecnología e inteligencia artificial. Se habla de boom o de burbuja, pero creo que es muy importante no escuchar los ruidos del exterior.

Para que nos hagamos una idea, las grandes compañías tecnológicas ahora mismo están en una situación muy diferente a la crisis tecnológica del año 2000, con la que se pretende comparar. Es importante entender que las grandes inversiones que están haciendo empresas como Meta, Alphabet o Nvidia cotizan en múltiplos PER de 30–35, más o menos por encima del sector. Son equities que están en lo más alto del sector tecnológico, pero difieren mucho de esos PER 200–300 que había en el año 2000.

Entonces, yo sí considero que en tecnología hay que estar. Todas las ingentes cantidades de dinero que se están invirtiendo en inteligencia artificial, si se produce un boom, nos llevarán a resultados, volumen, eficiencia de productividad y precisión con el cliente. Creo que la inteligencia artificial nos va a llevar a niveles de crecimiento nunca vistos, si se produce esta situación.

Ahora bien, no hay que apostar todo a una carta. Creo que para contrarrestar la exposición a la inteligencia artificial, dentro de la renta variable es importante ir a sectores más defensivos, como Salud, Utilities y Consumo.

A mí me gusta especialmente —creo que va a ser caballo ganador para el año que viene— todo el tema de China. Los PMI manufactureros llevan siete meses al alza, aunque todavía están en contracción por debajo de 50. Pero los PMI de servicios están en 53; llevan un año en positivo. Creo que China se ha puesto a la vanguardia en inteligencia artificial y creo que hay que tenerla en cartera.

Luego, hay un sector que me gusta especialmente para el año que viene: los mercados privados (private equity). Para quien no conozca bien este sector, se trata sobre todo de invertir en empresas no cotizadas. En España podemos encontrar Mercadona, El Corte Inglés o Cepsa. En Estados Unidos está mucho más arraigado. Cada vez hay menos empresas cotizadas: el 37% del S&P 500 lo componen las diez principales compañías. Los mercados privados tienen muchísima más diversificación.

Antes era más restrictivo porque se necesitaban importes muy altos y ser inversor profesional. Ahora han salido los fondos Evergreen, que permiten entrar con cantidades mucho más modestas, con liquidez y ventanas de liquidez. Históricamente ofrecen rentabilidades de entre 8–10%, más altas que los mercados públicos. Creo que son opciones interesantes.