¿Cuál es vuestra visión del mercado en estos seis primeros meses del año?
Pues a priori si alguien abriera los ojos por primera vez en este año 2025 vería que está siendo un año bastante fácil porque tenemos índices en positivo, tanto en rentabilidad como renta fija. En algunos índices bursátiles rentabilidades de doble dígito como puede ser el Ibex, el Dax alemán e incluso algunos mercados emergentes como Latinoamérica o incluso Corea con rentabilidades por encima del 20%, que normalmente son índices que lo hacen bien en entornos proriesgo.
Y en renta fija prácticamente lo mismo. Las rentabilidades, evidentemente, son menores, pero también en positivo en lo que llevamos de año.
Digamos que estas rentabilidades o esta evolución que llevamos a día de hoy hace que nos olvidemos de muchas cosas que han ocurrido. Por comenzar desde principios de año, hablábamos de un excepcionalismo americano todo el mundo o el consenso del mercado era apostar por Estados Unidos, sin embargo la rentabilidad americana es de las peores en lo que llevamos de año; también algo muy relevante para nosotros fue la irrupción de DeepSick, que puso en tela de juicio si son necesarias tantas inversiones por parte de las grandes tecnológicas para la adopción de la inteligencia artificial e incluso en Europa hemos tenido grandes grandes novedades. Por un lado, ese plan en defensa del que luego podremos hablar acerca de cuál son sus implicaciones para la deuda en nuestra región, pero también tenemos ese cambio radical en la política fiscal alemana que, por primera vez digamos en su historia o de hace mucho tiempo, rompió esa disciplina del déficit del techo de deuda, etcétera. Todo ello, como decimos, aderezado por los vaivenes en política comercial y en política económica de Donald Trump, que es lo que nos ha entretenido durante los últimos los últimos meses.
¿Consecuencia o aprendizaje que sacamos de todo esto y que estamos diciendo a nuestros clientes? Diversificación, más importante que nunca. Todas esas rentabilidades que hemos dicho son positivas se dispersan a lo largo y ancho del globo, no como hace unos años que solo se centraba en EEUU; y otro de los grandes consejos que siempre damos es estar invertido. Ha pasado mucho como acabo de explicar y, sin embargo, las rentabilidades están dentro de un rango dentro de lo aceptable para muchos de nuestros clientes.
¿Os afecta lo ocurrido en Oriente Medio a vuestras previsiones?
A día de hoy, no. Es verdad que la situación sigue estando muy viva, son decisiones políticas que, siempre para la parte de los inversores para los que gestionamos carteras, nos es muy difícil establecer una serie de probabilidades a determinados eventos como estos. Y a día de hoy, con todo lo que estamos conociendo a lo largo de las últimas horas, a priori, no nos afectaría.
Lo que hemos hecho, digamos, o lo que comunicamos estos días a los clientes ha sido nuestra preocupación en caso de que Irán cortara el estrecho de Ormuz por el tema de la energía, por ese 20% del petróleo y de gas mundial que transitan por ese estrecho; y no solamente de cerrarse, sino de mantenerse cerrado sí que podría afectar a nuestras previsiones de crecimiento o inflación. Pero a tenor de cómo se están desarrollando los acontecimientos recientemente no parece que esto se vaya a dar.
¿En qué os basáis ahora para la selección de fondos desde Mapfre?
Nuestro modelo de selección de fondos no ha cambiado en su naturaleza desde que iniciamos nuestra andadura como selectores de fondos para nuestros clientes.
Hemos intentado siempre tener un modelo muy consistente en el que en fondos de renta fija nos centramos principalmente en flexibilidad; es decir, le ponemos muy pocas ataduras a los gestores en los fondos de renta fija porque creemos que es un entorno complicado para la renta fija y eso nos hace que tengamos que apalancarnos en esos especialistas y que no estén encorsetados a unas políticas muy estrictas. Por la parte de renta variable, lo que nos gusta son gestores fiables, que roten muy poco la cartera, que busquen compañías de calidad y una vez que tenemos un equipo gestor localizado en renta variable que nos gusta, normalmente somos bastante fieles y salvo sucesos que suelen ocurrir con las gestoras o los gestores que cambian, normalmente como decimos, solemos estar invertidos con ellos durante mucho tiempo.
En estos momentos llenos de incertidumbres, ¿por qué activos apostáis?
Somos positivos en renta variable. Pensamos que es el mejor activo para conseguir una apreciación de capital a grandes rasgos.
En renta fija no somos tan positivos, al menos con la parte larga de las curvas, la duración, etc. Vemos la renta fija como una proveedora de cupón, o lo que llamamos carry.
Y luego intentamos buscar también diversificación recientemente por activos alternativos, principalmente líquidos. Hemos visto que la correlación entre la renta variable y la renta fija se ha vuelto más positiva, no descorrelaciona tanto como en otras épocas o en otros momentos y estamos buscando más descorrelación con esas estrategias alternativas.
Pero en general o a grandes rasgos, ahora más positivos en renta variable que en renta fija y buscando descorrelación mediante activos alternativos.
¿Cómo estáis conformando vuestras carteras? ¿Habéis hecho mucha rotación?
Mucha rotación no, porque la verdad que todos los movimientos han sido muy bruscos. De hecho, las recuperaciones están siendo prácticamente en V los últimos años, eso nos está mal acostumbrando porque pensamos que cada caída es una oportunidad de compra y hay que tener cuidado con esto. Pero lo que sí que estamos haciendo recientemente es volver o incrementar el peso en Estados Unidos.
Pensamos que todo lo que se ha hablado sobre el excepcionalismo americano, sobre las grandes compañías tecnológicas nos parece que ha ido un poco lejos y estamos intentando reconstruir algunas posiciones en renta variable americana; incluso somos, como he comentado antes, muy favorable a todo lo que va a suponer la adopción de la inteligencia artificial, entonces ahí estamos volviendo a inclinar un poco las carteras por el lado de renta variable y también con alguna posición en mercados emergentes.
Con todo lo que ya ha capeado el mercado, ¿cuáles creéis que son los riesgos más importantes que quedan?
Hay tres riesgos. Dos de los cuales es muy difícil saber qué va a ocurrir, que son el tema de los conflictos bélicos que siguen, tanto en Europa como en Oriente Próximo. Y luego está también el tema más de corto plazo que sería el 9 de julio que es la fecha en la que acaba la tregua o el plazo que había dado Trump para llegar a acuerdos comerciales con los diferentes países. No sabemos muy bien a día de hoy cuál va a ser el resultado tras ese 9 de julio. A priori, por lo que conocemos hasta ahora, solamente dos o tres países han llegado a un inicio de acuerdo con Estados Unidos. Con lo cual, ese es el primer gran reto que tenemos que afrontar en los próximos meses, junto con cómo se desenvuelven los conflictos bélicos.
Quizás un riesgo más de mercado y el que monitorizamos mucho y por eso esa posición digamos un poco contraria o negativa en renta fija es el tema del déficit fiscal principalmente en Estados Unidos, la sostenibilidad de la deuda, etc. Vamos a una segunda mitad del año en la que, probablemente, nos centremos más en aspectos fiscales en Estados Unidos que en aspectos comerciales. Si aprueban la “Big Beautiful Bill”, esto va a suponer alrededor de dos trillones de deuda más en términos netos a lo largo de la próxima década, y toda esa duda hay que pagarla. Y, evidentemente, cuando ya no tienes a los grandes bancos centrales como compradores de último resorte, nos preocupa porque eso puede provocar un empinamiento de las curvas o, dicho otra manera, que tengamos que ver recompensado con mayor rentabilidad ese riesgo de mayor refinanciación de la deuda.
Entonces sí que es para nosotros el único riesgo de mercado, no solamente el único, pero el más importante a día de hoy o el que más somos capaces de gestionar.